Y me dijo: «No temas, Daniel; pues, desde el día, el primero, que diste tu rostro a entender y humillarte delante del Señor, tu Dios, ha sido escuchada tu palabra; y yo he venido a tu palabra.»
Santificad el ayuno; pregonad reunión; congregad ancianos, a todos los habitadores de la tierra en casa de vuestro Dios; y clamad al Señor continuamente.
Y Cornelio dijo: «Desde cuarto día hasta esta hora, estaba yo, la nona, orando en mi casa; y he aquí un varón detúvose a faz mía en veste radiosa;
Y díjoles Jesús: ¿Acaso pueden los hijos(a) del Esposo entristecerse, mientras con ellos está el Esposo? Mas, vendrán días en que les será quitado el Esposo, y entonces ayunarán.
No este ayuno yo he elegido, y día de humillar el hombre su alma; ni, si encorvares, cual círculo tu cuello, y saco y ceniza tendieres debajo; ni así llamaréis el ayuno, acepto.
«¿Qué, porque hemos ayunado, y no viste; humillado nuestras almas y no conociste?». Pues en los días de los ayunos vuestros buscáis las voluntades vuestras y a todos vuestros subordinados afligís.
Y ahora dice el Señor, vuestro Dios: «Convertíos a mí de todo vuestro corazón, y en ayuno y llanto plañid;
Y, cuando ayunareis, no os pongáis como los hipócritas, mustios; pues demudan sus rostros para aparecer a los hombres ayunando. En verdad os digo, reciben su galardón. Tú, empero, ayunando, unge tu cabeza y lava tu rostro; para no aparecer a los hombres ayunando, sino a tu Padre, el en lo oculto; y tu Padre, el que ve en lo oculto, te recompensará.»
No semejante ayuno yo he elegido, dice el Señor; sino suelta todo lazo de injusticia; disuelve ligaduras de violentos contratos; envía heridos en perdón; y toda escritura injusta desgarra. Parte al hambriento tu pan; y menesterosos vagos introduce en tu casa; si vieres un desnudo, cubre; y a los domésticos de tu simiente no menosprecies.
Y ahora dice el Señor, vuestro Dios: «Convertíos a mí de todo vuestro corazón, y en ayuno y llanto plañid; y desgarrad vuestros corazones, y no vuestros vestidos; y convertíos al Señor, vuestro Dios; pues misericordioso y compasivo es, longánimo y piadosísimo y arrepintiéndose de los males.
No semejante ayuno yo he elegido, dice el Señor; sino suelta todo lazo de injusticia; disuelve ligaduras de violentos contratos; envía heridos en perdón; y toda escritura injusta desgarra.
Y creyeron los varones de Nínive a Dios, y predicaron ayunos, y vistieron sacos, de grande de ellos a pequeño de ellos.
Y ministrando ellos al Señor y ayunando, dijo el Espíritu el Santo: «Separad ya, para mí, a Bernabé y Saulo, para la obra que les tengo llamados». Entonces, ayunando, y orando, e imponiendo las manos a ellos, despidieron.
Y estuvo allí Moisés delante de Señor cuarenta días y cuarenta noches; y pan no comió y agua no bebió; y escribió estas palabras en las tablas de la alianza; las diez palabras.
Yo, empero, al molestarme ellos, vestíame saco, y humillaba en ayuno mi alma; y mi oración a mi seno retornará(a).
Y, habiéndoles, por iglesias(e), elegido ancianos, orando con ayunos, encomendáronlas al Señor, en quien habían creído.
entonces clamarás y Dios te escuchará; aun hablando tú, dirá: «Heme aquí». Si quitares de ti la atadura(a) y estiramiento de mano(b) y palabra de murmuración; y dieres al hambriento el pan con tu alma; y alma humillada hartares; entonces nacerá en las tinieblas tu luz; y tus tinieblas, como mediodía; y será Dios contigo por siempre; y te llenarás según que desea tu alma; y tus huesos se empingüecerán, y serán como huerto embriagado, y como fuente a que no ha faltado agua;
Y publiqué allí un ayuno, sobre el río Ahavá, para humillarnos a la faz de nuestro Dios, para buscar, de él, camino cierto para nosotros y nuestros hijos y toda nuestra hacienda. Pues nos avergonzábamos de pedir al rey ejército y jinetes para salvarnos del enemigo en el camino; porque dijimos al rey, diciendo: «Mano de nuestro Dios, está sobre todos los que buscan para bien; y su poder y su furor, sobre todos los que le abandonan». Y ayunamos y buscamos de nuestro Dios acerca de esto, y nos oyó.
