¡Que el Señor te bendiga y te proteja!¡Que el Señor te mire con benevolencia y tenga misericordia de ti!¡Que el Señor te mire favorablemente y te colme de paz!
Darán culto al Señor su Dios, y él bendecirá tu alimento y tu bebida. Yo mantendré alejadas de ti las enfermedades,
«Que el Señor te bendiga desde Sion, que veas la dicha de Jerusalén todos los días de tu vida,
Deléitate en el Señor y él te dará cuanto pidas.Encomienda tu camino al Señor, confía en él y él actuará.
«Que el Señor te bendiga desde Sion, que veas la dicha de Jerusalén todos los días de tu vida, que veas a los hijos de tus hijos. ¡Que reine la paz en Israel!».
Querido Gayo: es mi deseo que goces de buena salud y vayan bien todos tus asuntos, como te va bien en lo que toca al espíritu.
Cada vez que los recuerdo, doy gracias a mi Dios,y cuando ruego por ustedes, lo hago siempre lleno de alegría.
¡Que el Señor, el Dios de sus antepasados, los haga mil veces más numerosos todavía y los bendiga como les ha prometido!
Por eso yo, al tener noticias de la fe que tienen en Jesús, el Señor, y del amor que dispensan a los creyentes,los recuerdo en mis oraciones y no me canso de dar gracias a Dios por ustedes.
Mi Dios, a su vez, rico y poderoso como es, proveerá a todas las necesidades que ustedes tengan, por medio de Jesucristo.
Permanentemente damos gracias a Dios por cada uno de ustedes y los tenemos presentes en nuestras oraciones. Sin cesar
No devuelvan mal por mal, ni insulto por insulto. Al contrario, bendigan, pues han sido llamados a heredar una bendición.
Que el Dios de la esperanza llene de alegría y paz la fe que ustedes tienen, para que desborden de esperanza sostenidos por la fuerza del Espíritu.
Yo conozco mis designios sobre ustedes —oráculo del Señor—. Son designios de bienestar, no de desgracia, pues les ofrezco un futuro y una esperanza.
No empleen palabras groseras; usen un lenguaje útil, constructivo y oportuno, capaz de hacer el bien a los que los escuchan.
recobran, en cambio, su fuerza, los que esperan en el Señor, alzan su vuelo como las águilas; corren pero no se cansan, andan y no se fatigan.
Y no se olviden de hacer el bien y de ayudarse unos a otros, pues esos son los sacrificios que agradan a Dios.
Si obedeces al Señor tu Dios, vendrán sobre ti y te alcanzarán todas estas bendiciones:
En una palabra, aprovechemos cualquier oportunidad para hacer el bien a todos, y especialmente a los hermanos en la fe.
Dios, por su parte, tiene poder para colmarlos de bendiciones de modo que, siempre y en cualquier circunstancia, tengan ustedes lo necesario y hasta les sobre para que puedan hacer toda clase de buenas obras.
Les he demostrado así en todo momento que es preciso trabajar para socorrer a los necesitados, teniendo presente aquella máxima de Jesús, el Señor: «Más dicha trae el dar que el recibir».
Que cada uno de nosotros procure agradar a los demás, buscando su bien y su crecimiento en la fe.
Igualmente el que dé un vaso de agua fresca al más insignificante de mis discípulos precisamente por tratarse de un discípulo mío, les aseguro a ustedes que no quedará sin recompensa.
Son elegidos de Dios; él los ha consagrado y les ha otorgado su amor. Sean, pues, profundamente compasivos, benignos, humildes, pacientes y comprensivos.Sopórtense mutuamente y, así como el Señor los perdonó, perdónense también ustedes, cuando alguno tenga quejas contra otro.
Pero si alguien nada en la abundancia y, viendo que su hermano está necesitado, le cierra el corazón, ¿tendrá valor para decir que ama a Dios?
Y el rey les dirá: «Les aseguro que todo lo que hayan hecho en favor del más pequeño de mis hermanos, a mí me lo han hecho».
si partes tu comida con el hambriento y sacias el hambre del indigente, entonces brillará tu luz en la tiniebla, tu oscuridad será igual que el mediodía.
Y él les contestaba: —El que tenga dos túnicas ceda una al que no tiene ninguna; el que tenga comida compártala con el que no tiene.
Incúlcales que practiquen la virtud, que atesoren buenas obras y que sean generosos y desprendidos.
En fin, hermanos, estén alegres, permitan que se los corrija, déjense amonestar, vivan en armonía, mantengan la paz. Y Dios, que es fuente de amor y de paz, estará con ustedes.
Puesto que son hijos amados de Dios, procuren parecerse a ély hagan del amor la norma de su vida, pues también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros como ofrenda y sacrificio de olor agradable a Dios.
Pórtense en todo con los demás como quieren que los demás se porten con ustedes. ¡En esto consisten la ley de Moisés y las enseñanzas de los profetas!
Que el Señor los llene a rebosar de un amor mutuo y para con todos tan grande como el que nosotros sentimos por ustedes.
Y recuerden que el Señor recompensará a cada uno según el bien que haya hecho, sin distinguir entre amo y esclavo.
Queridos, Dios es la fuente del amor: amémonos, pues, unos a otros. El que ama es hijo de Dios y conoce a Dios.El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios que siempre consuela.Él es el que nos conforta en todos nuestros sufrimientos de manera que también nosotros podamos confortar a los que se hallan atribulados, gracias al consuelo que hemos recibido de Dios.
Hermanos, han sido llamados a disfrutar de libertad. ¡No utilicen esa libertad como tapadera de apetencias puramente humanas! Al contrario, háganse esclavos los unos de los otros por amor.
Porque no es injusto Dios como para olvidarse de los afanes y del amor que, en atención a él, ustedes han derrochado y siguen derrochando al servicio de los creyentes.
Sean, en cambio, bondadosos y compasivos los unos con los otros, perdonándose mutuamente como Dios los ha perdonado por medio de Cristo.
Imagínense el caso de un hermano o una hermana que andan mal vestidos y faltos del sustento diario.Si acuden a ustedes y ustedes les dicen: «Dios los ampare, hermanos; que encuentren con qué abrigarse y con qué matar el hambre», pero no les dan nada para remediar su necesidad corporal, ¿de qué les servirán sus palabras?
Hasta vendían las propiedades y bienes, y repartían el dinero entre todos según la necesidad de cada cual.
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