Jehová es un Dios que valora la institución familiar, y su bendición se extiende a nuestros hijos, "Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos". Como padres, hijos o hermanos, es nuestro deber interceder por nuestra familia y proclamar las promesas de Jehová sobre nuestra descendencia. Recordemos lo que le dijo a Abraham, que en su descendencia serían benditas todas las familias de la tierra. Es de suma importancia dedicar tiempo en el hogar para establecer un altar familiar, ya que Jesús desea que estén fortalecidos en todas las áreas para poder permanecer juntos y firmes en tiempos difíciles. La oración es fundamental para un hogar sano y una familia bendecida. Te animo a no desconectarte de Dios, pues como padre de familia y cabeza de hogar, serás llamado a rendir cuentas por lo que se te ha confiado. Por esto, es crucial que camines con diligencia según los estatutos y pensamientos del Señor, para que todos puedan disfrutar de una vida plena y abundante en Cristo Jesús.
Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón;
y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.
Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,
El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente.
Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré.
Él te librará del lazo del cazador, De la peste destructora.
Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.
Y hasta la vejez yo mismo, y hasta las canas os soportaré yo; yo hice, yo llevaré, yo soportaré y guardaré.
porque ahora he elegido y santificado esta casa, para que esté en ella mi nombre para siempre; y mis ojos y mi corazón estarán ahí para siempre.
y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos.
Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.
Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón;
y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.
Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos;
y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.
La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos.
Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por tu habitación,
No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada.
sino que lo confirmaré en mi casa y en mi reino eternamente, y su trono será firme para siempre.
y les dijo: Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.
El cielo es mi trono, Y la tierra el estrado de mis pies. ¿Qué casa me edificaréis? dice el Señor; ¿O cuál es el lugar de mi reposo?
Ten ahora a bien bendecir la casa de tu siervo, para que permanezca perpetuamente delante de ti, porque tú, Jehová Dios, lo has dicho, y con tu bendición será bendita la casa de tu siervo para siempre.
Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia.
Con sabiduría se edificará la casa, Y con prudencia se afirmará;
Y con ciencia se llenarán las cámaras De todo bien preciado y agradable.