La bendición de Dios a nuestras vidas siempre viene en cantidades y llegan justo a tiempo, nunca tardan. Dios sabe el momento ideal para hacer llegar esa bendición que tanto has pedido en oración. Estamos rodeados de la hermosa bendición de Dios, tenemos salud, tenemos un techo, tenemos alimento, tenemos nuestra salud mental, tenemos personas que nos quieren y sobre todo tenemos a Dios en nuestras vidas, gozamos del maravilloso regalo de salvación, esas son bendiciones que a veces no notamos, pero que a muchas personas les falta, y debemos ser agradecidos por esas cosas, y gozarnos porque las misericordias de Dios que son nuevas cada mañana. Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. Dios habla en su palabra que la bendición que viene de él, es la que enriquece y no añade tristeza, Dios sabe lo que necesitamos y tienen cuidado de nosotros. Seamos pacientes que su bendición llegara cuando menos los esperes. Adora al Señor tu Dios, y él bendecirá tu pan y tu agua. Yo apartaré de ustedes toda enfermedad. (Éxodo 23:25) Mantén una vida de obediencia a Dios y la bendición vendrá con ella.
Entonces dice a sus discípulos: «La mies, por cierto, mucha; pero los obreros, pocos; rogad, pues, al señor de la mies, que apremie(k) obreros a su mies.»
Pero el que suministra simiente al que siembra, también pan para comida suministrará, y multiplicará la simiente vuestra y acrecentará los gérmenes de vuestra justicia;
¿No decís vosotros: que «todavía un cuatrimestre es y la siega viene(f)?» He aquí dígoos, levantad vuestros ojos y mirad las regiones, pues albas están para la mies. Ya
Pero esto(b): el que siembra parcamente, parcamente también segará, y el que siembra en bendiciones, en bendiciones también segará.
Salvóse de ardor el hijo inteligente; y de viento dañado se hará en la siega el hijo inicuo.
Y dijo a ellos: «¡La mies, por cierto, mucha! mas los obreros, ¡pocos! Rogad, pues, al señor de la mies, que obreros envíe a su mies.
(125:6) Los que siembran en lágrimas, en alborozo segarán. (125:7) Yendo iban y lloraban, arrojando sus semillas; (125:8) viniendo, empero, llegarán, en alborozo, trayendo sus gavillas.
secáronse los labriegos; llorad, heredades, por el trigo y cebada; pues ha perecido la vendimia del campo;
Si en mis preceptos caminareis y mis mandamientos guardareis y los hiciereis, dareos la lluvia en su tiempo, y la tierra dará su germen y los árboles de los campos darán sus frutos;
Pues, lo que aquellos han congregado justos comerán; y ellos de males no se librarán; agotada será su fortaleza.
Yo soy la vid; vosotros, los pámpanos. Quien permanece en mí y yo en él, éste lleva fruto mucho, porque, sin mí, no podéis hacer nada.
Y, lo bello haciendo, no desmayemos; que en el tiempo propio, segaremos, no desfalleciendo.
Juró el Señor por su gloria y por la fuerza de su brazo: «¡Si aún daré tu trigo y tus viandas a tus enemigos, y si aún beberán hijos extraños el vino tuyo en que trabajaste!— sino que los que recogieren, lo comerán, y loarán al Señor; y los que recogieren, lo beberán en los atrios, los santos, míos.
Y no dijeron en su corazón: «Temamos ya al Señor, nuestro Dios, al que nos da lluvia temprana y tardía, según tiempo de cumplimiento de precepto de mies, y ha guardado para nosotros.
y el enemigo el que la siembra, es el diablo; y la siega, consumación de siglos, y los segadores ángeles son.
Sembrad, para vos en justicia, vendimiad en fruto de vida; iluminaos lumbre de conocimiento; buscad al Señor, hasta que vengan gérmenes de justicia a vos.
pero el año, el séptimo, sábado; reposo, habrá para la tierra; sábado al Señor: tu campo no sembrarás y tu viña no podarás; y lo que de suyo brotare en tu campo, no segarás y las uvas de tu consagración(b), no vendimiarás: año de reposo será para la tierra;
Toda la flor del aceite, y toda la flor del vino y del trigo; las primicias(d) de lo que dieren a Señor, a ti lo he dado; los primeros frutos todos cuantos en su tierra, cuantos trajeren a Señor, tuyos serán; todo puro en tu casa los comerá;
Y fiesta de mies, de las primicias harás de tus obras que hubieres sembrado en tu campo; y fiesta de consumación a la salida del año en la recolección de tus obras de tu campo.
