Bendeciré a los que te bendicen; y a los que te maldicen, maldeciré, y benditas serán en ti todas las tribus de la tierra».
(126:4) cuando da a sus amados el sueño(b). He aquí heredad del Señor: hijos, el galardón(c) del fruto del vientre de ella.
Guarda y escucha todas las palabras que yo te mando, para que bien te vaya y a tus hijos, después de ti, por el siglo, si hicieres lo agradable a los ojos del Señor, tu Dios.
Y será tu simiente como el polvo de la tierra, y te delatarás hacia la mañana y la tarde, y la medianoche y el mediodía; y benditas serán en ti todas las tribus de la tierra, y en la simiente tuya.
Y pondré mi alianza entre mí y ti y entre la simiente tuya, después de ti por generaciones de ellos, por alianza sempiterna.
Que yo daré agua, en sed, a los que andan en lo inacuoso; pondré mi espíritu sobre tu simiente, y mis bendiciones sobre tus hijos;
Honra a tu padre y a tu madre para que longevo(d) seas sobre la tierra la buena que Señor tu Dios te dará.
Y si alguna viuda hijos o nietos tiene, —aprendan(a) primero la propia casa reverenciar y compensaciones retornar a los progenitores; que esto acepto es a faz de Dios.
(Salmo 127) Feliz el hogar del justo. (Cantar de las gradas) Bienaventurados todos los que temen al Señor; los que andan en sus caminos. Los frutos de tus palmas conocerás; bienaventurado eres y bellamente te estarás: tu mujer, como vid rica en los costados de tu casa; (127:4) tus hijos como vástagos de olivas en contorno de tu mesa. (127:5) He aquí así bendecido será el hombre que temiere al Señor.
Sea el Señor, nuestro Dios, con nosotros, según que fue con nuestros padres; no nos abandone ni nos aparte,
Y, si alguno, a los propios, y máximamente a los domésticos, no provee, la fe ha negado y es, más que un infiel, malo.
Corona de ancianos, hijos de hijos; y gloriación de hijos, sus padres. Del fiel, todo el mundo de bienes; y del infiel, ni un óbolo.
Y estarán estas palabras que yo te mando hoy, en tu corazón y en tu alma; y las inculcarás a tus hijos; y hablarás en ellas, sentado en tu casa y andando en el camino, y acostándote y levantándote;
te bendeciré y multiplicaré(d) la simiente tuya como las estrellas del cielo y como la arena la que en la orilla del mar; y heredará tu simiente las ciudades de sus enemigos,
Y si no os place servir al Señor, elegid para vosotros mismos hoy a quien servir: si a los dioses de vuestros padres, a los de allende el río, o a los dioses de los amorreos en que habitáis sobre la tierra de ellos; yo, empero, y mi casa serviremos al Señor, porque santo es.»
que varón cabeza es de la mujer, como también el Cristo, cabeza de la iglesia; él mismo, salvador del cuerpo(i).
Los hijos, obedeced a vuestros progenitores; que esto es justo. Honra al padre tuyo y a la madre; el que es el mandamiento primero en(a) promesa: para que bien te vaya y seas longevo sobre la tierra(b). Los padres, no enojéis a vuestros hijos, sino criadles en enseñanza y amonestación de Señor(c).
E hizo Dios al hombre; según imagen de Dios hízole; macho y hembra hízoles. Y bendíjoles Dios, diciendo: «Creced y llenad la tierra, y enseñoreaos de ella y principad a los peces del mar, y a los volátiles del cielo, y a todo ganado, y a toda la tierra y a todos los reptiles que reptan sobre la tierra».
Y les daré camino otro y corazón otro, para que me teman todos los días, y para bien a ellos y sus hijos después de ellos.
Consagración de joven, según su camino(c); aun después que envejeciere, no se apartará de él.
Los hijos, obedeced a vuestros progenitores; que esto es justo. Honra al padre tuyo y a la madre; el que es el mandamiento primero en(a) promesa: para que bien te vaya y seas longevo sobre la tierra(b).
(126:4) cuando da a sus amados el sueño(b). He aquí heredad del Señor: hijos, el galardón(c) del fruto del vientre de ella. (126:5) Como flechas en mano de poderoso; así los hijos de los lanzados(d). (126:6) Bienaventurado, el que cumpliere su deseo en ellos(e); no será confundido, cuando hablaren a los enemigos de ellos en la puerta(f).
Por lo tanto, ya no sois huéspedes y advenedizos, sino que sois conciudadanos de los santos y domésticos de Dios,
y su justicia sobre hijos de hijos; para los que guardan su testamento. y se acuerdan de sus mandamientos para hacerlos.
Haceos, unos para con otros, buenos, entrañables, condonándoos, según también Dios en Cristo os ha condonado.
Los padres, no enojéis a vuestros hijos, sino criadles en enseñanza y amonestación de Señor(c).
Y el Dios de la paciencia y de la consolación déos lo mismo sentir(a) entre vosotros, según Cristo Jesús; para que unánimemente en una boca glorifiquéis a Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
Las mujeres, sujetaos a los maridos; cual conviene en Señor. Los maridos, amad a las mujeres, y no os amarguéis para con ellas. Los hijos, obedeced a los padres en todo; que esto bien placiente es en Señor. Los padres, no irritéis a los hijos vuestros, para que no se apoquen.
y la boca abrió sabia y legislativamente; y su misericordia alzó(g) sus hijos, y enriqueciéronse; y su marido la loó: «Muchas hijas adquirieron riquezas; muchas hicieron poderío; pero tú sobresales, las has sobrepasado todas.
Todos estos, hijos de Jacob, doce; y esto hablóles su padre; y bendíjoles; a cada uno según su bendición, bendíjoles.
Los maridos, asimismo cohabitando según ciencia(c), como con más débil vaso, con el mujeril, dispensando honra como a también coherederas de gracia de vida; para que no sean impedidas vuestras oraciones(d).
(145:8) Señor guarda a los advenedizos; a huérfano y viuda acogerá; y camino de pecadores desvanecerá.
Pues sé que ha de mandar a sus hijos y a su casa, después de él, que guarden el camino de Señor a hacer juicio y justicia, para que traiga Señor sobre Abrahán todo lo que le ha hablado».
(Salmo 132) Concordia y paz. (Cantar de las gradas; para David) He aquí ahora ¿qué bello o qué grato, como habitar hermanos en uno?
(Salmo 111) Dicha del temeroso de Dios. (Aleluya) Bienaventurado, el varón que teme al Señor; en sus mandamientos querrá sobremanera; poderosa en la tierra será su simiente; generación de rectos bendecida será;
Y mi Dios llenará toda necesidad de vosotros, según su riqueza, en gloria, en Cristo Jesús.
De nuevo, en verdad, dígoos que, si dos se concertaren de vosotros sobre la tierra, acerca de toda cosa que pidieren, seráles(d) desde mi Padre, el de los cielos. Pues donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy en medio de ellos.»
(18:15) Y serán para beneplácito las palabras de mi boca, y la meditación del corazón mío delante de ti siempre, (18:16) Señor, ayudador mío y redentor mío.
Y, lo bello haciendo, no desmayemos; que en el tiempo propio, segaremos, no desfalleciendo.
El Señor te guardará de todo mal; guarde él a tu alma. El Señor guardará tu entrada y tu salida, desde ahora y por el siglo.
Honorable, el matrimonio en todo, y el tálamo, inmaculado; que a rameros y adúlteros juzga Dios.
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