»¿Acaso soy Dios solo de cerca? ¡No! ¡También a la distancia soy Dios! —Palabra del Señor.»¿Podrá alguien esconderse donde yo no pueda verlo? ¿Acaso no soy yo el Señor, que llena el cielo y la tierra? —Palabra del Señor.
Enséñenles a cumplir todas las cosas que les he mandado. Y yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.» Amén.
a fin de que busquen a Dios, y puedan encontrarlo, aunque sea a tientas. Pero lo cierto es que él no está lejos de cada uno de nosotros,porque en él vivimos, y nos movemos, y somos. Ya algunos poetas entre ustedes lo han dicho: “Porque somos linaje suyo.”
Señor, tú me has examinado y me conoces;aun allí tu mano me sostendría; ¡tu mano derecha no me soltaría!Si quisiera esconderme en las tinieblas, y que se hiciera noche la luz que me rodea,¡ni las tinieblas me esconderían de ti, pues para ti la noche es como el día! ¡Para ti son lo mismo las tinieblas y la luz!Tú, Señor, diste forma a mis entrañas; ¡tú me formaste en el vientre de mi madre!Te alabo porque tus obras son formidables, porque todo lo que haces es maravilloso. ¡De esto estoy plenamente convencido!Aunque en lo íntimo me diste forma, y en lo más secreto me fui desarrollando, nada de mi cuerpo te fue desconocido.Con tus propios ojos viste mi embrión; todos los días de mi vida ya estaban en tu libro; antes de que me formaras, los anotaste, y no faltó uno solo de ellos.Dios mío, ¡cuán preciosos me son tus pensamientos! ¡Cuán vastos son en su totalidad!Si los contara, serían más que la arena; si terminara de contarlos, tú aún estarías allí.Dios mío, ¡quítales la vida a los malvados! ¡Aparta de mí a la gente violenta,tú sabes cuando me siento o me levanto; ¡desde lejos sabes todo lo que pienso!
Porque así ha dicho el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es santo: “Yo habito en las alturas, en santidad, pero también doy vida a los de espíritu humilde y quebrantado, y a los quebrantados de corazón.”
El Señor observa desde los cielos; desde allí vigila a toda la humanidad.Desde el lugar de su residencia contempla a todos los habitantes de la tierra.
Jesús le respondió: «El que me ama, obedecerá mi palabra; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y con él nos quedaremos a vivir.
»Israel, aprende y reflexiona hoy en tu corazón que el Señor es Dios, lo mismo arriba en el cielo que abajo en la tierra, y que no hay otro Dios.
Vivan sin ambicionar el dinero. Más bien, confórmense con lo que ahora tienen, porque Dios ha dicho: «No te desampararé, ni te abandonaré».
Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni las llamas arderán en ti.
Si subiera yo a los cielos, allí estás tú; si me tendiera en el sepulcro, también estás allí.
Y la Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria (la gloria que corresponde al unigénito del Padre), en plenitud de gracia y de verdad.
El Señor está por encima de todas las naciones; ¡su gloria sobrepasa las alturas de los cielos!¿Quién como el Señor nuestro Dios? El Señor tiene su trono en las alturas,pero se digna inclinarse para ver lo que ocurre en el cielo y en la tierra.
Si quisiera esconderme en las tinieblas, y que se hiciera noche la luz que me rodea,¡ni las tinieblas me esconderían de ti, pues para ti la noche es como el día! ¡Para ti son lo mismo las tinieblas y la luz!
»¿En verdad, Señor, quieres vivir en este mundo? Si ni la gran expansión de los cielos es capaz de contenerte, ¡mucho menos este templo que he edificado en tu honor!
y un Dios y Padre de todos, el cual está por encima de todos, actúa por medio de todos, y está en todos.
¿No saben que ustedes son templo de Dios, y que el Espíritu de Dios habita en ustedes?
Permanezcan en mí, y yo en ustedes. Así como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí.
Aunque deba yo pasar por el valle más sombrío, no temo sufrir daño alguno, porque tú estás conmigo; con tu vara de pastor me infundes nuevo aliento.
