porque yo tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; era peregrino y me hospedasteis; estando desnudo me cubristeis, enfermo y me visitasteis, encarcelado y vinisteis a verme y consolarme. A lo cual los justos le responderán, diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos nosotros hambriento y te dimos de comer, sediento y te dimos de beber?; ¿cuándo te hallamos de peregrino y te hospedamos, desnudo y te vestimos?, o ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a visitarte? Y el rey, en respuesta, les dirá: En verdad os digo: Siempre que lo hicisteis con algunos de estos mis más pequeños hermanos, conmigo lo hicisteis.
Quien se compadece del pobre, da prestado al Señor, y éste se lo pagará con sus ganancias.
cuando abrieres tus entrañas para socorrer al hambriento, y consolares el alma angustiada, entonces nacerá para ti luz en las tinieblas, y tus tinieblas se convertirán en claridad de mediodía.
Haced justicia al necesitado y al huérfano; atended la razón del abatido y del pobre. Defended al pobre, y librad al desvalido de las manos del pecador.
les respondía, diciendo: El que tiene dos vestidos, dé al que no tiene ninguno; y haga otro tanto el que tiene qué comer.
Bienaventurado aquel que piensa en el necesitado y en el pobre; el Señor le librará en el día aciago. Guárdelo el Señor, y confórtelo y hágalo feliz en la tierra, y no lo entregue a discreción de sus enemigos. Consuélelo el Señor cuando se halle postrado en el lecho de su dolor; tú mismo, Señor, lo sostenías en su cama en su enfermedad.
caritativos para aliviar las necesidades de los santos, o fieles; prontos a ejercer la hospitalidad.
Quien insulta al necesitado, insulta a su Creador, así como le honra quien se compadece del pobre.
Hijitos míos, no amemos solamente de palabra y con la lengua, sino con obras y de veras o sinceramente. En esto echamos de ver que procedemos con verdad, y así alentaremos o justificaremos nuestros corazones en la presencia de Dios.
Guardaos bien de hacer vuestras obras buenas en presencia de los hombres con el fin de que os vean, de otra manera no recibiréis su galardón de vuestro Padre que está en los cielos. Y así cuando das limosna no quieras publicarla a son de trompeta, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, o plazas, a fin de ser honrados de los hombres. En verdad les digo que ya recibieron su recompensa. Mas tú cuando des limosnas, haz que tu mano izquierda no perciba lo que hace tu derecha, para que tu limosna quede oculta; y tu Padre, que ve lo más oculto, te recompensará en público.
Caso que un hermano o una hermana estén desnudos y necesitados del alimento diario, ¿de qué les servirá que alguno de vosotros les diga: Id en paz, defendeos del frío y comed a satisfacción, si no les dáis lo necesario para reparo del cuerpo? Así la fe, si no es acompañada de obras, está muerta en sí misma. Sobre lo cual podrá decir alguno al que tiene fe sin obras: Tú tienes fe, y yo tengo obra, muéstrame tu fe sin obras, que yo te mostraré mi fe por las obras.
Pero un caminante samaritano, llegó adonde estaba, y viéndole se movió a compasión; y arrimándose, vendó sus heridas bañándolas con aceite y vino; y subiéndole en su cabalgadura, le condujo al mesón, y cuidó de él.
Yo os he hecho ver en toda mi conducta, que trabajando de esta suerte, es como se debe sobrellevar a los débiles, y tener presente las palabras del Señor Jesús , cuando dijo: Mucho mayor dicha es el dar, que el recibir.
Si viniere a quedar pobre alguno de tus hermanos, que moran dentro de tus ciudades, en la tierra que tu Señor Dios te ha de dar, no endurezcas tu corazón, ni cierres para con él tu mano, sino ábrela, y préstale lo que vieres que él necesita.
Tomará prestado el pecador, y no pagará; pero el justo es compasivo, y dará al necesitado.
Lo que digo es que quien escasamente siembra, cogerá escasamente; y quien siembra a manos llenas, a manos llenas cogerá. Haga cada cual la oferta conforme lo ha resuelto en su corazón, no de mala gana, o como por fuerza; porque Dios ama al que da con alegría.
