Dios es tu creador, tu protector, tu sustentador. Dios es todo poderoso, es misericordioso, es perdonador, es bueno. Podemos conocer a Dios mediante su palabra, Dios está interesado en tu vida él te ama y ha creado un hermoso plan para tu vida. Dios conoce todas las cosas aún antes de que pasen Dios ya las sabe. Dios es amor inagotable. Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo. (Isaías 41:13) Así es Dios siempre estará con nosotros, solo debemos acercarnos a él, Dios es el Creador y sustentador de todas las cosas, que rescata al mundo a través de su Hijo, Jesucristo.
La ley del Señor es perfecta: reanima el alma. El testimonio del Señor es firme: da sabiduría al ingenuo.
Bienaventurado el hombre que no anda en compañía de malvados, ni se detiene a hablar con pecadores, ni se sienta a conversar con blasfemos.Que, por el contrario, se deleita en la ley del Señor, y día y noche medita en ella.
No tengan deudas con nadie, aparte de la deuda de amarse unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.
Procura que nunca se aparte de tus labios este libro de la ley. Medita en él de día y de noche, para que actúes de acuerdo con todo lo que está escrito en él. Así harás que prospere tu camino, y todo te saldrá bien.
Solo esto quiero que me digan: ¿Recibieron el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?
No desecho la gracia de Dios; pues si la justicia dependiera de la ley, entonces por demás habría muerto Cristo.
Antes de la ley ya había pecado en el mundo, aunque el pecado no se toma en cuenta cuando no hay ley.
Dios habló y dijo todas estas palabras:pero el día séptimo es de reposo en honor del Señor tu Dios. No harás en él ningún trabajo. Ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni el extranjero que viva dentro de tus ciudades.Porque yo, el Señor, hice en seis días los cielos, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, pero reposé en el día séptimo. Por eso yo, el Señor, bendije el día de reposo y lo santifiqué.»Honrarás a tu padre y a tu madre, para que tu vida se alargue en la tierra que yo, el Señor tu Dios, te doy.»No matarás.»No cometerás adulterio.»No robarás.»No presentarás falso testimonio contra tu prójimo.»No codiciarás la casa de tu prójimo, ni a su mujer, ni a su siervo ni a su esclava, ni su buey ni su asno, ni nada que le pertenezca a tu prójimo.»
El Señor le dijo a Moisés: «Sube al monte y preséntate ante mí. Espera allá, que voy a darte las tablas de piedra con la ley y los mandamientos que he escrito para instruirlos.»
Así que todos los que han pecado sin haber tenido la ley, perecerán sin la ley, y todos los que han pecado bajo la ley, serán juzgados por la ley.
Porque toda la ley se cumple en esta sola palabra: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo.»
¿Entonces, qué? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley sino bajo la gracia? ¡De ninguna manera!
Lo que yo te mando hoy es que ames al Señor tu Dios, que vayas por sus caminos, y que cumplas sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y para que el Señor tu Dios te bendiga en la tierra de la cual vas a tomar posesión.
Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas.Estas palabras que hoy te mando cumplir estarán en tu corazón,y se las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando estés en tu casa, y cuando vayas por el camino, y cuando te acuestes y cuando te levantes.
Y es que la lectura de la ley se hacía con mucha claridad, y se recalcaba todo el sentido, de modo que el pueblo pudiera entender lo que escuchaba.
ya que nadie será justificado delante de Dios por hacer las cosas que la ley exige, pues la ley sirve para reconocer el pecado.
La ley se introdujo para que abundara el pecado; pero cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia;para que así como el pecado reinó para traer muerte, también la gracia reine por la justicia para darnos vida eterna mediante Jesucristo, nuestro Señor.
