De(d) magnificencia de fuerza, el nombre del Señor; y los que a él recurren, justos, son exaltados.
Dios mío, mi ayudador; y esperaré en él. (17:3) Protector mío, y cuerno de salud y acogedor mío.
Ricos han mendigado y hambreado; pero los que buscan al Señor, no serán cercenados de todo bien(b).
(31:9) Tú eres mi refugio, de la tribulación, la que me circunda; mi alborozo, redímeme de los que me cercan(f). (31:10) «Te intelectualizaré y te enseñaré en este camino que andarás, fijaré en ti mis ojos».
Y el Señor el que va contigo él mismo será contigo; no te dejará ni abandonará: no temas, ni acobardes.»
Han clamado los justos, y el Señor escuchádolos y de todas sus tribulaciones librádolos.
Redención gratuita Y ahora así dice el Señor, el Dios que te ha hecho, Jacob; y el que te ha plasmado, Israel: «No temas; que te he redimido; llamádote por tu nombre; mío eres tú. Aun cuando anduvieres por agua, contigo soy, y ríos no te anegarán; aun cuando anduvieres por fuego no te abrasarás, no; llama no te abrasará; porque yo, el Señor, tu Dios, el Santo de Israel; el que te salva; he hecho permuta tuya(a) a Egipto y Etiopía y Siene, por ti.
Nada os afanéis; sino en todo, por la oración y la plegaria, con agradecimiento, vuestras peticiones manifiéstense ante Dios.
He aquí mi Dios, mi salvador; confiado estaré en él, y no temeré; por esto: porque mi gloria y mi loor, Señor; y se me ha convertido en salvación.
Y se ha hecho el Señor refugio al pobre, amparador en oportunidades(b), en tribulación. Y esperen en ti, los que conocen tu nombre; pues no has abandonado a los que te buscan, Señor.
(Salmo 45) La paz mesiánica. (Para el fin; para los hijos de Coré, para los arcanos, salmo) Dios nuestro, refugio y fuerza, ayudador en tribulaciones, las que nos han hallado sobremanera. Por esto no temeremos al conturbarse la tierra y traspor-tarse montes a los corazones de la mar. Tronaron y conturbáronse las aguas de ellos(a); conturbáronse los montes en la fuerza de él(b).
(54:25) Arroja sobre el Señor tu afán, y él te nutrirá; no dará, por el siglo, fluctuación al justo.
Bondadoso es el Señor para con los que esperan en él, en día de tribulación; y conociendo a los temerosos de él.
Esto os he hablado, para que en mí paz tengáis. En este mundo tribulación tendréis; empero confiad: yo he vencido al mundo.»
(36:41) Mas la salud de los justos, del(c) Señor, y escudador de ellos es en tiempo de tribulación.
Todo gozo estimad, hermanos míos, cuando en tentaciones(a) cayereis varias; conociendo que la probación de vuestra fe obra paciencia. Y la paciencia obra perfecta tenga(b), para que seáis perfectos e íntegros, en nada faltos.
Envalentónate y esfuérzate; no temas, ni acobardes; ni te aterres ante su faz, que el Señor, tu Dios, éste el que va delante con vosotros, entre vosotros, no te dejará ni te abandonará.»
Lleguémonos, pues, con libre habla(i) al trono de la gracia, para alcanzar misericordia; y gracia hallar, para oportuno socorro.
No temas; que contigo soy; no yerro; pues yo soy tu Dios; que te he fortalecido, y ayudádote y asegurádote con la diestra la justa, mía.
Y, respondiendo Jesús, díjoles: «En verdad dígoos; si tuviereis fe y no vacilareis no sólo lo de la higuera haréis, sino que, si también a este monte dijereis; «Alzate y arrójate en el mar», se hará,
El Señor te guardará; Señor, tu amparo sobre tu mano derecha. De día el sol no te quemará, ni la luna(b) de noche. El Señor te guardará de todo mal; guarde él a tu alma. El Señor guardará tu entrada y tu salida, desde ahora y por el siglo.
(Salmo 26) Confianza en Dios y amor a su templo. (De David antes de ser ungido) Señor mi iluminación y mi salvador: ¿a quién temeré? (26:2) Señor escudador de mi vida ¿ante quién me amedrentaré?
(Salmo 26) Confianza en Dios y amor a su templo. (De David antes de ser ungido) Señor mi iluminación y mi salvador: ¿a quién temeré? (26:2) Señor escudador de mi vida ¿ante quién me amedrentaré? (26:3) Al acercarse a mí maléficos para comer mis carnes; (26:4) los que me atribulan y mis enemigos, ellos mismos flaquearon y cayeron. (26:5) Si se juntare contra mí un campamento, no se amedrentará mi corazón; (26:6) si se levantare contra mí guerra, en ella espero.
¡Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, el padre de las misericordias y Dios de toda consolación; el que nos consuela en toda la tribulación nuestra, para poder nosotros consolar a los en toda tribulación, por la consolación que somos consolados nosotros mismos por Dios!
(27:9) Señor, mi ayudador y escudador; en él ha esperado mi corazón, y he sido ayudado; y ha reflorecido mi carne; y por mi voluntad le confesaré.
(Salmo 45) La paz mesiánica. (Para el fin; para los hijos de Coré, para los arcanos, salmo) Dios nuestro, refugio y fuerza, ayudador en tribulaciones, las que nos han hallado sobremanera.
Nada os afanéis; sino en todo, por la oración y la plegaria, con agradecimiento, vuestras peticiones manifiéstense ante Dios. Y la paz de Dios, la que supera a todo entendimiento, custodiará vuestros corazones y vuestras inteligencias en Cristo Jesús.