El que da al pobre, nunca estará necesitado; pero quien menosprecia al que pide rogando, padecerá indigencia.
¿Acaso el ayuno que yo estimo no es más bien el que tú deshagas los injustos contratos, que canceles las obligaciones que oprimen, que dejes en libertad a los que han quebrado, y quites todo gravamen? ¿Que partas tu pan con el hambriento, y que a los pobres y a los que no tienen hogar los acojas en tu casa, y vistas al que veas desnudo, y no desprecies tu propia carne o a tu prójimo?
Porque la Macedonia y la Acaya han tenido a bien hacer una colecta para socorrer a los pobres de entre los santos o fieles de Jerusalén . Así les ha parecido, y a la verdad obligación les tienen. Porque si los gentiles han sido hechos participantes de los bienes espirituales de los judíos, deben también aquéllos hacer participar a éstos de sus bienes temporales.
El cual mantiene eternamente la verdad de sus promesas, hace justicia a los que padecen agravios, da de comer a los hambrientos. El mismo Señor da libertad a los que están encadenados. El Señor alumbra a los ciegos. El Señor levanta a los caídos; ama el Señor a todos los justos. El Señor protege a los peregrinos; ampara al huérfano y a la viuda, y desbaratará los designios de los pecadores.
sino que cuando hagas un convite, has de convidar a los pobres, y a los tullidos, y a los cojos, y a los ciegos; y serás afortunado, porque no pueden pagártelo, pues serás recompensado en la resurrección de los justos.
Si prestares dinero al necesitado de mi pueblo, que mora contigo, no le has de apremiar como un inspector, ni oprimirle con usuras. Si recibieres de tu prójimo su vestido o manta en prenda, se la volverás antes de ponerse el sol, supuesto que no tiene otro con qué cubrirse y abrigar sus carnes, ni con que dormir o arroparse de noche. Si clamare a mí, le oiré porque yo soy misericordioso.
Quien es compasivo, será bendito; porque ha partido su pan por los pobres. Quien es dadivoso conseguirá victorias y honores, pues arrebata el corazón de los que reciben.
exhórtalos a obrar bien, a enriquecerse de buenas obras, a repartir liberalmente, a comunicar sus bienes, a atesorar un buen fondo para lo venidero, a fin de alcanzar la vida verdadera. ¡Oh Timoteo!, guarda el depósito de la fe que te he entregado, evitando las novedades profanas en las expresiones o voces, y las contradicciones de la ciencia que falsamente se llama tal,
Hermanos míos, no intentéis conciliar la fe de nuestro glorioso Señor Jesucristo con la distinción de personas.
Dichoso el hombre que se compadece, y da prestado al pobre; y que dispensa sus palabras con discreción,
Y cualquiera que diere de beber a uno de estos pequeñuelos un vaso de agua fresca solamente por razón de ser discípulo mío, os doy mi palabra que no perderá su recompensa.
¿Que partas tu pan con el hambriento, y que a los pobres y a los que no tienen hogar los acojas en tu casa, y vistas al que veas desnudo, y no desprecies tu propia carne o a tu prójimo?
Abre su mano para socorrer al mendigo y extiende sus brazos para amparar al necesitado.
Vended, si es necesario, lo que poseéis, y dad limosna. Haceos unas bolsas que no se echen a perder; un tesoro en el cielo que jamás se agota, adonde no llegan los ladrones, ni roe la polilla. Porque donde está vuestro tesoro, allí también estará vuestro corazón.
cuando segares las mieses en tu campo, y por descuido dejares una gavilla, no vuelvas atrás a cogerla, sino que la dejarás para que se la lleve el forastero, el huérfano y la viuda; para que el Señor tu Dios te bendiga en todas las obras de tus manos. Cuando cojas las aceitunas, no vuelvas a recoger las que quedaren en los árboles; sino que las has de dejar para el forastero, el huérfano y la viuda. Cuando veindimiares tu viña, no has de rebuscar los racimos que quedan; sino que cederán en utilidad del forastero, del huérfano y de la viuda.
amándoos recíprocamente con ternura y caridad fraternal, procurando anticiparos unos a otros en las señales de honor y de deferencia.