Dichosos los de conducta perfecta, los que siguen las enseñanzas del Señor.Yo te he buscado de todo corazón; ¡no dejes que me aparte de tus mandamientos!Comprendo mejor que los ancianos, porque obedezco tus mandamientos.Me he apartado de todo mal camino, para obedecer tu palabra.No me he apartado de tus juicios porque eres tú quien me dirige.¡Cuán dulces son tus palabras en mi boca! ¡Son más dulces que la miel en mis labios!Tus mandamientos me han dado inteligencia; por eso odio toda senda de mentira. NunTu palabra es una lámpara a mis pies; ¡es la luz que ilumina mi camino!Me comprometí, y no me arrepiento: voy a obedecer tus justas sentencias.Señor, me encuentro muy afligido; dame vida, conforme a tu promesa.Señor, espero que te agraden mis votos; enséñame a entender tus juicios.Mi vida está siempre en peligro, pero yo no me olvido de tu ley.En mi corazón he atesorado tus palabras, para no pecar contra ti.Gente malvada me ha tendido trampas, pero yo no me he apartado de tus mandamientos.Tengo tu palabra como herencia eterna, porque ella me alegra el corazón.De corazón me dispongo a cumplir tus estatutos siempre, hasta el fin de mis días. SámejNo soporto a la gente hipócrita, pero amo tus enseñanzas.Tú eres mi escondite; eres mi escudo; en tu palabra he puesto mi esperanza.Ustedes los malhechores: ¡apártense de mí, que quiero obedecer los mandamientos de mi Dios!Aliméntame con tu palabra, y viviré; ¡no permitas que se frustre mi esperanza!Sostenme, y estaré a salvo, y siempre me alegraré en tus estatutos.Tú humillas a los que se apartan de tus estatutos, porque su astucia es pura falsedad.Consumes como a basura a todos los malvados, por eso yo amo tus testimonios.¡Bendito seas, Señor! ¡Permíteme aprender tus estatutos!Todo mi ser se estremece de temor; ¡tiemblo a causa de tus sentencias! AyinYo practico el derecho y la justicia; ¡no me dejes caer en poder de mis enemigos!Trata con bondad a este siervo tuyo; que no se aprovechen de mí los soberbios.Mis ojos desfallecen esperando que me salves, y que con tu palabra me hagas justicia.Trátame con misericordia, y enséñame tus estatutos.Yo soy tu siervo, y quiero entender y llegar a conocer tus testimonios.Señor, ¡llegó el momento de que actúes, pues los malvados han anulado tu ley!Por eso yo amo tus mandamientos, porque son mejores que el oro más puro.Yo estimo la rectitud y pureza de tus mandamientos; por eso me he alejado de la senda de mentira. PeTus testimonios son admirables; por eso son el tesoro de mi alma.Con mis labios siempre proclamo todas las sentencias que has dictado.La enseñanza de tus palabras ilumina; y hasta la gente sencilla las entiende.Grandes son mi sed y mis ansias por recibir y entender tus mandamientos.Mírame, y ten misericordia de mí, como la tienes con quienes te aman.Ordena mis pasos con tu palabra, para que el pecado no me domine.Protégeme de los hombres violentos, porque deseo obedecer tus mandamientos.Alumbra con tu presencia a este siervo tuyo, y enséñame tus estatutos.De mis ojos brota el llanto a mares, porque hay gente que no obedece tu ley. TsadeTú, Señor, eres justo, y tus sentencias son rectas.Los mandamientos que nos has dado son también justos y verdaderos.Pero el enojo me consume, porque mis enemigos olvidaron tu palabra.Me alegra seguir el camino de tus testimonios más que poseer muchas riquezas.Tu palabra es todo pureza; por eso yo, tu siervo, la amo.Yo soy insignificante, y nada valgo, pero no me olvido de tus mandamientos.Tu justicia es siempre justa, y tu ley es la verdad.La aflicción y la angustia me dominan, pero el gozo de tus mandamientos me levanta.Tus testimonios son siempre justos; dame entendimiento y viviré. CofSeñor, yo te llamo con todo el corazón; ¡respóndeme, y cumpliré tus estatutos!¡Sálvame, pues a ti elevo mi clamor! ¡Quiero obedecer tus testimonios!Clamo a ti antes de que amanezca, y me quedo esperando tu respuesta.Me mantengo despierto toda la noche para meditar en tus mandatos.Señor, escúchame, por tu misericordia; ¡dame vida, conforme a tu justicia!Siempre medito en tus mandamientos, y fijo mi atención en tus sendas.Mis malvados perseguidores ya están cerca, pero de tu ley están muy lejos.Pero tú, Señor, sí estás muy cerca, y todos tus mandamientos son verdad.Hace tiempo llegué a conocer tus mandatos, los cuales estableciste para la eternidad. ReshMira mi aflicción, y ven a salvarme, pues no me he olvidado de tu ley.