Y, cuando segares siega en tu campo y se te olvidare una gavilla, no tornarás a tomarla: para el advenedizo, y el huérfano y la viuda será, a fin de que te bendiga el Señor, tu Dios, en todas las obras de tus manos.
Y fiesta de semanas te harás: primicias de siega de trigo, y primicias de recolección a la vuelta del año.
Y, cuando se ha presentado el fruto, al punto mete(d) la hoz, pues ha llegado la siega.»
la mayor parte del pueblo, la que condujiste en tu alegría; y se alegrarán delante de ti, como los que se alegran en siega, y al modo que los que reparte botín;
Quien siembra vil, segará malo, y plaga de sus obras consumará. A varón alegre y dadivoso bendice Dios, y vanidad(e) de sus obras consumará.
(3:12) Enviad hoces, que ha llegado la vendimia: entrad, hollad puesto que lleno está el lagar; rebosad los sublagares; que se han colmado los males de ellos.
Como salida(f) de nieve, en siega por el ardor aprovecha; así mensajero fiel a los que le envían; pues a las almas de los que de él se sirven, aprovecha.
Y, cuando segareis la siega de vuestra tierra, no ultimarás tu siega, segando tu campo hasta la linde; y lo caído de tu siega no recogerás; y tu viña no rebuscarás, ni las uvas(b) de tu viña no recogerás; al pobre y al peregrino lo dejarás: yo soy Señor el Dios vuestro.
Dejad crecer juntamente los dos hasta la siega; y, en tiempo de la siega, diré a los segadores: «Recoged primero la cizaña y atadla en atados para quemarla; y el trigo juntad en mi granero.»
Y otro ángel salió del templo, clamando en voz grande al sentado sobre la nube: «Mete tu hoz y siega; que ha llegado la hora de segar; que se ha secado la siega(h) de la tierra(i)».
Seis días trabajarás, pero el séptimo reposo; en la siembra y en la siega reposo. Y fiesta de semanas te harás: primicias de siega de trigo, y primicias de recolección a la vuelta del año.
y el día que plantares, errarás; y si(g) temprano sembrares, florecerá en mies(h) el día que repartieres y, como padre de hombre, repartieres a tus hijos.
Y lo otro cayó sobre la tierra la bella y daba fruto; cual a ciento; cual a sesenta; cual a treinta.
No vosotros me elegisteis, sino yo os elegí, y púseos, para que vosotros vayáis y fruto llevéis y el fruto vuestro permanezca; para que lo que pidiereis al Padre en mi nombre os dé.
Siete días festearás al Señor, tu Dios, en el lugar que eligiere el Señor, tu Dios, para sí; pues te bendecirá el Señor, tu Dios, en todos tus frutos y en toda obra de tus manos; y estarás gozoso.
Longanimaos, pues, hermanos, hasta la parusia(c) del Señor. He aquí el labrador aguarda el precioso fruto de la tierra, longanimándose con él, hasta coger el temprano y el tardío.
Yo planté; Apolos regó; empero Dios acrecentó; así que ni el que planta, es algo, ni el que riega, sino el que acrecienta: Dios. Y el que planta y el que riega, uno(b) son, y cada cual el propio galardón recibirá, según la propia labor.
Y el sobre la hermosa tierra sembrado: éste es el que la palabra oye y entiende, el que fructifica y da: quien a ciento; quien a sesenta; quien a treinta.»
Y lo que en hermosa tierra, éstos son los que en corazón hermoso y bueno, oyendo, la palabra retienen y fructifican en paciencia.»
Y sembró Isaac en aquella tierra, y halló en aquel año el céntuplo: y bendíjole Señor.
Pues, como desciende la lluvia o nieve del cielo, y no retorna, no, hasta embriagar la tierra y genere y brote y dé simiente al sembrador y pan en comida; así será la palabra mía; la cual, si saliere de mi boca, no retornará, no, hasta cumplir cuanto he querido; y prosperaré los caminos tuyos y los mandatos míos.
He aquí días vienen, dice el Señor, y cogerá la siega a la vendimia, y madurará la uva en la siembra, y destilarán los montes dulzura; y todas las colinas sembradas estarán.
y te amará, y bendecirá y multiplicará; y bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra: tu trigo, y tu vino, y tu aceite; las crías de tus vacas y las greyes de tus ovejas en la tierra, que juró el Señor a tus padres darte.