Uno de ellos clamaba al otro y le decía: «¡Santo, santo, santo es el Señor de los ejércitos! ¡Toda la tierra está llena de su gloria!»
Nada de lo que Dios creó puede esconderse de él, sino que todas las cosas quedan al desnudo y descubiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que rendir cuentas.
El Señor te estará vigilando cuando salgas y cuando regreses, desde ahora y hasta siempre.
Si los contara, serían más que la arena; si terminara de contarlos, tú aún estarías allí.
aunque es verdad que el Altísimo no habita en templos hechos por manos humanas. Porque el profeta dice:»“Así dice el Señor: El cielo es mi trono, y la tierra es el estrado de mis pies. ¿Qué casa pueden edificarme? ¿En qué lugar pueden hacerme descansar?
No tengas miedo, que yo estoy contigo; no te desanimes, que yo soy tu Dios. Yo soy quien te da fuerzas, y siempre te ayudaré; siempre te sostendré con mi justiciera mano derecha.
Date cuenta de que yo estoy contigo. Yo te protegeré por dondequiera que vayas, y volveré a traerte a esta tierra. No te dejaré ni un momento, hasta que haya hecho lo que te he dicho.»
«Canta y alégrate, hija de Sión, porque yo vendré a ti, y en medio de ti viviré. —Palabra del Señor.»Cuando llegue ese día, muchas naciones se unirán a mí, y ellas me serán por pueblo, y en medio de ti habitaré.» Así sabrás que el Señor de los ejércitos me ha enviado a ti.
Así ha dicho el Señor: «El cielo es mi trono, y la tierra es el estrado de mis pies. ¿Qué clase de casa podrían edificarme? ¿Qué lugar pueden ofrecerme para mi reposo?
Confía en el Señor de todo corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia.Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus sendas.
Dios es Espíritu; y es necesario que los que lo adoran, lo adoren en espíritu y en verdad.»
Pero ¿acaso es verdad que tú, mi Dios, puedes vivir en la tierra con el hombre? Si ni siquiera los cielos, ni los cielos de los cielos, te pueden contener, ¡mucho menos podría contenerte esta casa que he edificado!
Me harán un altar de tierra, y en él sacrificarán sus holocaustos y sus ofrendas de paz, sus ovejas y sus vacas. Yo vendré y los bendeciré en todo lugar donde yo haga que mi nombre sea recordado.
Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se perfecciona en nosotros.
Con tus propios ojos viste mi embrión; todos los días de mi vida ya estaban en tu libro; antes de que me formaras, los anotaste, y no faltó uno solo de ellos.
El Señor dirige los caminos del hombre cuando se complace en su modo de vida.Si el hombre cae, no se queda en el suelo porque el Señor lo sostiene de la mano.
Él tiene su trono sobre el arco de la tierra, cuyos habitantes son como langostas; él extiende los cielos como una cortina, y los despliega como una tienda de campaña.
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni las potestades, ni lo presente, ni lo por venir,ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús nuestro Señor.
Pero el Señor sí estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí se cumpliera la predicación y todas las naciones la oyeran. Así fui librado de la boca del león.
¿Acaso ignoran que el cuerpo de ustedes es templo del Espíritu Santo, que está en ustedes, y que recibieron de parte de Dios, y que ustedes no son dueños de sí mismos?
»Ninguno de sus caminos me es oculto, como tampoco me es oculta su maldad. Mis ojos los están vigilando.
acerquémonos con un corazón sincero, y con la plena seguridad de la fe, con el corazón purificado de una mala conciencia, y con el cuerpo lavado en agua pura.
»¿Puedes descubrir los secretos de Dios? ¿Puedes ser tan perfecto como el Todopoderoso?¿Cómo podrías, si están por encima de los cielos? ¿Cómo podrías, si son más profundos que el sepulcro?¡Son más extensos que la tierra! ¡son más vastos que el ancho mar!
