Un cumpleaños es una celebración para bendecir a esa persona que cumple uno más, y para disfrutar de las bondades de Dios, disfrutar del privilegio de cumplir un año más de vida. Dios te ha dado maravillosas promesas y en este momento de celebración se pueden recordar, compartir la palabra de Dios con tus seres queridos es ideal en ese momento tan alegre. En tu cumpleaños deseo que cada día disfrutes de buena salud y que vivas cada día con la guía verdadera de la sabiduría, la que viene de Dios, que Dios envíe sus ángeles alrededor de ti para que te guarden, que Dios conceda lo que tu corazón desea conforme a su perfecta voluntad. Por mí aumentarán tus días; muchos años de vida te serán añadidos. (Proverbios 9:11)
Querido hermano, deseo que en todo prosperes y que tengas salud tanto f sica como espiritual.
Antes de formarte en el seno materno te conoc, desde antes que nacieras te consagré: profeta de las naciones te constitu.
Yahveh te bendiga y te guarde. Haga Yahveh resplandecer su rostro sobre ti y te otorgue su gracia. Vuelva Yahveh su rostro hacia ti y te dé la paz.
Le saturas los surcos de humedad y le allanas la gleba; con chubascos la ablandas y bendices sus gérmenes.
hasta vuestra vejez yo seré el mismo, hasta vuestras canas yo os sostendré; yo mismo lo hice y yo os llevaré, yo os sostendré y os salvaré.
Tú, en efecto, formaste mis entra as, me tejiste en el seno de mi madre. Yo te alabo por temible y admirable: tus obras son maravillosas. Tú conoces el fondo de mi alma,
Porque yo sé los planes que tengo trazados acerca de vosotros - oráculo de Yahveh -, planes de bienestar y no de desgracia, de daros un porvenir y una esperanza.
Porque de él somos hechura, creados en Cristo Jesús para las obras buenas que Dios nos preparó de antemano como norma de conducta.
Que el Dios de la esperanza os colme de todo gozo y de paz en vuestra permanencia en la fe, a fin de que reboséis de esperanza por el poder del Esp ritu Santo.
Yahveh, tu Dios, está contigo. ¡Es un héroe que salva! Se gozará en ti con alegr a, te renovará con su amor, dará gritos de júbilo por ti como en los d as de fiesta, alejaré de ti la desgracia, el oprobio que pesa sobre ti.
Mi embrión, tú lo viste con tus ojos, y los d as creados figuraban todos inscritos en tu libro, antes ya de que uno de ellos existiera.
que no se han terminado las bondades de Yahveh Jet ni se han agotado sus misericordias; nuevas son cada ma ana. ¡Grande es tu fidelidad!
Muchos son los que dicen: '¿Quién nos dará a ver la dicha?' Levanta, tú, Se or, ante nosotros la luz de tu presencia.
Tú me has dado a conocer caminos de vida: contigo, la alegr a hasta la hartura; a tu diestra, delicias sempiternas.
Os he dicho estas cosas para que mi alegr a esté en vosotros, y vuestra alegr a sea colmada.'
con la firme esperanza de que el que empezó entre vosotros la obra buena, la irá llevando a su término hasta el d a de Cristo Jesús.
Una cosa yo pido del Se or, una cosa suplico: habitar en la casa del Se or, todos los d as de mi vida, para contemplar la belleza del Se or al visitar su templo.
y amarás al Se or, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.
de todo mal él te preserva y protege tu vida. El Se or guarda tus idas y venidas, desde ahora, para siempre.
Llamo hoy por testigos contra vosotros al cielo y tierra de que te pongo delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Elige, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia, amando a Yahveh, tu Dios, escuchando su voz y allegándote a él, porque en eso está tu vida y la prolongación de tus d as, para que habites sobre la tierra que Yahveh juró dar a tus padres, a Abrahán, a Isaac y a Jacob'.
pero los que esperan en Yahveh cobrarán nueva fuerza, les crecerán las alas como a las águilas, correrán y no se fatigarán, andarán y no se cansarán.
Por el contrario, el fruto del Esp ritu es amor, alegr a, paz, comprensión, paciencia, bondad, fidelidad, mansedumbre, autodominio. Contra tales cosas no hay ley.
De modo que, si alguno está en Cristo es una nueva criatura. Lo viejo pasó. Ha empezado lo nuevo.
no temas, que yo estoy contigo; no te asustes, que yo soy tu Dios. Te fortalezco y te ayudo, te sostengo con mi diestra salvadora.
Lo que hagáis, hacedlo con sinceridad, como para el Se or, y no para los hombres, seguros de que recibiréis del Se or la retribución de la herencia. Es a Cristo, el Se or, a quien serv s.
Conf a en Yahveh de todo corazón y no te apoyes en tu entendimiento. En todos tus caminos reconócele y él enderezará tus senderos.
No os amoldéis a las normas del mundo presente, sino procurad transformaros por la renovación de la mente, a fin de que logréis discernir cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, lo agradable, lo perfecto.
El Se or es mi fortaleza, él mi escudo, en él espero y él me ayuda: mi corazón se regocija y con mi canto le doy gracias.
Que cada uno ponga al servicio de los demás el don que recibió, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.
y miremos los unos por los otros, incitándonos al amor y a las buenas obras. No abandonemos nuestras reuniones, como algunos acostumbran hacer, sino animémonos unos a otros; y esto tanto más cuanto que veis que se acerca el d a.
A aquel que tiene poder sobre todas las cosas y puede hacer incomparablemente más de lo que pedimos o pensamos, según el poder que actúa en nosotros,
Cantar quiero al Se or, mientras viviere, celebrar a mi Dios, mientras exista. Que mi canto le sea grato: yo tengo en el Se or mi regocijo.
está vecino al que le invoca, al que lo llama con verdad. Satisface el anhelo de quien le invoca, escucha su gemido y lo socorre.
Sabemos, además, que en todas las cosas interviene Dios para el bien de quienes le aman, de quienes son llamados según su designio.
As pues, vivid en el Se or, Cristo Jesús, tal como lo habéis recibido, arraigados y sobreedificados en él y asidos a la fe, según se os ense ó, prodigando la acción de gracias.
Estad siempre alegres. No dejéis nunca de orar. Dad gracias en toda ocasión; pues esto es lo que Dios desea de vosotros en Cristo Jesús.
Estad siempre alegres en el Se or, os lo repito: estad alegres. Que vuestro mesurado comportamiento sea conocido de todos los hombres. El Se or está cerca. No os afanéis por nada, sino que, en toda ocasión, en la oración y súplica, con acción de gracias, vuestras peticiones sean públicamente presentadas a Dios. Y la paz de Dios, que está por encima de todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
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