Comienza Cristo su vida pública Y Jesús, lleno de Espíritu Santo, retornó del Jordán, y fue llevado en el Espíritu; en el desierto días cuarenta tentado del diablo. Y no comió nada en aquellos días; y terminados ellos, hambreó.
Y temió y puso Josafat su rostro a buscar al Señor, y pregonó ayuno en toda Judá. Y reunióse Judá a buscar al Señor, y de todas las ciudades de Judá vinieron a buscar al Señor.
Y subieron todos los hijos de Israel y todo el pueblo, y vinieron a la casa del Señor; y lloraron y sentáronse allí a faz del Señor y ayunaron en aquel día hasta la tarde; y ofrecieron holocaustos y hostias pacíficas a faz del Señor.
No os defraudéis el uno al otro, sino ya, de convenio, por un tiempo para daros a la oración; y otra vez en lo mismo estaos; a fin de que no os tiente Satanás por vuestra incontinencia(b).
Y juntáronse en Masfá, y aguaron agua y derramaron a la faz del Señor sobre la tierra, y ayunaron en aquel día y dijeron: «Hemos pecado ante la faz del Señor.» Y juzgaba Samuel a los hijos de Israel en Masfá.
Y ellos dijeron a él: «Los discípulos de Juan ayunan a menudo y plegarias hacen; así mismo también los de los fariseos; ¿y los tuyos comen y beben?» Y él dijo a ellos: «¿Acaso podéis a los hijos del tálamo en tanto el Esposo con ellos está, hacer ayunar? Mas, vendrán días; y cuando será quitado de ellos el Esposo, entonces ayunarán en aquellos días».
Di a todo el pueblo de la tierra y a los sacerdotes diciendo: «Si habéis ayunado o plañido en los quintos o en los séptimos(b), y he aquí setenta años, ¿acaso ayuno habéis ayunado para mí?
Y aconteció, al oír yo estas palabras, sentarme, y llorar y plañir días, y estar ayunando y orando a la faz del Dios del cielo.
entonces clamarás y Dios te escuchará; aun hablando tú, dirá: «Heme aquí». Si quitares de ti la atadura(a) y estiramiento de mano(b) y palabra de murmuración; y dieres al hambriento el pan con tu alma; y alma humillada hartares; entonces nacerá en las tinieblas tu luz; y tus tinieblas, como mediodía;
Di a todo el pueblo de la tierra y a los sacerdotes diciendo: «Si habéis ayunado o plañido en los quintos o en los séptimos(b), y he aquí setenta años, ¿acaso ayuno habéis ayunado para mí? Y si habéis comido o bebido ¿acaso no vosotros habéis comido y bebido?
Y creyeron los varones de Nínive a Dios, y predicaron ayunos, y vistieron sacos, de grande de ellos a pequeño de ellos. Y llegó la palabra al rey de Nínive; y se levantó de su trono, y quitóse su estola y revistióse de saco; y se sentó en ceniza. Y fue predicado y dicho en Nínive por el rey y por los grandes de él, diciendo: «Los hombres y las bestias, y los bueyes y la ovejas no gusten nada, ni pazcan ni agua beban». Y revestidos fueron de sacos los hombres, y las bestias; y clamaron a Dios vehementemente y convirtiéronse cada uno de su camino el malo y de la injusticia la en sus manos, diciendo: «Quién sabe si se arrepienta Dios, y se aparte de la ira de su furor, y no perezcamos». Y vio Dios las obras de ellos, que se habían convertido de sus caminos, los malos; y se arrepintió Dios del mal que había hablado hacerles; y no lo hizo.
Y aconteció en estos días que salió al monte a orar, y estaba pernoctando en la oración de Dios.
¿En qué ganaré(b) al Señor, acogeré a mi Dios altísimo? ¿Si le ganaré en holocaustos, en becerros añales? ¿Si se propiciará al Señor en millares de carneros, o en miríadas de cabrones pingües? ¿Si daré lo primogénito mío, por impiedad, fruto de mi vientre por pecado de mi alma? Si te ha anunciado un hombre ¿qué, hermoso(c) o qué el Señor pide de ti sino hacer juicio y amar misericordia y pronto estar a caminar con el Señor, tu Dios?
Entonces se acercaron a él los discípulos de Juan, diciendo: «¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos mucho, y los discípulos tuyos no ayunan?» Y díjoles Jesús: ¿Acaso pueden los hijos(a) del Esposo entristecerse, mientras con ellos está el Esposo? Mas, vendrán días en que les será quitado el Esposo, y entonces ayunarán.
