con la esperanza, gozándoos; en la tribulación pacientes; en la oración, perseverantes;
Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo; quien, según la muchedumbre de su misericordia, nos ha regenerado en esperanza viva, por resurrección de Jesucristo de entre muertos;
(27:9) Señor, mi ayudador y escudador; en él ha esperado mi corazón, y he sido ayudado; y ha reflorecido mi carne; y por mi voluntad le confesaré.
Dios mío, mi ayudador; y esperaré en él. (17:3) Protector mío, y cuerno de salud y acogedor mío.
y la esperanza no confunde; porque el amor de Dios difundido está en nuestros corazones por Espíritu Santo el dado a nosotros.
(Salmo 90) Al amparo divino, seguros estamos. (Loor de cantar, para David) Quien habita en la ayuda del Altísimo, en el amparo del Dios del cielo se albergará. Dirá a Dios: «Acogedor mío eres, y refugio mío, Dios mío», esperaré en él.
Pues, por la esperanza, nos hemos salvado; pero la esperanza que ve, no es esperanza; pues lo que ve alguien ¿qué(f) espera?
Siempre alegraos; incesantemente orad; en todo agradeced; que ésta, voluntad de Dios en Cristo Jesús para con vosotros.
La que como áncora tenemos del alma y segura y firme, y que entra en lo interior del velo;
Y el Dios de toda gracia, el que os ha llamado a su eterna gloria en Cristo Jesús, habiendo un poco padecido vosotros; él os perfeccionará, afirmará, esforzará.
Veía yo al Señor delante de mí siempre; pues a mi derecha está; para que no se me mueva.
Por lo cual no desmayamos, sino que, aunque nuestro exterior hombre se corrompe, empero el interior es renovado día a día.
(41:6) ¿Por qué triste en torno estás mi alma? y ¿Por qué me conturbas? (41:7) Espera en Dios que le he de confesar; salud de mi rostro mi Dios.
así que confiadamente digamos: Señor, para mí, ayudador: no temeré: ¿que me hará el hombre?
Vosotros de Dios sois, hijitos; y le habéis vencido; porque mayor es el en vosotros que el en el mundo.
Señor apiádate de nosotros; pues en ti confiamos. Hecha ha sido la simiente de los inobedientes en perdición; pero nuestra salud(a), en tiempo de tribulación.
Y el mismo Señor nuestro Jesucristo y el Dios y Padre nuestro; el que nos amó y dio consolación eterna y esperanza buena en gracia; consuele vuestros corazones y confirme en toda obra y palabra buena.
Así que, hermanos míos amados, estables hacéos, inamovibles, abundando en la obra del Señor siempre; sabiendo que vuestra fatiga no es vana en el Señor.
y enjugará toda lágrima de los ojos de ellos; y la muerte no será ya; ni lloro, ni clamor, ni trabajo no será ya, pues lo primero se fue».
Y vosotros fortaleceos, y no desmayen vuestras manos; que hay galardón para vuestra labor».
Consolación. Vanidad de los ídolos y poder de Dios. «Consolad, consolad a mi pueblo», dice Dios;
Yo paz dejo a vosotros; paz, la mía, os doy; no, según el mundo da, yo os doy. No se conturbe vuestro corazón, ni se acobarde.
Y ésta la confianza que tenemos para con él: que, si algo pidiéremos, según su voluntad, nos oye.
(17:7) Y, al atribulárseme, invoqué al Señor, y a mi Dios clamé. (17:8) Oyó desde su templo santo mi voz; y mi clamor a faz de él, entrará en sus orejas.
Confesaos, pues, unos a otros los pecados y orad los unos por los otros; para que sanéis. —Mucho puede plegaria de justo asidua.
Pues he aquí los que se alejan de ti, perecerán; has exterminado a todo el que fornicaba de ti.
Hermanos, yo mismo no pienso haber(g) aprehendido; una cosa empero:(h) ya a lo de atrás olvidando, ya a lo de adelante tendiendo: tras la meta lánzome al premio de la suprema vocación de Dios, en Cristo Jesús.
Señor, según la muchedumbre de mis dolores en mi corazón, tus consolaciones han amado a mi alma.
mirando al de la fe autor y consumador, Jesús; quien en vez del que se le proponía gozo, soportó cruz, vergüenza menospreciando; y a la diestra del trono de Dios está sentado.
Yo soy, yo soy, el que te consuelo; conoce, quién siendo; temías de hombre mortal y de hijo de hombre, que, como pasto, secáronse.
(144:19) Cerca, el Señor de todos los que le invocan, todos los que le invocan en verdad;
memorando vuestra obra de la fe y del trabajo de la caridad y la paciencia de la esperanza de nuestro Señor Jesucristo delante de Dios y Padre nuestro;
El ladrón no viene, sino para robar, y matar y perder; yo he venido para que vida tengan y demás tengan.
Según se conmisera el padre de los hijos, se ha conmiserado el Señor de los que le temen; pues él conoce nuestra hechura;
Y de nuevo aguardará Dios a lastimarse de vosotros; y por esto se exaltará para apiadarse de vosotros; por esto: porque juez, Señor, vuestro Dios; bienaventurados, los que quedan con él—.
Mejor el que comienza a ayudar de corazón, que el que promete y a esperanza lleva; que árbol de vida, deseo bueno.
