y nosotros hemos creído y conocido el amor que Dios tiene por nosotros, porque Dios es amor, y todo el que permanece en amor permanece en Dios.
Y esta es la vida eterna: que te conozcan a tí, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.
a quien ha de manifestar a su debido tiempo el único bendito y poderoso Dios, Rey de reyes y Señor de señores,
Pero los frutos del espíritu son: amor, gozo, paz, paciencia, afabilidad, bondad, confianza, humildad, dominio de sí mismo. Contra tales cosas no hay ley,
Toda dádiva buena y perfecta procede de lo alto, desciende del Padre de las luces, en quien no hay cambio alguno, ni sombra de variación.
Y no existe cosa creada que esté oculta delante de ella, sino que todas las cosas están descubiertas y reveladas ante los ojos de Aquel a quien vamos a dar cuenta.
¿O eres insolente contra la riqueza de su bondad, contra su paciencia y contra la oportunidad que Él te ha dado, ignorando que la bondad de Dios te conduce al arrepentimiento?
¡Oh, profundidad de las riquezas, la sabiduría y el conocimiento de Dios! Porque nadie ha explorado sus juicios, y sus caminos son inescrutables,
por cuanto todos han pecado, y se encuentran privados de la gloria de Dios, pero son justificados gratuitamente por medio de la gracia y mediante la salvación que es por medio de Jesucristo, a quien Dios preordenó como propiciación por su sangre, mediante la fe, a causa de nuestros pecados cometidos anteriormente, por la oportunidad que Dios nos dio en su paciencia para la demostración de su justicia en este tiempo, para que Él sea el Justo y justifique mediante la justicia al que esté en la fe de nuestro Señor Jesucristo.
para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, seamos sobremanera confortados, para que teniendo refugio en Él, estemos asidos firmemente de la esperanza que nos prometió,
¿Qué diremos, pues, acerca de esto? Si Dios está a favor nuestro, ¿quién contra nosotros?
Pues si ustedes siendo malos saben dar buenos regalos a sus hijos, ¿cuánto más su Padre que está en el Cielo dará cosas buenas a los que le pidan?
Éstas son las buenas nuevas que hemos escuchado de Él y se las anunciamos: Dios es luz y ninguna tiniebla hay en Él;
y enséñenles que guarden todo lo que les he ordenado. He aquí, yo estoy con ustede todos los días, hasta el fin del mundo[49]. Amén.
Mi Dios, pues, suplirá para toda su necesidad, según sus riquezas, en la gloria de Jesucristo.
Y nosotros sabemos que a los que aman a Dios, Él los ayuda en todo para bien, a los que designó anticipadamente para que fueran llamados,
porque todas las promesas de Dios en Él, en el Cristo, son sí, y por tanto, por medio de Él nosotros damos el amén para la gloria de Dios.
Observen a las aves del cielo no siembran, ni cosechan, ni almacenan en graneros, y su Padre que está en el Cielo las alimenta. ¿No son acaso ustedes más importantes que ellas?
Que el Dios de la esperanza los colme de todo gozo y paz en la fe, para que crezcan en su esperanza por el poder del espíritu santo.
puestos los ojos en Jesús, porque Él fue el Autor y Consumador de nuestra fe, quien por el gozo que había para Él soportó la cruz, despreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
porque estoy convencido de esto: que Aquel que inició en ustedes las buenas obras, las perfeccionará hasta el día de nuestro Señor Jesucristo.
pero Dios, que es rico en sus misericordias, por su gran amor con el que nos ha amado, aún estando muertos en nuestros pecados, nos dio vida junto con el Cristo, y por su gracia Él nos salvó;
Que su mente no se complazca en el dinero, sino que lo que tengan les sea suficiente, porque Yahweh mismo dice: 'NO TE DEJARÉ NI TE DESAMPARARÉ',
Fiel es Dios, por quien fueron ustedes llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo, Señor nuestro.
ahora Dios muestra su amor para con nosotros, porque si cuando éramos pecadores el Cristo murió por nosotros,
Busquen, pues, primero el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.
Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Miren cuán grande es el amor del Padre por nosotros, que nos llamó y nos ha hecho hijos. Por eso el mundo no nos conoce, porque a Él tampoco lo conoce.
Así que si ustedes han resucitado junto con el Cristo, busquen las cosas de arriba, donde el Cristo está sentado a la diestra de Dios. Piensen en las cosas de arriba, y no en las de la Tierra,
porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada podrán apartarme del amor de Dios que es por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Y a Aquel que es capaz por su gran poder de hacer por nosotros mucho más de lo que pedimos o pensamos, conforme a su poder que opera en nosotros,
Así pues, no hay condenación para los que, estando en Jesucristo, no andan conforme a la carne,
pero ustedes son linaje escogido, para que sirvan como sacerdotes para el reino; pueblo santo, congregación redimida para que anuncien las glorias de Aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable,
y no sean conforme a este mundo, sino transfórmense por medio de la renovación de su mente, y disciernan cuál es la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios.
Vengan a mí todos los que están abatidos y cargados, y yo los haré descansar. Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí que soy manso[23] y humilde de corazón, y ENCONTRARÁN REPOSO PARA SUS ALMAS, porque mi yugo es placentero[24] y ligera mi carga.
Porque la palabra de Dios es viva y todo lo inspecciona, y es más cortante que una espada de dos filos, y penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas, la médula y los huesos, y juzga las intecnciones y las reflexiones del corazón.
Luego Jesús dijo a sus discípulos: El que desee venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame,
Y en esto no hay distinción entre judíos y gentiles, porque uno es el Señor de todos ellos, que es generoso para con todo aquel que lo invoca: porque TODO EL QUE INVOQUE EL NOMBRE DEL SEÑOR SERÁ SALVO.
pero sabemos que el Hijo de Dios vino y nos ha dado entendimiento para que conozcamos al Verdadero, y estemos en Él, en el Verdadero, en su Hijo Jesucristo. Éste es el verdadero Dios y la vida eterna.
porque con el Cristo fui crucificado, y ya no vivo yo, sino que el Cristo vive en mí. Y lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Luego el Rey dirá a los que estén a su derecha: 'Vengan benditos de mi Padre; hereden el reino preparado para ustedes desde el establecimiento del mundo.
la cual es para nosotros como un ancla que sostiene firmemente nuestra alma para que no sea sacudida, y penetra hasta detrás del velo,
Y si no eximió a su Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará con Él todas las cosas?
Que el Dios de la paciencia y del consuelo les conceda pensar en armonía los unos respecto a los otros en Jesucristo,
Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí que soy manso[23] y humilde de corazón, y ENCONTRARÁN REPOSO PARA SUS ALMAS,
pero si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda nuestra iniquidad.
Porque el reino de Dios no consiste en comida ni en bebida, sino en justicia, paz y gozo por el espíritu santo,
a quien ha de manifestar a su debido tiempo el único bendito y poderoso Dios, Rey de reyes y Señor de señores, que es el único incorruptible y que mora en luz, a quien nadie puede tocar, y a quien ningún hombre ha visto ni es capaz de ver. A Él sea la honra y el dominio eterno para siempre. Amén.
a quienes Dios quiso revelar cuál es la riqueza de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es el Cristo en ustedes, la esperanza de nuestra gloria,
Pero los frutos del espíritu son: amor, gozo, paz, paciencia, afabilidad, bondad, confianza,
Por tanto, ya sea que coman, que beban o que hagan cualquier cosa, háganlo todo para la gloria de Dios,
Ustedes, pues, oren de esta manera: 'Padre nuestro que estás en el Cielo, santificado sea tu Nombre. 'Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el Cielo, así también en la Tierra.
Todo el que habla, que hable de acuerdo a la palabra de Dios, y todo el que ministra, que ministre según el poder que Dios le da, para que en todo lo que ustedes hagan, Dios sea glorificado por medio de Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y la honra por siempre y para siempre. Amén.
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