¿Acaso no sabes, ni nunca oíste decir, que el Señor es el Dios eterno y que él creó los confines de la tierra? El Señor no desfallece, ni se fatiga con cansancio; ¡no hay quien alcance a comprender su entendimiento!
¡Tú eres mi refugio! ¡Tú me libras de la angustia! ¡Tú me rodeas con cánticos de libertad!«Yo te voy a hacer que entiendas. Voy a enseñarte el camino que debes seguir, y no voy a quitarte los ojos de encima.
El Señor va delante de ti. Él estará contigo, y no te dejará ni te desamparará. No temas ni te intimides.»
Yo soy el Señor, y nadie más. No hay Dios fuera de mí. Yo te vestiré para la batalla, aunque tú no me conoces,para que desde la salida del sol hasta el ocaso todos sepan que yo soy el Señor, y que aparte de mí no hay otro Dios.
Pero ¿quién puede edificarle un templo si los cielos, y los cielos de los cielos, no pueden contenerlo? ¿Y quién soy yo para edificarle un templo, a no ser para solo quemar incienso delante de él?
Dios mío, ¡cuán preciosos me son tus pensamientos! ¡Cuán vastos son en su totalidad!Si los contara, serían más que la arena; si terminara de contarlos, tú aún estarías allí.
Busquen al Señor mientras pueda ser hallado; llámenlo mientras se encuentre cerca.¡Que dejen los impíos su camino, y los malvados sus malos pensamientos! ¡Que se vuelvan al Señor, nuestro Dios, y él tendrá misericordia de ellos, pues él sabe perdonar con generosidad!El Señor ha dicho: «Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, ni son sus caminos mis caminos.Así como los cielos son más altos que la tierra, también mis caminos y mis pensamientos son más altos que los caminos y pensamientos de ustedes.
Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos están atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor está en contra de los que hacen el mal.»
¡Ah, Señor! ¿Acaso tus ojos no se fijan en la verdad? Los castigaste, pero no les dolió; acabaste con ellos, pero no quisieron ser corregidos; endurecieron su semblante más que la roca, ¡y no quisieron volverse a ti!
El Señor te cubrirá con sus plumas, y vivirás seguro debajo de sus alas. ¡Su verdad es un escudo protector!
Ciertamente, todas las cosas son de él, y por él, y para él. ¡A él sea la gloria por siempre! Amén.
El Señor no dejará que resbales; el que te cuida jamás duerme.Toma en cuenta que nunca duerme el protector de Israel.
En su mano están las profundidades de la tierra, y las alturas de los montes son suyas.Suyo es también el mar, pues él lo hizo, y sus manos formaron la tierra seca.
Pero tú, Señor, durante el día me enviarás tu gran misericordia, y por la noche tu cántico estará conmigo, con mi oración a ti, Dios de mi vida.
¿Y qué acuerdo puede haber entre el templo de Dios y los ídolos? ¡Ustedes son el templo del Dios viviente! Ya Dios lo ha dicho: «Habitaré y andaré entre ellos, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.»
Él es el resplandor de la gloria de Dios. Es la imagen misma de lo que Dios es. Él es quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder. Después de llevar a cabo la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la derecha de la Majestad, en las alturas,
¿Acaso no se venden cinco pajarillos por un par de monedas? Sin embargo, Dios no se olvida de ninguno de ellos.Lo mismo pasa con ustedes, pues hasta los cabellos de su cabeza están todos contados. Así que no teman, pues ustedes valen más que muchos pajarillos.
No temas, que yo estoy contigo. Del oriente traeré a tus descendientes, y del occidente volveré a juntarte.
El espíritu del hombre es la lámpara del Señor que escudriña los sentimientos más profundos.
Te alabo porque tus obras son formidables, porque todo lo que haces es maravilloso. ¡De esto estoy plenamente convencido!