¡Defiéndeme, y ponme a salvo! ¡Dame vida con tu palabra!Los malvados están lejos de tu salvación, porque no buscan tus estatutos.Señor, tú eres muy bondadoso; ¡dame vida de acuerdo a tu justicia!Son muchos los enemigos que me persiguen, pero yo no me aparto de tus testimonios.No soporto ver a esos traidores, porque no obedecen tus palabras.Señor, ¡mira cuánto amo tus mandamientos! ¡Dame vida, conforme a tu misericordia!Mi alegría es el cumplir tus estatutos; ¡nunca me olvido de tus palabras! GuímelLa verdad es la esencia de tu palabra, y tus juicios son siempre justos. ShinLos poderosos me persiguen sin motivo, pero yo respeto y honro tu palabra.Es tal la alegría que me causa tu palabra que es como hallar un gran tesoro.No soporto la mentira. ¡La aborrezco! Pero amo tus enseñanzas.Siete veces al día te alabo porque tus juicios son siempre justos.Los que aman tu ley viven en completa paz, porque saben que no tropezarán.Señor, espero que me salves; mientras viva, cumpliré tus mandamientos.Toda mi vida he obedecido tus estatutos, pues son el gran amor de mi vida.He cumplido tus mandamientos y tus testimonios pues tú sabes todo lo que hago. TavSeñor, ¡escucha mi clamor! ¡Dame entendimiento, conforme a tu palabra!Concédele a tu siervo una larga vida, y obedecer siempre tu palabra.¡Que llegue mi oración a tu presencia! ¡Líbrame, como lo has prometido!De mis labios se desbordará la alabanza cuando me hayas enseñado tus estatutos.Con mis labios proclamaré tu palabra, porque todos tus mandamientos son justos.Extiende tu mano para socorrerme, porque he elegido obedecer tus mandamientos.Señor, yo espero que me salves, porque me deleito en tu ley.Concédeme vida para alabarte, y sosténme con tus juicios.Ando sin rumbo, como oveja perdida; ¡ven en busca de este siervo tuyo que no ha olvidado tus mandamientos!Ábreme los ojos para contemplar las grandes maravillas de tus enseñanzas.En este mundo estoy de paso; ¡no escondas de mí tus mandamientos!Dichosos los que cumplen sus testimonios, y lo buscan de todo corazón.
Moisés fue y le contó al pueblo todas las palabras y decisiones del Señor, y todo el pueblo respondió a una sola voz: «Acataremos todas las palabras que el Señor ha pronunciado.»
Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,mansedumbre, templanza. Contra tales cosas no hay ley.
La ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.
»Si tú escuchas con atención la voz del Señor tu Dios, y cumples y pones en práctica todos los mandamientos que hoy te mando cumplir, el Señor tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra.
»Pueblo mío, ¡préstame atención! Nación mía, ¡escúchame! De mí saldrá la ley; mi justicia será la luz de los pueblos.
¿Concluiremos entonces que la ley es pecado? ¡De ninguna manera! Sin embargo, de no haber sido por la ley, yo no hubiera conocido el pecado; porque si la ley no dijera: «No codiciarás», tampoco yo habría sabido lo que es codiciar.
De manera que la ley ha sido nuestro tutor, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuéramos justificados por la fe.Pero al venir la fe, no estamos ya al cuidado de un tutor,
»No piensen ustedes que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir.Porque de cierto les digo que, mientras existan el cielo y la tierra, no pasará ni una jota ni una tilde de la ley, hasta que todo se haya cumplido.
»Y ahora, Israel, ¿qué es lo que el Señor tu Dios pide de ti? Solamente que temas al Señor tu Dios, que vayas por todos sus caminos, y que ames y sirvas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma;que cumplas sus mandamientos y estatutos, los cuales hoy te ordeno cumplir, para que tengas prosperidad.
Con esto podemos saber que lo conocemos: si obedecemos sus mandamientos.El que dice: «Yo lo conozco», y no obedece sus mandamientos, es un mentiroso, y no hay verdad en él.
El pecado ya no tendrá poder sobre ustedes, pues ya no están bajo la ley sino bajo la gracia.
Este es el pacto que haré con la casa de Israel: Después de aquellos días (dice el Señor) pondré mis leyes en su mente, y las escribiré sobre su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
Podemos decir, entonces, que la ley es santa, y que el mandamiento es santo, justo y bueno.
Para mí, es mejor la ley que mana de tus labios que miles de monedas de oro y plata. Yod
Jesús le respondió: «“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.”Este es el primero y más importante mandamiento.Y el segundo es semejante al primero: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.”Volvió el rey a enviar otros siervos, y les dijo: “Díganles a los invitados que ya he preparado el banquete; que he matado mis toros y animales engordados, y que todo está dispuesto. Que vengan a la fiesta.”De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas.»