Yo paz dejo a vosotros; paz, la mía, os doy; no, según el mundo da, yo os doy. No se conturbe vuestro corazón, ni se acobarde.
Hermanos, yo mismo no pienso haber(g) aprehendido; una cosa empero:(h) ya a lo de atrás olvidando, ya a lo de adelante tendiendo: tras la meta lánzome al premio de la suprema vocación de Dios, en Cristo Jesús.
(54:18) Yo a Dios clamé, y el Señor me escuchó. (54:19) Tarde y mañana y al mediodía(f) narraré(g); anunciaré y escuchará mi voz. (54:20) Redimirá en paz a mi alma de los que se allegan a mí; porque entre muchos estaban conmigo(h).
Pues hambrearán jóvenes, y trabajarán adolescentes; y elegidos flacos serán; pero los que aguardan a Dios, mudarán fuerza(g); alas criarán, como águilas; correrán, y no trabajarán; caminarán, y no hambrearán.
Pues cierto estoy de que ni muerte, ni vida; ni ángeles(j), ni principados, ni potencias; ni lo presente ni lo futuro; ni alteza, ni hondura, ni criatura alguna otra podrános apartar del amor de Dios, el en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Y sabemos que a los amantes de Dios, todo coopera en bien, a los que según propósito llamados son.
Pegada está al suelo mi alma; viviré, según tu dicho. Mis caminos he anunciado, y me has escuchado; enséñame tus determinaciones;
acogiendo verdad y guardando paz. Pues en ti con esperanza esperé, Señor, hasta el siglo, el Dios, el grande, el eterno;
Por cuanto la higuera no fructificará, y no habrá gérmenes en las vides; mentirá labor de oliva, y los campos no harán sustento. Desfallecieron de sustento las ovejas, y no hay vacas en pesebres. Yo, empero, en el Señor me alborozaré; gozaré en Dios, mi salvador.
(Salmo 120) Dios ampara. (Cantar de las gradas) He alzado mis ojos a los montes(a): ¿de dónde vendrá la ayuda mía? Mi ayuda, del Señor, el que hizo el cielo y la tierra.
Venid a mí, todos los trabajados y recargados, y yo os refrigeraré. Alzad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, porque suave soy y humilde del corazón, y hallaréis alivio para vuestras almas; que mi yugo es bueno; y mi carga, ligera es.»
Y, lo bello haciendo, no desmayemos; que en el tiempo propio, segaremos, no desfalleciendo.
pero los que aguardan a Dios, mudarán fuerza(g); alas criarán, como águilas; correrán, y no trabajarán; caminarán, y no hambrearán.
Desinteresada la vida; contentos con lo presente; pues él dijo: (Deut. 31,6.) No te dejaré, no; ni te abandonaré, no; así que confiadamente digamos: Señor, para mí, ayudador: no temeré: ¿que me hará el hombre?
Y el Dios de la esperanza llenaráos de todo gozo y paz en el creer; para que abundéis en la esperanza, en virtud de Espíritu Santo.
Siempre alegraos; incesantemente orad; en todo agradeced; que ésta, voluntad de Dios en Cristo Jesús para con vosotros.
(137:4) En el día que te invocare, presto escúchame; me ensalzarás en mi alma, en poder mucho.
Porque ira, en su indignación, y vida, en su voluntad. (29:6) A la tarde morará llanto; y al alba, alborozo.
Está confiado, en todo tu corazón en Dios, y en tu sabiduría no te exaltes; para todos tus caminos conócela para que enderece tus caminos.
Por lo cual no desmayamos, sino que, aunque nuestro exterior hombre se corrompe, empero el interior es renovado día a día. Pues lo, por hoy, leve de la tribulación; va, de demasía en demasía, un eterno peso de gloria obrándonos; no contemplando nosotros lo que se ve, sino lo que no se ve; que, lo que se ve, temporal; mas, lo que no se ve, eterno.
Pues he aquí los que se alejan de ti, perecerán; has exterminado a todo el que fornicaba de ti.
Y al que puede a todo exceder, en abundancia, sobre lo que pedimos o entendemos, según el poder, el que opera en nosotros;
desde lo alto(a) del día; porque muchos, los que guerrean contra mí; no temeré; y yo en ti esperaré. En Dios loaré mis palabras(b) todo el día; en Dios he esperado; no temeré lo que me hiciere carne(c).
Oh Señor, salva ya; oh Señor, bien encamina ya. Bendito, el que viene en nombre del Señor;
No os solicitéis, pues, del mañana, pues el mañana, se solicitará de sí mismo; basta al día su mal.»
(144:19) Cerca, el Señor de todos los que le invocan, todos los que le invocan en verdad;
mantengamos la confesión de la esperanza indeclinable(n) (pues fiel, el que ha prometido);
Y no sólo(a), sino que nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación paciencia obra; y la paciencia, probación, y la probación, esperanza; y la esperanza no confunde; porque el amor de Dios difundido está en nuestros corazones por Espíritu Santo el dado a nosotros.
Aun cuando anduvieres por agua, contigo soy, y ríos no te anegarán; aun cuando anduvieres por fuego no te abrasarás, no; llama no te abrasará;
(41:15) al decirme cada día: «¿Dónde está tu Dios?», ¿Por qué triste en torno estás, alma, y por qué me conturbas? (41:16) Espera en Dios, porque le confesaré: «Salud de mi rostro, Dios mío».
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