Dad gracias en toda ocasión; pues esto es lo que Dios desea de vosotros en Cristo Jesús.
Yahveh te bendiga y te guarde. Haga Yahveh resplandecer su rostro sobre ti y te otorgue su gracia. Vuelva Yahveh su rostro hacia ti y te dé la paz.
Doy gracias a mi Dios cada vez que me acuerdo de vosotros, y siempre, en todas mis oraciones, todas mis súplicas por todos vosotros las hago con alegr a,
Tú, en efecto, formaste mis entra as, me tejiste en el seno de mi madre. Yo te alabo por temible y admirable: tus obras son maravillosas. Tú conoces el fondo de mi alma,
Le saturas los surcos de humedad y le allanas la gleba; con chubascos la ablandas y bendices sus gérmenes.
Doy siempre gracias a mi Dios por vosotros, por la gracia de Dios que os ha sido dada en Cristo Jesús.
gracia y paz a vosotros de parte de Dios, nuestro Padre, y del Se or Jesucristo. Doy siempre gracias a mi Dios por vosotros, por la gracia de Dios que os ha sido dada en Cristo Jesús.
Sabemos, además, que en todas las cosas interviene Dios para el bien de quienes le aman, de quienes son llamados según su designio.
Querido hermano, deseo que en todo prosperes y que tengas salud tanto f sica como espiritual.
Antes de formarte en el seno materno te conoc, desde antes que nacieras te consagré: profeta de las naciones te constitu.
Porque yo sé los planes que tengo trazados acerca de vosotros - oráculo de Yahveh -, planes de bienestar y no de desgracia, de daros un porvenir y una esperanza.
Pero ahora, as dice Yahveh, que te creó, Jacob, que te formó, Israel: 'No temas, pues te redimo, te llamo por tu nombre, eres m o. Si pasas por las aguas, contigo estoy, si por los r os, no te anegarán; si andas por el fuego, no te quemarás y la llama no te abrasará.
Hijo m o, no olvides mis ense anzas y guarda mis preceptos en tu corazón, porque largos d as, a os de vida y paz a adirán en tu haber.
Que el Dios de la esperanza os colme de todo gozo y de paz en vuestra permanencia en la fe, a fin de que reboséis de esperanza por el poder del Esp ritu Santo.
Él reserva el éxito a los justos, es un escudo para quien bien camina, protege los senderos de la justicia y custodia el camino de sus fieles.
hasta vuestra vejez yo seré el mismo, hasta vuestras canas yo os sostendré; yo mismo lo hice y yo os llevaré, yo os sostendré y os salvaré.
con la firme esperanza de que el que empezó entre vosotros la obra buena, la irá llevando a su término hasta el d a de Cristo Jesús.
el Se or lleva hasta el término mi causa. Tus favores, Se or, son para siempre: no abandones las obras de tus manos.
que no se han terminado las bondades de Yahveh Jet ni se han agotado sus misericordias; nuevas son cada ma ana. ¡Grande es tu fidelidad!
Salmo. Canto. Para el d a del sábado. Bueno es dar gracias al Se or y salmodiar, Alt simo, a tu nombre,
Porque de él somos hechura, creados en Cristo Jesús para las obras buenas que Dios nos preparó de antemano como norma de conducta.
Yo te alabo por temible y admirable: tus obras son maravillosas. Tú conoces el fondo de mi alma,
Venid, cantemos al Se or, aclamemos la roca de nuestra salvación. Vayamos a su encuentro con acción de gracias, aclamémoslo, al ritmo de canciones.
pero los que esperan en Yahveh cobrarán nueva fuerza, les crecerán las alas como a las águilas, correrán y no se fatigarán, andarán y no se cansarán.
Doy gracias a mi Dios cada vez que me acuerdo de vosotros, y siempre, en todas mis oraciones, todas mis súplicas por todos vosotros las hago con alegr a, por vuestra contribución a la causa del evangelio desde el primer d a hasta ahora, con la firme esperanza de que el que empezó entre vosotros la obra buena, la irá llevando a su término hasta el d a de Cristo Jesús.
Conf a en Yahveh de todo corazón y no te apoyes en tu entendimiento. En todos tus caminos reconócele y él enderezará tus senderos.
En tus atrios un d a vale mil: yo prefiero estar en la puerta de la casa del Se or, que habitar en las tiendas del imp o.
Porque eres caro a mis ojos, muy apreciado, y te amo; doy hombres por ti y pueblos por tu vida.
Aleluya. Dichoso el hombre que teme al Se or Álef y tiene en sus mandatos su contento. Bet Pujante en el pa s es su linaje, Gu mel pues la estirpe del justo es bendecida. Dálet
no temas, que yo estoy contigo; no te asustes, que yo soy tu Dios. Te fortalezco y te ayudo, te sostengo con mi diestra salvadora.
De modo que, si alguno está en Cristo es una nueva criatura. Lo viejo pasó. Ha empezado lo nuevo.
Salmo. De David. El Se or es mi pastor: nada me falta. Sobre los frescos pastos me lleva a descansar, y a las aguas tranquilas me conduce.
Salmo. De David. El Se or es mi pastor: nada me falta. Sobre los frescos pastos me lleva a descansar, y a las aguas tranquilas me conduce. Él restaura mi aliento, por las veredas justas él me gu a, en gracia de su nombre.
Que cada uno ponga al servicio de los demás el don que recibió, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.
Una cosa yo pido del Se or, una cosa suplico: habitar en la casa del Se or, todos los d as de mi vida, para contemplar la belleza del Se or al visitar su templo.
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