En cambio, el que fija la mirada en la ley perfecta, que es la ley de la libertad, y no se aparta de ella ni se contenta solo con oírla y olvidarla, sino que la practica, será dichoso en todo lo que haga.
Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues está escrito: «Maldito sea todo aquel que no se mantenga firme en todas las cosas escritas en el libro de la ley, y las haga.»
Bienaventurado el hombre que no anda en compañía de malvados, ni se detiene a hablar con pecadores, ni se sienta a conversar con blasfemos.Que, por el contrario, se deleita en la ley del Señor, y día y noche medita en ella.Ese hombre es como un árbol plantado junto a los arroyos: llegado el momento da su fruto, y sus hojas no se marchitan. ¡En todo lo que hace, prospera!
»No vayas tras las mayorías para actuar mal. »En un litigio, no respondas a las malas intenciones de la mayoría.
»No te vengues, ni guardes rencor contra los hijos de tu pueblo. »Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.
La ley es apenas el contorno de los bienes venideros, y no su imagen real. Por eso jamás podrá hacer perfectos a los que cada año se acercan a Dios para ofrecer los mismos sacrificios.
»La ley y los profetas llegan hasta Juan. Desde entonces se anuncian las buenas noticias del reino de Dios, y todos se esfuerzan por entrar en él.
Porque Dios ha hecho lo que para la ley era imposible hacer, debido a que era débil por su naturaleza pecaminosa: por causa del pecado envió a su Hijo en una condición semejante a la del hombre pecador, y de esa manera condenó al pecado en la carne,Y a los que predestinó, también los llamó; y a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó.¿Qué más podemos decir? Que si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar en contra de nosotros.El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la derecha de Dios e intercede por nosotros.¿Qué podrá separarnos del amor de Cristo? ¿Tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez, peligro, espada?Como está escrito: «Por causa de ti siempre nos llevan a la muerte, somos contados como ovejas de matadero.»Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni las potestades, ni lo presente, ni lo por venir,ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús nuestro Señor.para que la justicia de la ley se cumpliera en nosotros, que no seguimos los pasos de nuestra carne, sino los del Espíritu.
Cumple con sus estatutos y sus mandamientos, los cuales hoy te ordeno cumplir, para que te vaya bien, a ti y a tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra que el Señor tu Dios te da para siempre.»
No quites de mis labios la verdad de tu palabra, pues he puesto mi esperanza en tu justicia.
De manera que, cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los demás, será considerado muy pequeño en el reino de los cielos; pero cualquiera que los practique y los enseñe, será considerado grande en el reino de los cielos.
Entre los que no tienen ley, me comporto como si no tuviera ley, para ganar a los que no tienen ley (aun cuando no estoy libre de la ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo).
Sabemos que el hombre no es justificado por las obras de la ley sino por la fe de Jesucristo, y también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, ya que por las obras de la ley nadie será justificado.
Porque Dios no considera justos a los que simplemente oyen la ley sino a los que la obedecen.
Porque cualquiera que cumpla toda la ley, pero que falle en un solo mandato, ya es culpable de haber fallado en todos.
Todo aquel que comete pecado, quebranta también la ley, pues el pecado es quebrantamiento de la ley.
Una vez que haya ocupado el trono de su reino, escribirá en un libro una copia de esta ley para sí mismo, semejante al original que está al cuidado de los sacerdotes levitas,y la tendrá a la mano, y la leerá todos los días de su vida, para que aprenda a temer al Señor su Dios, y para que cumpla todas las palabras de esta ley y de estos estatutos, y los ponga por obra.»Cuando en alguna de las ciudades que el Señor tu Dios te da se halle algún hombre, o alguna mujer, que haya hecho lo malo a los ojos del Señor tu Dios y que haya faltado a su pactoAsí su corazón no se colocará por encima de sus hermanos, ni se apartará ni a diestra ni a siniestra del mandamiento, a fin de que tanto él como sus hijos prolonguen los días de su reinado en medio de Israel.
Él les respondió: «¿Por qué también ustedes quebrantan el mandamiento de Dios por causa de su tradición?
Ustedes, los que por la ley se justifican, se han desligado de Cristo; han caído de la gracia.
El Señor nuestro Dios nos mandó cumplir todos estos estatutos, y temerlo, para que nos vaya bien siempre y él nos conserve la vida, como hasta el día de hoy.
Entonces, ¿por la fe invalidamos la ley? ¡De ninguna manera! Más bien confirmamos la ley.