Contemplad los cuervos, cómo no siembran ni siegan; que no tienen despensa ni granero, y Dios aliméntalos. ¿Cuánto más vosotros diferís de los volátiles?
Y lo otro cayó en la tierra la hermosa, y daba fruto subiendo y creciendo, y llevaba a treinta, y a sesenta y a ciento».
Otra parábola propúsoles, diciendo: «Asemejádose ha el reino de los cielos a un hombre sembrando hermosa simiente en su campo. Y mientras dormían los hombres, vino el enemigo de él, y sobresembró cizaña en medio del trigo, y se fue. Y cuando floreció la yerba y fruto dio, entonces apareció también la cizaña. Y, llegándose los siervos del dueño de casa le dijeron: «Señor, ¿no has acaso hermosa simiente sembrado en tu campo? ¿de dónde pues, tiene cizaña? Y él díjoles: «Enemigo hombre esto hizo». Y ellos le dicen: «¿Quieres, pues que, yendo, la recojamos?» Y les dice: «No», no sea que, recogiendo la cizaña, desarraiguéis a la vez con ella el trigo. Dejad crecer juntamente los dos hasta la siega; y, en tiempo de la siega, diré a los segadores: «Recoged primero la cizaña y atadla en atados para quemarla; y el trigo juntad en mi granero.»
Dad, y se os dará; medida hermosa, apretada, remecida, rebosante darán en vuestro seno; pues con la medida que medís, se os volverá a medir».
Honra al Señor con todas tus justas labores, y primíciale de tus frutos de justicia; a fin de que se llenen tus graneros de hartura de trigo; y de vino tus lagares rebosen.
tú sembrarás, y no segarás, no; tú aprensarás oliva, y no te ungirás, no, con óleo; y vino, y no beberéis, no; y disipadas serán las leyes de mi pueblo.
Y los hijos de Sión, gozaos y alegraos en el Señor, vuestro Dios; por cuanto os ha dado las viandas en justicia(g); y os lloverá lluvia matutina y vespertina, así como antes; y se llenarán las eras de trigo; y rebosarán los lagares de vino y aceite.
Quien labra su tierra, llenaráse de panes; y los que van en pos de lo vano, menesterosos de alma. Quien es gozoso en de vinos conversaciones, en sus valladares(b) dejará deshonra.
Y viendo a las turbas se lastimó de ellas; porque estaban desgarradas,(j) postradas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dice a sus discípulos: «La mies, por cierto, mucha; pero los obreros, pocos; rogad, pues, al señor de la mies, que apremie(k) obreros a su mies.»
porque el que siembra en su carne, de la carne segará corrupción; y el que siembra en el espíritu, del espíritu segará vida eterna.
Oprobiado el perezoso, no se avergüenza; así también(b) el prestador de trigo en siega.
cuyo aventador en su mano, y depurará su era y reunirá su trigo en su granero; mas la paja quemará con fuego inextinguible».
Y será en aquel día: vallará Dios, desde el foso del río(k) hasta Rinocorura(l), y vosotros congregad uno por uno los hijos de Israel—.
En verdad, en verdad dígoos: si el grano de trigo, cayendo en la tierra, no muriere, él sólo queda; pero, si muriere, mucho fruto lleva.
Seis años sembrarás tu tierra y recogerás sus frutos; pero, al séptimo, la dejarás vacar y reposar; y comerán los indigentes de tu pueblo y lo sobrante comerán las bestias del campo. Así harás con tu viña y con tu olivar.
Donde no hay bueyes, pesebreras limpias; y donde muchos frutos, patente del buey la fuerza.
Así será en la consumación del siglo: saldrán los ángeles y separarán a los malos de en medio de los justos,
Pues dice la Escritura: A buey que trilla, no bozalearás; y digno, el obrero de su jornal.
Y dijo esta parábola: «Higuera tenía uno criada en su viña, y vino buscando fruto en ella, y no encontró. Y dijo al viñador: «He aquí tres años ha que vengo buscando fruto en esta higuera, y no encuentro; córtala ¿para qué todavía la tierra esquilma?» Y él respondiendo, dícele: «Señor, déjala todavía este año, hasta que cave yo en torno de ella y arroje estercolillos: y, si ya hiciere fruto en lo venidero(a). Empero, si no cortarásla».