Que no se pretende que los otros tengan holganza, y vosotros estrechez, sino que haya igualdad, supliendo al presente vuestra abundancia la necesidad de los otros; para que así mismo su abundancia en bienes espirituales sea también suplemento a vuestra indigencia en ellos, de donde resulte igualdad, según está escrito. El que recogía mucho maná, no se hallaba con más; ni con menos de lo necesario el que recogía poco.
Y así, haced vosotros con los demás hombres todo lo que deseáis que hagan ellos con vosotros; porque ésta es la suma de la ley y de los profetas.
Solamente nos recomendaron que tuviésemos presentes a los pobres de la Judea; cosa que he procurado hacer con esmero.
Obedeced a vuestros prelados, y estadles sumisos, ya que ellos velan, como que han de dar cuenta a Dios de vuestras almas; para que lo hagan con alegría, y no penando, cosa que no os sería provechosa.
Atendiste, ¡oh Señor!, al deseo de los pobres; prestaste benignos oídos a la rectitud de su corazón, para hacer justicia al huérfano y al oprimido; a fin de que cese ya el hombre de gloriarse de su poder sobre la tierra.
Dad, y se os dará; dad abundantemente y se os echará en el seno una buena medida, apretada y bien colmada hasta cuando se derrame. Porque con la misma medida con quien midiereis a los demás, se os medirá a vosotros.
Seis años sembrarás tu tierra, y cogerás tus frutos. Mas el año séptimo la dejarás holgar, para que tengan que comer los pobres de tu pueblo, y lo que sobrare sirva de pasto a las bestias del campo; lo mismo harás con tu viña y tu olivar.
El Señor protege a los peregrinos; ampara al huérfano y a la viuda, y desbaratará los designios de los pecadores.
Mujeres opulentas, levantaos y escuchad mi voz; hijas que confiáis en las riquezas, prestad oídos a mis palabras.
Por lo demás, poderoso es Dios para colmaros de todo bien; de suerte que contentos siempre con tener en todas las cosas todo lo suficiente, estéis sobrados para ejercitar toda especie de buenas obras con vuestros prójimos,
Brille así vuestra luz ante los hombres, de manera que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
El amor que se tiene al prójimo no sufre que se le haga daño alguno. Y así el amor es el cumplimiento de la ley.
Quien amontona riquezas con usuras e intereses injustos, las allega para el que ha de ser liberal con los pobres.
El que habla o predica la palabra divina, hágalo de modo que parezca que habla Dios por su boca; quien tiene algún ministerio eclesiástico, ejercítelo como una virtud que Dios le ha comunicado, a fin de que en todo cuanto hagáis sea Dios glorificado por Jesucristo, cuya es la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.
Levanta del polvo de la tierra al desvalido, y alza del estercolero al pobre, para colocarlo entre los príncipes, entre los príncipes de su pueblo.
Cuando hubieres completado o acabado de dar el diezmo de todos tus frutos, darás, cada tres años, el diezmo peculiar al levita y al forastero, y al huérfano y a la viuda, para que coman y se sacien dentro de tus ciudades. Y dirás en presencia del Señor Dios tuyo: Yo he tomado de mi casa lo que fue consagrado al Señor, y dádolo al levita y al forastero, y al huérfano y a la viuda, como me tienes mandado: no he traspasado tus mandamientos, ni olvidádome de tus preceptos.
Invocarás entonces al Señor, y te oirá benigno; clamarás y él te dirá: Aquí estoy. Si arrojares lejos de ti la cadena, y cesares de extender maliciosamente el dedo, y de charlar neciamente,
Y el rey, en respuesta, les dirá: En verdad os digo: Siempre que lo hicisteis con algunos de estos mis más pequeños hermanos, conmigo lo hicisteis.
Mejor es ser humillado con los mansos o modestos, que repartir despojos con los soberbios.
No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque si perseveramos, a su tiempo recogeremos el fruto.
Y así nosotros, como más fuertes en la fe, debemos soportar las flaquezas de los menos firmes y no dejarnos llevar de una vana complacencia por nosotros mismos.