Y no sólo(a), sino que nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación paciencia obra; y la paciencia, probación, y la probación, esperanza;
No temas; que contigo soy; no yerro; pues yo soy tu Dios; que te he fortalecido, y ayudádote y asegurádote con la diestra la justa, mía.
Desinteresada la vida; contentos con lo presente; pues él dijo: (Deut. 31,6.) No te dejaré, no; ni te abandonaré, no;
He aquí te he mandado: esfuérzate y envalentónate; no te acobardarás ni temerás, pues contigo es el Señor, tu Dios, en todo lo que anduvieres.»
(Salmo 45) La paz mesiánica. (Para el fin; para los hijos de Coré, para los arcanos, salmo) Dios nuestro, refugio y fuerza, ayudador en tribulaciones, las que nos han hallado sobremanera.
Tentación no os ha tomado sino humana(c); y fiel es Dios que no dejará seáis tentados sobre lo que podéis; sino que hará, con la tentación, también la salida, para que podáis soportar.
Esto os he hablado, para que en mí paz tengáis. En este mundo tribulación tendréis; empero confiad: yo he vencido al mundo.»
Aun cuando anduvieres por agua, contigo soy, y ríos no te anegarán; aun cuando anduvieres por fuego no te abrasarás, no; llama no te abrasará;
mantengamos la confesión de la esperanza indeclinable(n) (pues fiel, el que ha prometido);
(41:15) al decirme cada día: «¿Dónde está tu Dios?», ¿Por qué triste en torno estás, alma, y por qué me conturbas? (41:16) Espera en Dios, porque le confesaré: «Salud de mi rostro, Dios mío».
Y el Dios de la esperanza llenaráos de todo gozo y paz en el creer; para que abundéis en la esperanza, en virtud de Espíritu Santo.
pero los que aguardan a Dios, mudarán fuerza(g); alas criarán, como águilas; correrán, y no trabajarán; caminarán, y no hambrearán.
Het Las misericordias del Señor, que no me haya abandonado, que no se hayan acabado sus conmiseraciones; por las mañanas se llenó tu fe.
Han clamado los justos, y el Señor escuchádolos y de todas sus tribulaciones librádolos.
siendo en todo atribulados, empero no angustiados; vacilando, empero no desesperando; perseguidos, empero no abandonados; postrados, empero no pereciendo;
Porque ira, en su indignación, y vida, en su voluntad. (29:6) A la tarde morará llanto; y al alba, alborozo.
Y sabemos que a los amantes de Dios, todo coopera en bien, a los que según propósito llamados son.
Nada os afanéis; sino en todo, por la oración y la plegaria, con agradecimiento, vuestras peticiones manifiéstense ante Dios. Y la paz de Dios, la que supera a todo entendimiento, custodiará vuestros corazones y vuestras inteligencias en Cristo Jesús.
Pues estimo no dignos los padecimientos del presente tiempo para la gloria que se ha de revelar en nosotros.
Y al que puede a todo exceder, en abundancia, sobre lo que pedimos o entendemos, según el poder, el que opera en nosotros;
Y me ha dicho: «Bástate mi gracia; que el poder en flaqueza se perfecciona». Muy a placer, pues, más bien me gloriaré en mis flaquezas, para que se empabellone en mí el poder del Cristo.
ni, en conminación tuya, los montes trastrocar; ni tus colinas serán removidas; así ni la de mí para contigo misericordia desfallecerá; ni la alianza de tu paz no será quitada, no; porque dijo «Propicio(b) a ti, Señor(c)».
confiado de esto mismo: que, quien empezó en vosotros obra buena, perfeccionará hasta día de Jesucristo;
En tribulación invoqué al Señor, y escuchóme para dilatación. Señor, para mí, un ayudador: no temeré: ¿qué ha de hacerme un hombre?
Bienaventurado el varón que sobrelleva tentación; porque después de probado, recibirá la corona de la vida; que ha prometido el Señor a los que le aman.
He aquí mi Dios, mi salvador; confiado estaré en él, y no temeré; por esto: porque mi gloria y mi loor, Señor; y se me ha convertido en salvación.
Está confiado, en todo tu corazón en Dios, y en tu sabiduría no te exaltes; para todos tus caminos conócela para que enderece tus caminos.
¡Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, el padre de las misericordias y Dios de toda consolación; el que nos consuela en toda la tribulación nuestra, para poder nosotros consolar a los en toda tribulación, por la consolación que somos consolados nosotros mismos por Dios!
Pues, aunque yo anduviere en medio de sombra de muerte; no temeré el mal; porque tú conmigo estás; (22:5) tu vara y tu báculo, ellos me han consolado.
(54:25) Arroja sobre el Señor tu afán, y él te nutrirá; no dará, por el siglo, fluctuación al justo.
No os solicitéis, pues, del mañana, pues el mañana, se solicitará de sí mismo; basta al día su mal.»
Lleguémonos, pues, con libre habla(i) al trono de la gracia, para alcanzar misericordia; y gracia hallar, para oportuno socorro.
Pues, cuanto antes se escribió, para nuestra enseñanza se escribió; a fin de que, por la paciencia y por la consolación de las Escrituras, esperanza tengamos.
Y a ti ahora consolaré, Sión; y consolaré todos sus desiertos; y pondré sus desiertos, como un paraíso, y lo del ocaso, como un paraíso del Señor: alegría y alborozo hallarán en ella, confesión y voz de loor.
Únete al canal de BibliaTodo en tu app favorita: