Todos podemos experimentar desilusión y sentimientos de rechazo, especialmente después de una ruptura amorosa. Sin embargo, como creyentes, contamos con el consuelo y la claridad que nos brinda la Palabra de Dios. El rechazo puede generar una sensación de aislamiento y de inferioridad, pero es importante recordar que la opinión de una persona no define nuestro valor. Podemos optar por no permitir que el rechazo afecte nuestra autoestima, y en su lugar buscar fortaleza en Dios. Oremos para que Dios nos libere y recordemos que su amor eterno nos acepta y nos abraza, incluso si nos sentimos abandonados por otros.
Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias;
Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.
Porque como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó Jehová, y como a la esposa de la juventud que es repudiada, dijo el Dios tuyo:
Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa,
Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
El que a vosotros oye, a mí me oye; y el que a vosotros desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí, desecha al que me envió.