Pues la carne codicia contra el espíritu, y el espíritu contra la carne; pues éstos entre sí se oponen; para que, no lo que queráis, esto hagáis.
Tema general Exhórtoos; pues, hermanos, por las piedades de Dios, que presentéis vuestros cuerpos hostia viviente, santa, bien placiente a Dios; el espiritual culto vuestro; y no os conforméis a este siglo, sino transformaos con la renovación de la mente, para probaros: cuál(a), la voluntad de Dios, la buena(b), y bien placiente y perfecta.
Nada os afanéis; sino en todo, por la oración y la plegaria, con agradecimiento, vuestras peticiones manifiéstense ante Dios. Y la paz de Dios, la que supera a todo entendimiento, custodiará vuestros corazones y vuestras inteligencias en Cristo Jesús.
pero los que aguardan a Dios, mudarán fuerza(g); alas criarán, como águilas; correrán, y no trabajarán; caminarán, y no hambrearán.
Velad y orad para que no entréis en tentación. Que el espíritu, pronto; la carne, empero, enferma».
Yo, empero, al molestarme ellos, vestíame saco, y humillaba en ayuno mi alma; y mi oración a mi seno retornará(a). Como a pariente, como a hermano nuestro, así complacía(b) yo; como llorando y contristado, así me humillaba.
Tema general Exhórtoos; pues, hermanos, por las piedades de Dios, que presentéis vuestros cuerpos hostia viviente, santa, bien placiente a Dios; el espiritual culto vuestro;
(pues las armas de nuestra milicia, no carnales, sino poderosas con Dios para derribamiento de fortificaciones); razones derribando y todo baluarte que se alza contra la ciencia de Dios, y aprisionando todo entendimiento en obediencia del Cristo;
(Salmo 41) Deseo y esperanza de rever el templo. (Para el fin; para inteligencia, para los hijos de Coré) Del modo que ansía el ciervo por las fuentes de las aguas, tal ansía mi alma por ti, Dios. Sed ha tenido mi alma de Dios, el viviente; ¿cuándo llegaré y apareceré ante el rostro de Dios?
(108:23) Mis rodillas han flaqueado por el ayuno; y mi carne demudádose por causa del óleo.
De la paciencia, a ejemplo de Cristo Excelencia de la nueva alianza Por lo tanto; también nosotros, tanta teniendo, que nos cerca, nube de testigos, carga deponiendo toda y el cautivador pecado, por paciencia corramos la que se nos propone, lid,
En aquellos días, yo, Daniel, estuve lloroso tres semanas; pan de regalo no comí; y carne y vino no entró en mi boca; con óleo no me ungí, hasta que terminé las tres semanas de días.
Que muchos caminan, de los que muchas veces os he dicho, y ahora también llorando digo; —los enemigos de la cruz del Cristo; cuyo fin, perdición; cuyo dios, el vientre, y la gloria, en la vergüenza de ellos, los que lo terreno sienten.
Y velad en todo tiempo, rogando que logréis huir de esto todo que ha de acontecer, y presentaros delante del Hijo del hombre».
(50:11) Un corazón puro crea en mí, Dios, y espíritu recto renueva en mis entrañas. (50:12) No me arrojes de tu faz; y el espíritu el santo tuyo no quites de mí. (50:13) Devuélveme el alborozo de tu salud; y con espíritu príncipe afiánzame.
Y digo: en espíritu caminad, y concupiscencia de carne no satisfagáis, no. Pues la carne codicia contra el espíritu, y el espíritu contra la carne; pues éstos entre sí se oponen; para que, no lo que queráis, esto hagáis.
Y publiqué allí un ayuno, sobre el río Ahavá, para humillarnos a la faz de nuestro Dios, para buscar, de él, camino cierto para nosotros y nuestros hijos y toda nuestra hacienda.
Tú, empero, ayunando, unge tu cabeza y lava tu rostro; para no aparecer a los hombres ayunando, sino a tu Padre, el en lo oculto; y tu Padre, el que ve en lo oculto, te recompensará.»
Y, cuando ayunareis, no os pongáis como los hipócritas, mustios; pues demudan sus rostros para aparecer a los hombres ayunando. En verdad os digo, reciben su galardón.
Pero todo el que lucha, de todo se abstiene; aquéllos, a la verdad, para corruptible corona coger; pero nosotros, incorruptible. Yo, por tanto, así corro, como no ocultamente; así pugno, no como aire azotando(g); sino que acardenalo mi cuerpo y esclavizo; no sea que, habiendo a otros predicado, yo mismo réprobo me haga.
Y di mi rostro hacia el Señor Dios para hallar oración y misericordia, en ayunos, y saco y ceniza.
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