Así dice ahora el Señor, quien te creó y te formó: «No temas, Jacob, porque yo te redimí; yo te di tu nombre, Israel, y tú me perteneces.Ustedes son mis testigos. Son el siervo que yo escogí, para que ustedes me conozcan y crean y entiendan que yo soy el Señor. No ha habido ningún dios antes de mí, ni lo habrá después. —Palabra del Señor.»Solo yo soy el Señor, y fuera de mí no hay quien salve.Yo anuncié, yo salvé, yo di a saber. Nunca hubo entre ustedes un dios ajeno. Así que ustedes son mis testigos de que yo soy Dios. —Palabra del Señor.»Yo soy Dios desde el principio. Nadie puede librar a nadie de mi mano. Lo que yo hago, ¿quién puede impedirlo?»Así dice el Señor, el Santo de Israel y Redentor de ustedes: «Yo enviaré por ustedes a Babilonia, y haré que todos ellos, incluso los caldeos, emprendan la huida en los barcos que eran su alegría.Yo soy el Señor, su Dios Santo, el Creador y Rey de Israel.»Así dice el Señor, el que abre un camino en medio del mar, una senda entre las aguas impetuosas;el que lleva juntos carros y caballos, ejércitos y fuerzas, a caer para no levantarse; a morir, como mechas que se apagan:«Ya no se acuerden de las cosas pasadas; no hagan memoria de las cosas antiguas.Fíjense en que yo hago algo nuevo, que pronto saldrá a la luz. ¿Acaso no lo saben? Volveré a abrir un camino en el desierto, y haré que corran ríos en el páramo.Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni las llamas arderán en ti.
»El camino de Dios es perfecto; la palabra del Señor, acrisolada; Dios es el escudo de los que en él confían.¡Aparte del Señor, no hay otro Dios! ¡Aparte de nuestro Dios, no hay otra Roca!
Yo hice todo esto con mis propias manos, y fue así como todo llegó a existir. Yo pongo la mirada en los pobres y humildes de espíritu, y en los que tiemblan al escuchar mi palabra. —Palabra del Señor.
Es mejor pasar un día en tus atrios que vivir mil días fuera de ellos. ¡Prefiero estar a la puerta de tu templo, oh Dios, que vivir en las mansiones de la maldad!
para que por la fe Cristo habite en sus corazones, y para que, arraigados y cimentados en amor,
A ustedes no les ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero Dios es fiel y no permitirá que ustedes sean sometidos a una prueba más allá de lo que puedan resistir, sino que junto con la prueba les dará la salida, para que puedan sobrellevarla.
Entonces oirán ustedes decir a sus espaldas estas palabras: «Este es el camino; vayan por él. No se desvíen a la derecha ni a la izquierda.»
Dios le respondió a Moisés: «YO SOY EL QUE SOY.» Y añadió: «A los hijos de Israel tú les dirás: “YO SOY me ha enviado a ustedes.”»
Misericordia y verdad son los caminos del Señor para quienes cumplen fielmente su pacto.
Pondré en ellos el deseo de conocerme, y de reconocer que yo soy el Señor. Y si en verdad se vuelven a mí de todo corazón, entonces ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.
Cuando me encuentre angustiado, tú me infundirás nueva vida; me defenderás de la ira de mis enemigos, y con tu diestra me levantarás victorioso.
Yo soy el buen pastor. Yo conozco a mis ovejas, y ellas me conocen a mí,así como el Padre me conoce a mí, y yo conozco al Padre; y yo pongo mi vida por las ovejas.
A mí en cambio, Señor, me conoces. Tú me has visto y has puesto a prueba mi corazón. ¡Arrástralos al degolladero, como a las ovejas! ¡Márcalos para el día de la matanza!
porque Dios es el que produce en ustedes lo mismo el querer como el hacer, por su buena voluntad.
Entonces el Señor le dijo: «Sal de tu cueva y espérame en el monte, delante de mí.» Elías pudo sentir que el Señor estaba pasando, porque se desató un viento poderoso que a su paso desgajaba los montes y partía las rocas. Pero el Señor no estaba en el huracán. Tras el viento vino un terremoto. Pero el Señor no estaba en el terremoto.Tras el terremoto vino un fuego. Pero el Señor tampoco estaba en el fuego. Luego vino un silbo apacible y delicado,
Así como los cielos son más altos que la tierra, también mis caminos y mis pensamientos son más altos que los caminos y pensamientos de ustedes.
¡Levanten los ojos al cielo, y miren quién creó estas cosas! Él saca y cuenta su ejército de estrellas; a todas las llama por su nombre, y ninguna de ellas falta; ¡tan grande es su poder, tan poderoso su dominio!
El Señor es tu protector; el Señor es como tu sombra: ¡siempre está a tu mano derecha!Ni el sol te fatigará de día, ni la luna te agobiará en la noche.
Y Eliseo le dijo: «No tengas miedo, que son más los que están con nosotros que los que están con ellos.»Acto seguido, Eliseo oró con estas palabras: «Señor, te ruego que abras los ojos de mi siervo, para que vea.» El Señor abrió los ojos del criado, y este miró a su alrededor y vio que en torno a Eliseo el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego.
¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán incomprensibles son sus juicios, e inescrutables sus caminos!
El Señor, creador de los cielos; el Dios que formó la tierra; el que la hizo y le dio forma; el que no la creó sin un propósito, sino que la creó para que fuera habitada, dice así: «Yo soy el Señor, y no hay otro.
Porque Dios, que mandó que de las tinieblas surgiera la luz, es quien brilló en nuestros corazones para que se revelara el conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo.Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que se vea que la excelencia del poder es de Dios, y no de nosotros,
En su oración, Ana dijo: En ti, Señor, mi corazón se regocija; en tu nombre, mi fuerza es mayor. Ahora puedo burlarme de mis enemigos porque me regocijo en tu salvación.Ante el Señor son derrotados sus enemigos; desde el cielo lanza rayos sobre ellos. El Señor es juez de los confines de la tierra; otorga poder al Rey que escogió, y exalta el poder de su Ungido.Elcana regresó a su casa en Ramá, y el niño se quedó a servir al Señor bajo la supervisión del sacerdote Elí.Los hijos de Elí eran unos malvados, y no reconocían la autoridad del Señor.Era costumbre entre los sacerdotes y el pueblo que, cuando alguien ofrecía un sacrificio, mientras se cocía la carne, el criado del sacerdote tomaba un tridente e ibaal perol, la olla, el caldero o la marmita, y sacaba carne para el sacerdote. Así lo hacían con todos los israelitas que acudían a Silo.Además, antes de quemar la grasa, llegaba el criado del sacerdote y le decía al que sacrificaba: «El sacerdote quiere carne para asar. No quiere carne cocida, sino cruda.»Y si la persona le decía: «Primero debe quemarse la grasa; después de eso podrás tomar todo lo que quieras», el criado respondía: «Dámela ahora mismo; de lo contrario, la tomaré por la fuerza.»Este pecado de los jóvenes sacerdotes era muy grave, porque no mostraban ningún respeto por las ofrendas del Señor.El joven Samuel servía ante el Señor, vestido con un efod de lino.Cada año, su madre le hacía una túnica pequeña y se la llevaba cuando iba con su marido a entregar sus ofrendas de costumbre.Nadie es santo como tú, Señor. Fuera de ti, no hay nadie más. No hay mejor refugio que tú, Dios nuestro.
Porque el Señor ama la justicia y no desampara a sus fieles; siempre les brinda su protección. Pero los hijos de los malvados serán destruidos.
El ángel de Dios, que precedía al campamento de Israel, se apartó de ellos y se puso en la retaguardia. Así mismo, la columna de nube que los precedía se apartó y fue a ponerse a sus espaldas,«Di a los hijos de Israel que den la vuelta y acampen junto al mar, frente a Pi Ajirot, entre Migdol y el mar hacia Baal Sefón.entre el ejército egipcio y el campamento de Israel. Para los egipcios, esta era una nube tenebrosa, pero a Israel lo alumbraba de noche. En toda esa noche, no se acercaron los unos a los otros.