Quien tiene bienes de este mundo, y viendo a su hermano en necesidad cierra las entrañas, para no compadecerse de él, ¿cómo es posible que resida en él la caridad de Dios? Hijitos míos, no amemos solamente de palabra y con la lengua, sino con obras y de veras o sinceramente. En esto echamos de ver que procedemos con verdad, y así alentaremos o justificaremos nuestros corazones en la presencia de Dios.
Los creyentes por su parte vivían unidos entre sí, y nada tenían que no fuese común para todos ellos. Vendían sus posesiones y demás bienes y los repartían entre todos, según la necesidad de cada uno.
El alma benéfica será colmada de bienes; y será como embriagada de ellos, la que a otros embriaga.
Yo haré brotar ríos en los más altos cerros, y fuentes en medio de los campos; al desierto lo convertiré en estanques de aguas, y en la tierra árida e inhabitable haré correr copiosos arroyos.
Pero el Señor mirando a la miseria de los desvalidos, y al gemido de los pobres, dice: Ahora me levantaré yo para defenderlos. Los pondré a salvo; yo les inspiraré confianza.
Los soberbios han forjado mil calumnias contra mí; pero yo con todo mi corazón guardaré tus mandamientos. Se engrasó su corazón como sebo o leche cuajada; mas yo me ocupo en meditar tu santa ley.
Y en prueba de vuestra doctrina, curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, lanzad demonios. Dad gratuitamente lo que gratuitamente habéis recibido.
¿de qué les servirá que alguno de vosotros les diga: Id en paz, defendeos del frío y comed a satisfacción, si no les dáis lo necesario para reparo del cuerpo? Así la fe, si no es acompañada de obras, está muerta en sí misma.
el que ha recibido el don de exhortar, exhorte; el que reparte limosna, que la dé con sencillez; el que preside o gobierna, sea con vigilancia; el que hace obras de misericordia, hágalas con apacibilidad y alegría.
Lo cual oyendo Jesús , le dijo: Todavía te falta una cosa: Vende todos tus haberes, dalos a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; y después ven, y sígueme.
No uses de prepotencia con el pobre, por lo mismo que es pobre; ni atropelles en juicio al deudor que nada tiene: porque el Señor le hará justicia, y traspasará a los que traspasaron el alma de aquel pobre.
Y él, mirándole sobrecogido de temor, dijo: ¿Qué queréis de mí, Señor? Le respondió: Tus oraciones y tus limosnas han subido hasta arriba en el acatamiento de Dios haciendo memoria de ti.
Joven fui, y ya soy viejo; mas nunca he visto desamparado al justo, ni a sus hijos mendigando el pan.
para que siendo ricos en todo, ejercitéis con sincera caridad toda suerte de limosnas, las cuales nos harán tributar a Dios acciones de gracias.
Bienaventurado aquel que piensa en el necesitado y en el pobre; el Señor le librará en el día aciago.
Y el Señor te dará un perpetuo reposo, y llenará tu alma de resplandores de gracia y reforzará tus huesos; y serás como huerto bien regado y como manantial perenne cuyas aguas jamás faltarán.
Ahora, pues, hermanos míos, os ruego encarecidamente, por la misericordia de Dios, que le ofrezcáis vuestros cuerpos como una hostia o víctima viva, santa y agradable a sus ojos, que es el culto racional que debéis ofrecerle. Y no queráis conformaros con este siglo, antes bien transformaos con la renovación de vuestro espíritu; a fin de acertar qué es lo bueno, y lo más agradable, y lo perfecto que Dios quiere de vosotros.
Sino que le darás lo que pide: ni usarás de superchería, ni malicia alguna al aliviar sus necesidades: para que te bendiga el Señor Dios tuyo en todo tiempo, y en todas las cosas en que pusieres la mano.
Yo por mí soy un mendigo y desvalido; pero el Señor tiene cuidado de mí. Tú eres, ¡oh Señor!, mi libertador y protector. No tardes, Dios mío.
Le respondió Jesús : Si quieres ser perfecto, anda y vende cuanto tienes, y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; ven después, y sígueme.
El varón justo se informa de la causa de los pobres; el impío de nada de esto se cuida.
No sea elegida viuda para el servicio de la Iglesia de menos de sesenta años de edad, ni la que haya sido casada más de una vez.