Israel, viña estéril Cantaré ya al amado(a) un cantar del amado mío(b) a la viña mía: «Viña tuvo el amado, en cuerno(c) en sitio pingüe. Y cerca puse en torno y vallé, y planté vid de Sorec(d) y edifiqué torre en medio de ella; y lagar cavé en ella; y aguardé a que hiciera uvas, e hizo espinas.
Visitaste la tierra y embriagástela(c); llenaste(d) para enriquecerla: (64:10) el río de Dios(e) llenóse de aguas; aderezaste el sustento de ellos(f); pues así es tu aderezamiento. (64:11) Los surcos de ella embriaga tú; multiplica los gérmenes de ella; en las gotas de ella se alegrará germinando. (64:12) Bendecirás la corona(g) del año de tu bondad, y tus campiñas se llenarán de grosura; (64:13) engrosarán los montes(h) del desierto; y de alborozo las colinas se ceñirán. (64:14) Revestidas se han los carneros de las ovejas; y las hondonadas se llenarán de trigo: clamarán(i), pues que himnodiarán.
Y yo detuve, de vosotros la lluvia tres meses antes de la vendimia; y lloveré sobre ciudad una, sobre ciudad una no lloveré; parte una será regada, y parte una, sobre la cual no lloveré, se secará.
Y, respondiendo, díjola: «No más por el siglo(c) de ti nadie fruto coma». Y oyeron sus discípulos.
Sembrad trigos y espinas segad; sus heredades no les aprovecharán; avergonzaos de vuestra jactancia, del oprobio ante el Señor.
Y en la misma casa quedad, comiendo y bebiendo lo cerca de ellos; pues ¡digno el obrero de su salario! No paséis de casa en casa.
Rareza de buenos. Promesa de perdón. ¡Ay de mí que he sido hecho como quien recoge paja en siega, y como racimo en vendimia, no habiendo uva para comer los primerizos(a)! ¡Ay de mi alma,
Siete semanas te contarás; empezando tu hoz bajo la mies, empezarás a contar siete semanas;
Pero, llegando también el que un talento ha recibido, dijo: «Señor, te he conocido yo: que duro eres —hombre, segando donde no sembraste, y juntando donde no esparciste; y, atemorizado, yendo oculté tu talento en la tierra; he aquí tienes lo tuyo». Y respondiendo su señor, díjole: «Mal siervo y perezoso ¿sabías que siego, donde no sembré, y junto, donde no esparcí?
Pues no plantarán, no; ni sembrarán, no; ni se radicará, no, en la tierra la raíz de ellos. Sopló sobre ellos, y secáronse; y tormenta, como fajina los cogerá.
el que siega, salario recibe y recoge fruto para vida eterna; para que el que siembra, a la vez se goce y el que siega. Pues en esto la palabra es verdadera: que «otro es el que siembra, y otro el que siega». Yo os he enviado a segar lo que no vosotros habéis trabajado: otros han trabajado, y vosotros en su trabajo habéis entrado».
¿o por nosotros del todo dice?(b) Pues por nosotros se escribió, porque debe en esperanza el que ara, arar; y el que trilla, en esperanza de disfrutar.
Sazón de engendrar, y sazón de morir; sazón de plantar, y sazón de arrancar lo plantado;
Porque esto dice el Señor: Rastrojead, rastrojead, como vid, las reliquias de Israel; volved, como el vendimiador, a su cesta(b).
«Di a los hijos de Israel, y les dirás: «Cuando entrareis en la tierra que os doy, y segareis su siega, traeréis una gavilla, al sacerdote;
pues te temía, porque hombre austero eres: alzas lo que no pusiste; y siegas lo que no sembraste». Dícele: «De tu boca júzgote, mal siervo. ¿Sabías que yo hombre austero soy, alzando lo que no puse y segando lo que no sembré? ¿Y por qué no diste mi dinero a mesa(e)? Y yo, viniendo, con interés lo hubiera pedido».
He aquí el jornal de los obreros los que segaron vuestras regiones, el defraudado por vosotros, grita; y los clamores de los que han cosechado, en las orejas del Señor sabaot(b) ha entrado.