Solo en Dios halla tranquilidad mi alma; solo en él he puesto mi esperanza.Solo Dios es mi salvación y mi roca; porque él es mi refugio, no resbalaré.
pero ellos lo obligaron a quedarse. Le dijeron: «Quédate con nosotros, porque ya es tarde, y es casi de noche.» Y Jesús entró y se quedó con ellos.entraron; pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.Mientras estaba sentado a la mesa con ellos, tomó el pan y lo bendijo; luego lo partió y les dio a ellos.En ese momento se les abrieron los ojos, y lo reconocieron; pero él desapareció de su vista.
Son también semejantes a Jerusalén que está rodeada de montes: ¡la protección del Señor rodea a su pueblo desde ahora y para siempre!
Allí el Señor será para nosotros una fortaleza, un lugar de ríos y de anchos arroyos, por los que no pasará ninguna galera de remos, ni tampoco navegarán grandes naves.El Señor es nuestro juez. El Señor es nuestro legislador. ¡El Señor es nuestro Rey, y él mismo nos salvará!
El Señor se compadece de los que le honran con la misma compasión del padre por sus hijos,pues él sabe de qué estamos hechos; ¡él bien sabe que estamos hechos de polvo!
Así dice Dios el Señor, el que ha creado los cielos y los despliega, el que extiende la tierra y lo que ella produce; el que infunde su aliento en el pueblo que la habita y da de su espíritu a quienes la recorren:
Después, Jesús dijo a sus discípulos: «Por eso les digo que no se preocupen por su vida ni por lo que han de comer, ni por su cuerpo ni por lo que han de vestir.La vida es más que la comida, y el cuerpo es más que el vestido.Fíjense en los cuervos: no siembran, ni siegan; no tienen almacenes ni bodegas, y no obstante Dios los alimenta. ¿Acaso no valen ustedes mucho más que las aves?¿Quién de ustedes, por mucho que lo intente, puede añadir medio metro a su estatura?Pues si ustedes no pueden hacer ni lo más pequeño, ¿por qué se preocupan por lo demás?
¡Cuán grande eres, Señor y Dios! ¡No hay nadie como tú! Tal y como lo hemos sabido, ¡no hay más Dios que tú!
desde los cielos vendrás en mi ayuda, enviarás tu misericordia y tu verdad, y me librarás de mis infames opresores.
Y a Aquel que es poderoso para hacer que todas las cosas excedan a lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros,
Yo anuncié, yo salvé, yo di a saber. Nunca hubo entre ustedes un dios ajeno. Así que ustedes son mis testigos de que yo soy Dios. —Palabra del Señor.
El Señor está en su santo templo; el Señor tiene su trono en el cielo; él ve y examina a todos los seres humanos.
Esto es solo una muestra de su inmenso poder; lo que de él sabemos es apenas un susurro. La fuerza de su poder ¿quién puede comprenderla?»
»Yo sé bien lo que hacen y lo que piensan. Pero ha llegado el tiempo de juntar a todas las naciones y lenguas, y ellas vendrán y verán mi gloria.
»¿Has bajado alguna vez al fondo del mar? ¿Has recorrido los senderos del abismo?¿Se te han revelado las puertas de la muerte? ¿Has visto el umbral del reino de las sombras?¿Has calculado la extensión de la tierra? ¡Hazme saber si sabes todo esto!
porque lo invisible de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, y pueden comprenderse por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.
Si ellos realmente se hubieran reunido conmigo, habrían hecho que mi pueblo atendiera mis palabras y se apartara de su mal camino y de sus malas obras.
El Dios que hizo el mundo y todo lo que en él hay, es el Señor del cielo y de la tierra. No vive en templos hechos por manos humanas,ni necesita que nadie le sirva, porque a él no le hace falta nada, pues él es quien da vida y aliento a todos y a todo.
para nosotros hay un solo Dios, el Padre, de quien proceden todas las cosas, y a quien nosotros pertenecemos; y un solo Señor, Jesucristo, por medio de quien existen todas las cosas, incluso nosotros mismos.
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