Ha anulado el acta de los decretos que había contra nosotros y que nos era adversa; la quitó de en medio y la clavó en la cruz.
Así que, todo lo que quieran que la gente haga con ustedes, eso mismo hagan ustedes con ellos, porque en esto se resumen la ley y los profetas.
Y aunque saben bien el juicio de Dios, en cuanto a que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no solo las hacen, sino que también se regodean con los que las practican.
»Si tú escuchas con atención la voz del Señor tu Dios, y cumples y pones en práctica todos los mandamientos que hoy te mando cumplir, el Señor tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra.Todos los pueblos de la tierra verán que el nombre del Señor es invocado sobre ti, y te temerán.»En el país que el Señor juró a tus padres que te daría, el Señor hará que sobreabundes en bienes, y en el fruto de tu vientre, y en el fruto de tus animales, y en el fruto de tu tierra.»El Señor te abrirá su tesoro de bondad, que es el cielo, y en su tiempo te enviará la lluvia a tu tierra, y bendecirá todo lo que hagas con tus manos. Harás préstamos a muchas naciones, pero tú no pedirás prestado nada.»El Señor te pondrá por cabeza, no por cola. Estarás por encima de todo, nunca por debajo, siempre y cuando obedezcas y cumplas los mandamientos del Señor tu Dios, que hoy te ordeno cumplir,y siempre y cuando no te apartes ni a diestra ni a siniestra de todas las palabras que hoy te mando cumplir, ni vayas en pos de dioses ajenos y les sirvas.»Si no oyes la voz del Señor tu Dios ni procuras cumplir todos los mandamientos y estatutos que hoy te mando cumplir, vendrán sobre ti, y te alcanzarán, todas estas maldiciones:»Maldito serás tú en la ciudad, y maldito en el campo.»Maldita será tu canasta, y tu tabla de amasar.»Maldito será el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, las crías de tus vacas y los rebaños de tus ovejas.»Maldito serás cuando entres, y maldito serás cuando salgas.Si escuchas la voz del Señor tu Dios, todas estas bendiciones vendrán sobre ti, y te alcanzarán:
Entonces, ¿para qué sirve la ley? Pues fue añadida por causa de las transgresiones, hasta que viniera la simiente, a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en manos de un mediador.
Pero si yo expulso a los demonios por el poder del Espíritu de Dios, eso significa que el reino de Dios ha llegado a ustedes.
Porque cuando los paganos, que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que la ley demanda, son ley para sí mismos, aunque no tengan la ley;y de esa manera demuestran que llevan la ley escrita en su corazón, pues su propia conciencia da testimonio, y sus propios razonamientos los acusarán o defenderán
Bien harán ustedes en cumplir la ley suprema de la Escritura: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo»;
Pero el Señor es eternamente misericordioso; él les hace justicia a quienes le honran, y también a sus hijos y descendientes,a quienes cumplen con su pacto y no se olvidan de sus mandamientos, sino que los ponen en práctica.
¡A la enseñanza y al testimonio! Si sus palabras no corresponden a esto, es porque no les ha amanecido.
Esta misma ley se aplicará a los israelitas por nacimiento y a los extranjeros que vivan entre ustedes.»
El Señor ha dicho: «Practiquen la justicia y ejecuten el derecho. Ya se acerca mi salvación; mi justicia pronto va a manifestarse.
Hijo mío, no te olvides de mi ley; guarda en tu corazón mis mandamientos.Tus graneros se saturarán de trigo, y tus lagares rebosarán de vino.Hijo mío, no desdeñes la corrección del Señor; no te sientas mal cuando te reprenda.El Señor corrige al que ama como lo hace el padre con su hijo amado.¡Dichoso el que halla la sabiduría y se encuentra con la inteligencia!¡Son más provechosas que la plata! ¡Sus frutos son más valiosos que el oro refinado!Son de más valor que las piedras preciosas; lo más deseable no es comparable a ellas.Con la mano derecha ofrece una larga vida, y con la izquierda ofrece riquezas y honra.Sus caminos son un deleite, y en todas sus veredas hay paz.La sabiduría es un árbol de vida para los que echan mano de ella; ¡dichosos los que no la sueltan!Con sabiduría, el Señor fundó la tierra; con inteligencia, el Señor afirmó los cielos.Ellos prolongarán los años de tu vida y te traerán abundante paz.
En esto sabemos que amamos a los hijos de Dios: en que amamos a Dios y obedecemos sus mandamientos.Pero también sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.Hijitos, manténganse apartados de los ídolos. Amén.Pues este es el amor a Dios: que obedezcamos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son difíciles de cumplir.
porque el reino de Dios no es cuestión de comida ni de bebida, sino de justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.
Los preceptos del Señor son rectos: alegran el corazón. El mandamiento del Señor es puro: da luz a los ojos.
Hermanos, ustedes han sido llamados a la libertad, solo que no usen la libertad como pretexto para pecar; más bien, sírvanse los unos a los otros por amor.
Podrán moverse los montes, podrán temblar las colinas, pero mi misericordia jamás se apartará de ti, ni se romperá mi pacto de paz contigo. Lo digo yo, el Señor, quien tiene de ti misericordia.
La palabra de Cristo habite ricamente en ustedes. Instrúyanse y exhórtense unos a otros con toda sabiduría; canten al Señor salmos, himnos y cánticos espirituales, con gratitud de corazón.Y todo lo que hagan, ya sea de palabra o de hecho, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él.
Todos debemos someternos a las autoridades, pues no hay autoridad que no venga de Dios. Las autoridades que hay han sido establecidas por Dios.El amor no hace daño a nadie. De modo que el amor es el cumplimiento de la ley.Hagan todo esto, conscientes del tiempo en que vivimos y de que ya es hora de que despertemos del sueño. Porque nuestra salvación está más cerca de nosotros ahora que cuando creímos.La noche ha avanzado, y se acerca el día. Por tanto, desechemos las obras de las tinieblas, y revistámonos de las armas de la luz.Vivamos con honestidad, como a la luz del día, y no andemos en glotonerías ni en borracheras, ni en lujurias y lascivias, ni en contiendas y envidias.Más bien, revistámonos del Señor Jesucristo, y no busquemos satisfacer los deseos de la carne.Por lo tanto, aquel que se opone a la autoridad, en realidad se opone a lo establecido por Dios, y los que se oponen acarrean condenación sobre ellos mismos.
Todo me está permitido, pero no todo me conviene. Todo me está permitido, pero no permitiré que nada me domine.
La palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que las espadas de dos filos, pues penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
Por lo tanto, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.
Todo este discurso termina en lo siguiente: Teme a Dios, y cumple sus mandamientos. Eso es el todo del hombre.Por lo demás, Dios habrá de juzgar toda obra, buena o mala, junto con toda acción encubierta.
Díganme, ustedes que quieren estar sujetos a la ley: ¿no han oído lo que dice la ley?Porque está escrito que Abrahán tuvo dos hijos; uno de la esclava, y el otro de la libre.El hijo de la esclava nació conforme a una decisión humana; pero el hijo de la libre nació conforme a la promesa.Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; este es Agar.
Ahora bien, incluso el primer pacto tenía reglas para el culto, y un santuario terrenal.ya que tienen que ver solo con comidas y bebidas, y con diversas ceremonias de purificación y ordenanzas externas, cuyo valor tiene vigencia hasta que llegue el tiempo de reformarlo todo.Pero Cristo vino ya, y es el sumo sacerdote de los bienes venideros, a través del tabernáculo más amplio y más perfecto, el cual no ha sido hecho por los hombres, es decir, que no es de esta creación,y no por medio de la sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por medio de su propia sangre. Entró una sola vez y para siempre en el Lugar Santísimo, y así obtuvo para nosotros la redención eterna.Si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas sobre los impuros, santifican para la purificación de la carne,¡cuánto más la sangre de Cristo, que por medio del Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará de obras muertas nuestra conciencia, para que sirvamos al Dios vivo!Por eso Cristo es mediador de un nuevo pacto, para que los llamados reciban la promesa de la herencia eterna, pues con su muerte libera a los hombres de los pecados cometidos bajo el primer pacto.Porque cuando hay un testamento, es necesario que haya constancia de la muerte del que lo hizo,ya que un testamento no tiene ningún valor mientras el que lo hizo siga con vida.Por eso, ni siquiera el primer pacto se estableció sin sangre,porque después de que Moisés anunció todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos junto con agua, lana escarlata y una rama de hisopo, y roció el libro de la ley y a todo el pueblo.En efecto, el tabernáculo estaba dispuesto así: en la primera parte, llamada el Lugar Santo, estaban el candelabro, la mesa y los panes de la proposición.
ya no tiene que honrar a su padre o a su madre.” Y así, por la tradición de ustedes, invalidan el mandamiento de Dios.
Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anuncien los hechos maravillosos de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.
por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios;pero son justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que proveyó Cristo Jesús,
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