Que vean esto los pobres, y se consuelen. Buscad, pues, a Dios, y revivirá vuestro espíritu, puesto que el Señor oyó a los pobres, y no olvidó a los que están por él en cadenas.
No contristarás ni oprimirás al extranjero, ya que también vosotros fuisteis extranjeros en tierra de Egipto. No haréis daño a la viuda ni al huérfano. Si le hiciereis, clamarán a mí, y yo escucharé sus clamores, y se encenderá mi enojo, y os haré perecer a cuchillo, y vuestras mujeres quedarán viudas, y huérfanos vuestros hijos.
¿Cómo es que hemos ayunado, dicen al Señor y tú no has hecho caso; hemos humillado nuestras almas y te haces el desentendido? Es, responde Dios, porque en el día mismo de vuestro ayuno hacéis todo cuanto se os antoja y apremiáis a todos vuestros deudores.
Vale más ser convidados a comer unas verduras en la casa del que nos ama, que a comer un ternero cebado en la del que nos odia.
Así que, mientras tenemos tiempo, hagamos bien a todos, y sobre todo a aquellos que son, mediante la fe, de la misma familia del Señor que nosotros.
Derramó a manos llenas sus bienes entre los pobres; su justicia permanece eternamente; su fortaleza será exaltada con gloria.
Todo el día se le va en apetitos y antojos; el justo sin embargo da a los otros, y no está nunca sin obrar.
No codiciarás la casa de tu prójimo; ni desearás su mujer, ni esclavo, ni esclava, ni buey, ni asno, ni cosa alguna de las que le pertenecen.
Acuérdate, ¡oh Señor!, de nosotros, según tu benevolencia para con tu pueblo; visítanos por medio de tu salvador ,
Así que buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todas las demás cosas se os darán por añadidura.
Y no olvidéis ejercitar la hospitalidad, pues por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles. Acordaos de los presos, como si estuvierais con ellos en la cárcel; y de los afligidos, como que también vosotros vivís en cuerpo, sujetos a miserias.
Tú abatirás la arrogancia de los extranjeros a la manera que abate el sol ardiente en medio de una sequedad; y como ardor de nube abrasadora, harás secar los renuevos de esos prepotentes.
Alabad al Señor, porque es infinitamente bueno, porque es eterna su misericordia. Alabad al Dios de los dioses, porque es eterna su misericordia. Alabad al Señor de los señores, porque es eterna su misericordia.
A este fin ha reposado sobre mí el espíritu del Señor; porque el Señor me ha ungido, y me ha enviado para hablar a los mansos y humildes, para curar a los de corazón contrito, y predicar la redención a los esclavos, y la libertad a los que están encarcelados; para publicar el año de reconciliación con el Señor, o su jubileo, y el día de la venganza de nuestro Dios; para que yo consuele a todos los que lloran; para cuidar a los de Sión que están llorando, y para darles una corona de gloria, en lugar de la ceniza que cubre sus cabezas; el óleo propio de los días solemnes y alegres en vez de luto; un ropaje de gloria en cambio de su espíritu de aflicción; y los que habitarán en ella serán llamados los valientes en la justicia, plantío del Señor para gloria suya.
Guárdelo el Señor, y confórtelo y hágalo feliz en la tierra, y no lo entregue a discreción de sus enemigos.
Porque librará del poderoso al pobre, y al desvalido que no tiene quien le valga. Se apiadará del pobre y del desvalido; y pondrá a salvo las almas de los pobres. Las libertará de la usura y de la iniquidad de los ricos; y será apreciable a sus ojos el nombre de los pobres.
hace justicia al huérfano y a la viuda, ama al extranjero, y le da sustento y vestido.
El que da a las bestias el alimento que les es propio, y a los polluelos de los cuervos que claman a él.
Aquel, respondió el doctor, que usó con él de misericordia. Pues anda, le dijo Jesús , y haz tú otro tanto.
Ciegos son todos sus atalayas, ignorantes todos, perros mudos impotentes para ladrar, visionarios, dormilones y aficionados a sueños vanos. Y estos perros sin rastro de vergüenza, jamás se ven hartos de rapiñas. Los pastores mismos están faltos de toda inteligencia; todos van descarriados por su camino, cada cual a su propio interés desde el más alto hasta el más bajo.
que es el padre de los huérfanos y el juez defensor de las viudas. Reside Dios en su lugar santo.
