En la casa de mi Padre hay muchas moradas. Si no fuera así, ¿les hubiera dicho que me voy a prepararles lugar?
Porque aun el Hijo del Hombre no vino a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por medio de Él.
En esto se manifestó el amor de Dios en nosotros: En que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por medio de Él.
Cualquiera que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.
El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en él mismo. El que no cree a Dios lo considera mentiroso, porque no creyó en el testimonio que Dios dio acerca de su Hijo.
Jesús declaró: En verdad, en verdad les digo: El Hijo nada puede hacer por iniciativa propia, sino lo que ve que el Padre hace. Lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo.
con respecto a su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, del linaje de David según la naturaleza humana.Él fue declarado Hijo de Dios con poder según el Espíritu de santidad, y resucitó de entre los muertos.
Cuando todo le sea sometido, entonces el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.
Porque como el Padre tiene vida en Él mismo, así también concedió al Hijo que tuviera vida en Él mismo.
Dios amó tanto al mundo que dio a su Hijo Unigénito, para que todo el que cree en Él no perezca, sino tenga vida eterna.
Pero sabemos que el Hijo de Dios vino y nos dio entendimiento para que conozcamos al Verdadero. Y estamos en el Verdadero: en su Hijo Jesucristo. Éste es el verdadero Dios y Vida Eterna.
Al que vence le concederé que se siente conmigo en mi trono, como Yo también vencí, y me senté con mi Padre en su trono.
Cuando vio a Jesús, se postró ante Él y clamó con gran voz: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes.
Estas cosas les escribí a los que creen en el Nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna.
El Verbo se encarnó y vivió entre nosotros. Contemplamos la gloria del Unigénito del Padre, lleno de gracia y verdad.
En esto está el amor: No en que nosotros amamos a Dios, sino en que Él nos amó y envió a su Hijo como ofrenda por nuestros pecados.
Yo les doy vida eterna, y que ninguna perezca jamás. Nadie las arrebatará de mi mano.Lo que me dio mi Padre es mayor que todo y nadie lo arrebata de la mano del Padre.Yo y el Padre somos uno.
Él fue declarado Hijo de Dios con poder según el Espíritu de santidad, y resucitó de entre los muertos.
con respecto a su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, del linaje de David según la naturaleza humana.
En estos últimos días nos habló por medio del Hijo, a Quien declaró Heredero de todas las cosas, por medio de Quien también hizo los universos,Quien es el resplandor de la Gloria y reproducción exacta de su esencia, Quien sustenta todas las cosas con la Palabra de su poder. Después de purificarnos de los pecados por medio de Él mismo, se sentó a la derecha de la Majestad en las alturas.
Quien nos rescató de la jurisdicción de la oscuridad y nos trasladó al reino del Hijo de su amor.En Él tenemos la redención, el perdón de los pecados.Él es la Imagen del Dios invisible, Primogénito de toda creación.
Quien nos rescató de la jurisdicción de la oscuridad y nos trasladó al reino del Hijo de su amor.En Él tenemos la redención, el perdón de los pecados.
El ángel le respondió: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te hará sombra, por lo cual también el Santo Ser que nacerá será llamado Hijo de Dios.
En verdad, en verdad les digo: Viene una hora y ya llegó, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirán.
Jesús le contestó: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie viene al Padre sino por medio de Mí.Si me conocen, también conocen a mi Padre. Desde ahora lo conocen y lo vieron.
Por esto los judíos más procuraban matarlo, porque no solo quebrantaba el sábado, sino también llamaba a Dios su propio Padre y se igualaba a Dios.
Pero éstas fueron escritas para que crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que al creer, tengan vida en su Nombre.
y ya no vivo yo, sino Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo en la fe en el Hijo de Dios, Quien me amó y se entregó por mí.
Mientras hablaba, una nube radiante los cubrió, y de la nube salió una voz que decía: Éste es mi Hijo amado, en Quien me complací. Escúchenlo a Él.
Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley,para que redimiera a los que estaban bajo la Ley, a fin de que recibiéramos la adopción.
Vayan, pues, discipulen a todas las gentes y bautícenlas en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Éste es el testimonio: Que Dios nos dio vida eterna, y esta vida está en su Hijo.El que tiene al Hijo, tiene la vida. El que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida.
Porque un Niño nos nacerá. Un Hijo nos será dado. El gobierno estará sobre su hombro, y será llamado: Admirable Consejero, ʼElohim Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
¿Qué diremos con respecto a esto? Si Dios está a favor de nosotros, ¿quién contra nosotros?El que no nos negó a su propio Hijo, sino lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará abundantemente todas las cosas con Él?
El que no nos negó a su propio Hijo, sino lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará abundantemente todas las cosas con Él?
Pero a los que creen en su Nombre, los que lo recibieron, les dio potestad de ser hijos de Dios,
Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Quien nos bendijo con toda bendición espiritual en los planes celestiales con Cristo,según se complació en escogernos en Él antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha en amor delante de Él,
Ésta es la vida eterna: que te conozcan como el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a Quien enviaste.
Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo y le dio el Nombre que es sobre todo nombre,para que en el Nombre de Jesús se doble toda rodilla, las celestiales, terrenales y subterráneas,y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor para la gloria de Dios Padre.
Envió la Palabra a los hijos de Israel para proclamar paz por medio de Jesucristo, Quien es el Señor de todos.
Porque la voluntad de mi Padre es que todo el que mira al Hijo y cree en Él, tenga vida eterna, y Yo lo resucitaré el día final.
Dará a luz un Hijo, y lo llamarás Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados.Todo esto sucedió para que se cumpliera lo dicho por el Señor por medio del profeta, quien dijo:Ciertamente, la virgen quedará embarazada y dará a luz un Hijo, y lo llamarán Emanuel, que significa: Dios con nosotros.
Jesús les habló otra vez: Yo soy la Luz del mundo. El que me sigue, de ningún modo andará en la oscuridad, sino tendrá la Luz de la Vida.
Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Quien según su gran misericordia causó que renaciéramos para una esperanza viva por medio de la resurrección de Jesucristo de entre los muertos,
sin padre, sin madre, sin genealogía, sin principio de días ni fin de vida, sino declarado semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.
Que si confiesas con la boca al Señor Jesús y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo.
Porque si cuando éramos enemigos fuimos reconciliados con Dios por medio de la muerte de su Hijo, mucho más después de ser reconciliados seremos salvos por su vida.
y de Jesucristo, el Testigo fiel, el Primogénito de los muertos y el Soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama, nos libertó de nuestros pecados con su sangre
Puesto que tenemos a Jesús, el Hijo de Dios, el gran Sumo Sacerdote que traspasó los cielos, retengamos la confesión de fe.
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