a que procuréis llevar una vida tranquila, a que os dediquéis a vuestros propios asuntos y a que trabajéis con vuestras propias manos, según las instrucciones que os dimos,
Dios les ha dotado de una gran maestr a para ejecutar todo tipo de trabajo de arte y artesan a, para recamar la púrpura violeta y escarlata, el carmes y el lino fino y para toda suerte de tejidos. Les ha colmado de cualidades para el desempe o de cualquier trabajo y para la creación de obras de arte'.
Deja al Se or tus suertes Gu mel y abandónate a él, que él obrará. Él pondrá en plena luz tu causa justa y en claror de mediod a, tus derechos: Dálet
Ensancha el lugar de tu tienda, despliega, no escatimes, las lonas de tus moradas, alarga tus cuerdas y asegura tus clavijas, que a derecha y a izquierda te extenderás, tu estirpe poseerá naciones, y ciudades desiertas poblará.
Éste se percató de que Yahveh estaba con José y que le hac a prosperar en todo lo que emprend a.
'Hoy todos vosotros estáis presentes ante Yahveh, vuestro Dios: vuestros jefes de tribu, vuestros ancianos, vuestros escribas, todos los hombres de Israel,
Es como árbol plantado en los arroyos, que da el fruto a su tiempo y sus hojas no se secan: en todo lo que hace tiene éxito.
La bendición de Yahveh es la que enriquece; junto a ella el esfuerzo nada significa.
Lo que yo te mando hoy es que ames a Yahveh, tu Dios, que sigas sus caminos, que guardes sus mandamientos, sus preceptos y sus normas, para que vivas y te multipliques, y Yahveh, tu Dios, te bendiga en el pa s en cuya posesión vas a entrar.
Yahveh te abrirá el rico tesoro del cielo para darle a su tiempo la lluvia a tu tierra y para bendecir todas sus empresas; as tú prestarás a muchas naciones, y de ninguna tendrás que tomar prestado.
Bendito serás en la ciudad y bendito en el campo. Bendito el fruto de tu vientre, el de tu suelo y el de tu ganado, los partos de tus vacas y las cr as de tus ovejas. Bendita tu cesta y tu artesa.
Yahveh mandará a la bendición que esté contigo, en tus graneros y en todas tus empresas, y te bendecirá en el pa s que Yahveh, tu Dios, te va a dar.
Yahveh te pondrá a la cabeza y no a la cola, estarás siempre encima y nunca debajo, si escuchas los mandamientos de Yahveh, tu Dios, que yo te prescribo hoy, observándolos y llevándolos a la práctica,
Honra a Yahveh con tus bienes y con las primicias de tus ganancias: as rebosarán de trigo tus graneros y se desbordarán de mosto tus lagares.
Sobre nosotros vengan las dulzuras del Se or, de nuestro Dios. Consolida en nosotros la acción de nuestras manos, la acción de nuestras manos fortalece.
Acuérdate de Yahveh, tu Dios, que fue quien te dio fuerza para procurarte riqueza, a fin de establecer la alianza que bajo juramento prometió a tus padres, como en el presente se ve.
te daré tesoros ocultos, riquezas escondidas, para que sepas que yo soy Yahveh, quien te llama por tu nombre, el Dios de Israel.
Conf a en Yahveh de todo corazón y no te apoyes en tu entendimiento. En todos tus caminos reconócele y él enderezará tus senderos.
En correspondencia, mi Dios colmará todas vuestras necesidades según su riqueza en la gloria, en Cristo Jesús.
Dichoso el hombre que no sigue el consejo del imp o, ni en el camino del errado se detiene, ni en la reunión de los malvados toma asiento, sino que en la ley divina se complace y sobre ella medita, d a y noche. Es como árbol plantado en los arroyos, que da el fruto a su tiempo y sus hojas no se secan: en todo lo que hace tiene éxito.
Mas ningún arma forjada contra ti tendrá éxito, y toda lengua que se alce contra ti en juicio la declararás culpable. Ésta es la herencia de los siervos de Yahveh, y las victorias que les concedo - dice Yahveh -.
Favorecido por Yahveh, José alcanzó éxito en todo mientras estuvo en la casa de su se or, el egipcio. Éste se percató de que Yahveh estaba con José y que le hac a prosperar en todo lo que emprend a.
Dale con generosidad, sin que al darle se apene tu corazón; pues por esta acción te bendecirá Yahveh, tu Dios, en todas tus obras y en todas tus empresas.
(17a) as dice Yahveh, tu redentor, el Santo de Israel: (16b) 'No hablé en secreto desde el principio, desde el tiempo en que esto sucedió, all estaba yo. (17b) Yo, Yahveh, soy tu Dios, que te ense a lo que te es provechoso, que te encamina por la senda que recorres.
¿Ves un hombre hábil en su oficio? Se pondrá al servicio de los reyes; no quedará entre la gente oscura.
y lo he llenado del esp ritu de Dios: de habilidad, de pericia y de experiencia en toda suerte de trabajos, para concebir obras de arte, para trabajar el oro, la plata y el bronce, para labrar piedras y engastarlas, para tallar la madera y para ejecutar cualquier obra.
Lo que hagáis, hacedlo con sinceridad, como para el Se or, y no para los hombres, seguros de que recibiréis del Se or la retribución de la herencia. Es a Cristo, el Se or, a quien serv s.
pues que el hombre coma, beba y se regale con el fruto de su trabajo es también don de Dios.
Canto gradual. Dichosos los que temen al Se or y van por sus caminos. Cuando comes del fruto de tus manos dichoso tú y afortunado.
De ti vienen la riqueza y la gloria. Tú lo dominas todo, pues en tu mano está la fuerza y el poder, y es tu mano la que engrandece y da firmeza.
Le saturas los surcos de humedad y le allanas la gleba; con chubascos la ablandas y bendices sus gérmenes.
En vuestro celo no seáis negligentes. En el Esp ritu, manteneos fervientes. Servid constantemente al Se or.
Serviréis a Yahveh, vuestro Dios. Él bendecirá tu pan y tu agua, y alejará de ti la enfermedad.
D jole su se or: '¡Muy bien, criado bueno y fiel! En lo poco fuiste fiel, te pondré a cargo de lo mucho: entra en el fest n de tu se or'.
Y Dios tiene poder para colmaros con toda clase de gracias, de suerte que, además de tener siempre lo suficiente en todo, os sobre para contribuir a toda obra buena,
Porque Dios no es injusto como para olvidarse de vuestra obra y del amor que habéis mostrado por su nombre, cuando ya antes servisteis al pueblo santo y lo segu s sirviendo ahora.
Éste se percató de que Yahveh estaba con José y que le hac a prosperar en todo lo que emprend a. José se ganó el favor de su se or y quedó a su servicio. Su se or le nombró mayordomo de su casa y le confió cuanto pose a. Desde que Putifar lo nombró mayordomo de su casa y de cuanto pose a, Yahveh bendijo, por consideración a José, la casa del egipcio. La bendición de Yahveh se extend a a todas sus posesiones, tanto en la casa como en el campo.
Cuando yo arroje a las naciones de delante de ti y dilate tus fronteras, nadie codiciará tu tierra mientras subes a presentarte ante Yahveh, tu Dios, tres veces al a o.
A los ricos de este mundo, recomiéndales que no sean altivos, ni pongan su esperanza en cosa tan insegura como la riqueza, sino en Dios, que nos provee de todo espléndidamente para nuestra satisfacción;
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