Por esto, esto dice el Señor: «He aquí que mi ira y furor se derrama sobre este lugar, y sobre los hombres, y sobre los ganados, y sobre todo leño del campo de ellos, y sobre los gérmenes de la tierra; y se encenderá y no se extinguirá».
Y esto, para ti la señal: come este año lo que sembraste(c); mas el año, el segundo, los restos; mas el tercero los sembradores segad y plantad vides y comed el fruto de ellas.
(9:39) Pues, quien de beber os diere cáliz de agua en nombre mío, porque de Cristo sois, en verdad os digo que no perderá, no, su galardón.
«Símil es el reino de los cielos a un tesoro escondido en el campo, el que, encontrando un hombre, escondió, y de gozo de él se va, y vende cuanto tiene y compra aquel campo.»
Habrá afianzamiento(h) en la tierra sobre las cimas de los montes; se elevará sobre el Líbano su fruto, y florecerán de la ciudad(i), cual hierba de la tierra.
Y díjoles: «Empero ahora(h) el que tiene bolsa, alce; igualmente también alforja; y el que no tiene, venda su vestido, y compre cuchilla.
Enviará el Señor sobre ti la bendición en tus arcas y sobre todas las cosas en que pusieres tu mano; y te bendecirá sobre la tierra que el Señor, tu Dios, te da.
Al alba siembra tu semilla y a la tarde no pare tu mano; pues no sabes cuál procederá; si esto o esto; y si entrambas cosas, en uno, buenas(k).
Parábola de la viña «Porque semejante es el reino de los cielos a un hombre dueño de casa, el que salió con el alba a ajustar obreros para su viña. Y habiéndose concertado con los obreros en un denario al día envióles a su viña. Y saliendo cerca de la tercera hora(a) vio otros parados en la plaza, ociosos, también a aquéllos dijo: «Id también vosotros a la viña, y lo que fuere justo daréos». Y ellos se fueron. Y otra vez saliendo cerca de la sexta y nona hora, hizo otro tanto. T; 12ª —puesta de sol. Y cerca de la undécima, saliendo halló otros parados y díceles: «¿Qué aquí estáis parados todo el día ociosos?» Dícenle: «Porque nadie nos ha ajustado». Díceles: «Idos también vosotros a la viña». Y atardeciendo, dice el dueño de la viña a su mayordomo: «Llama a los obreros y paga el jornal principiando por los últimos, hasta los primeros. Y viniendo los de cerca de la undécima hora recibieron sendos denarios. Y viniendo los primeros pensaron que más recibirían, y recibieron sendos denarios también ellos. Y cogiendo, murmuraron contra el dueño de casa, diciendo: «Estos, los últimos, una hora han hecho, e iguales a ellos con nosotros has hecho que hemos llevado el peso del día y el ardor». Y, él respondiendo, a uno de ellos, dijo: «Amigo no te agravio: ¿Acaso en denario no te has concertado conmigo? Toma lo tuyo, y vete; Quiero yo a éste, el último, dar lo mismo que a ti.(b) ¿No puedo yo, lo que quiero hacer en lo mío? ¿o tu ojo malo está porque yo bueno soy?» Así serán los últimos, primeros; y los primeros, últimos. Pues muchos son llamados; pero pocos, escogidos.»
¿Acaso todo el día arará el arador? ¿o la semilla predispondrá antes de labrar la tierra? ¿no, cuando hubiere emparejado la faz de ella, entonces siembra pequeño eneldo o comino; y luego siembra trigo y cebada, y mijo y escanda en sus lindes?
Tres tiempos del año me festejaréis. La fiesta de los ázimos guardaréis; siete días comeréis ázimos, según que te he mandado, según el tiempo del mes de las espigas; que en él saliste de Egipto; no aparecerás a faz mía vacío. Y fiesta de mies, de las primicias harás de tus obras que hubieres sembrado en tu campo; y fiesta de consumación a la salida del año en la recolección de tus obras de tu campo.
Y cuando hubiéreis entrado en la tierra, y plantado todo leño comestible(e) dejaréis, como prepucio(f) su fruto: tres años será para vosotros incircunciso(g): no se comerá. Y el año el cuarto será todo su fruto santo, loable al Señor; y el año el quinto comeréis el fruto, ganancia para vosotros sus gérmenes: yo soy Señor el Dios vuestro.
Y sembraron campos, y plantaron viñas, e hicieron fruto de germinación. Y bendíjolos y multiplicáronse sobremanera, y sus ganados no mermó:
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