Siendo tú, Señor, como eres, suave, y benigno, y de gran clemencia para con todos los que te invocan,
Toda la multitud de los fieles tenía un mismo corazón y una misma alma; ni había entre ellos quien considerase como suyo lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común. Los apóstoles con gran valor daban testimonio de la resurrección de Jesucristo Señor nuestro; y en todos los fieles resplandecía la gracia con abundancia. Así es que no había entre ellos persona necesitada; pues todos los que tenían posesiones o casas, vendiéndolas, traían el precio de ellas, y lo ponían a los pies de los apóstoles; el cual después se distribuía según la necesidad de cada uno.
¿Que partas tu pan con el hambriento, y que a los pobres y a los que no tienen hogar los acojas en tu casa, y vistas al que veas desnudo, y no desprecies tu propia carne o a tu prójimo? Si esto haces amanecerá tu luz como la aurora, y llegará presto tu curación, y delante de ti irá siempre tu justicia, y la gloria del Señor te acogerá en su seno.
Unos reparten sus propios bienes, y se hacen más ricos; otros roban lo ajeno, y están siempre en miseria.
Vuelve hacia mí tus ojos, y mírame con piedad, según sueles hacerlo con los que aman tu Nombre.
Guardaos bien de hacer vuestras obras buenas en presencia de los hombres con el fin de que os vean, de otra manera no recibiréis su galardón de vuestro Padre que está en los cielos.
Porque en el Señor está la misericordia, y en su mano tiene una redención abundantísima.
atendiendo cada cual no solamente al bien de sí mismo, sino a lo que redunda en bien del prójimo.
Misericordioso es el Señor y justo; compasivo es nuestro Señor. El Señor guarda a los pequeñuelos; yo me humillé, y él me sacó a paz y salvo.
En ella tendrán morada los que son de tu grey; con tu bondad, oh Dios mío has provisto de alimento al pobre.
El hombre será colmado de bienes conforme fueren los frutos de su boca; y según las obras de sus manos será su galardón.
Hijitos míos, no amemos solamente de palabra y con la lengua, sino con obras y de veras o sinceramente.
Ahora estoy de partida para Jerusalén , en servicio de los santos. Porque la Macedonia y la Acaya han tenido a bien hacer una colecta para socorrer a los pobres de entre los santos o fieles de Jerusalén . Así les ha parecido, y a la verdad obligación les tienen. Porque si los gentiles han sido hechos participantes de los bienes espirituales de los judíos, deben también aquéllos hacer participar a éstos de sus bienes temporales.
El rey que hace justicia a los pobres juzgando según la verdad, afianza su trono para siempre.
Cornelio, tu oración ha sido oída benignamente, y se ha hecho mención de tus limosnas en la presencia de Dios.
El hará justicia a los pobres o afligidos del pueblo, y pondrá a salvo los hijos de los pobres, y humillará al calumniador.
En suma, procuremos las cosas que contribuyen a la paz, y observemos las que pueden servir a nuestra mutua edificación.
¡Oh cuán buena y cuán dulce cosa es vivir los hermanos en mutua unión! Es como oloroso perfume, que derramado en la cabeza, va destilando por la respetable barba de Aarón, y desciende hasta la orla de su vestidura;
Hermanos míos, si alguno, como hombre que es, cayere desgraciadamente en algún delito, vosotros los que sois espirituales, al tal amonestadle e instruidle con espíritu de mansedumbre, haciendo cada uno reflexión sobre sí mismo, y temiendo caer también en la tenta-ción.
Amé al Señor, seguro de que oirá la voz de mi oración. Porque se dignó inclinar hacia mí sus oídos, y así lo invocaré en todos los días de mi vida.
Bendice, ¡oh alma mía!, al Señor, y bendigan todas mis entrañas su santo Nombre. Bendice al Señor, alma mía, y guárdate de olvidar ninguno de sus beneficios. El es quien perdona todas tus maldades; quien sana todas tus dolencias; quien rescata de la muerte tu vida; el que te corona de misericordia y gracias; el que sacia con sus bienes tus deseos, para que se renueve tu juventud como la del águila.
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