El nombre del Señor es una torre poderosa a la que acuden los justos en busca de protección.
2 (3) Tú eres mi protector, mi lugar de refugio, mi libertador, mi Dios, la roca que me protege, mi escudo, el poder que me salva, mi más alto escondite.
10 (11) Los ricos se vuelven pobres, y sufren hambre, pero a los que buscan al Señor nunca les faltará ningún bien.
Tú eres mi refugio: me proteges del peligro, me rodeas de gritos de liberación.El Señor dice: «Mis ojos están puestos en ti. Yo te daré instrucciones, te daré consejos, te enseñaré el camino que debes seguir.
El Señor mismo irá delante de ti, y estará contigo; no te abandonará ni te desamparará; por lo tanto, no tengas miedo ni te acobardes.»
17 (18) El Señor atiende al clamor del hombre honrado, y lo libra de todas sus angustias.
Pero ahora, Israel, pueblo de Jacob, el Señor que te creó te dice: «No temas, que yo te he libertado; yo te llamé por tu nombre, tú eres mío.El Señor afirma: «Ustedes son mis testigos, mis siervos, que yo elegí para que me conozcan y confíen en mí y entiendan quién soy. Antes de mí no ha existido ningún dios, ni habrá ninguno después de mí.Solo yo soy el Señor; fuera de mí nadie puede salvar.»El Señor afirma: «Yo lo anuncié y lo proclamé: yo los he salvado; no lo hizo un dios extraño, y ustedes son mis testigos.Desde siempre, yo soy Dios. Nadie puede librar de mi poder. Nadie puede deshacer lo que yo hago.» El Señor, el Dios Santo de Israel, el que les dio la libertad, dice: «Para salvarlos a ustedes mandaré gente a Babilonia y haré abrir todas las puertas, y la alegría de los caldeos se convertirá en dolor. Yo soy el Señor, el creador de Israel, el Dios Santo y rey de ustedes.»El Señor abrió un camino a través del mar, un sendero por entre las aguas impetuosas;hizo salir todo un poderoso ejército, con sus carros y caballos, para destruirlo. Quedaron derribados y no pudieron levantarse; se acabaron como mecha que se apaga. Ahora dice el Señor a su pueblo: «Ya no recuerdes el ayer, no pienses más en cosas del pasado.Yo voy a hacer algo nuevo, y verás que ahora mismo va a aparecer. Voy a abrir un camino en el desierto y ríos en la tierra estéril.Si tienes que pasar por el agua, yo estaré contigo, si tienes que cruzar ríos, no te ahogarás; si tienes que pasar por el fuego, no te quemarás, las llamas no arderán en ti. Me honrarán los animales salvajes, los chacales y los avestruces, porque hago brotar agua en el desierto, ríos en la tierra estéril, para dar de beber a mi pueblo elegido, el pueblo que he formado para que proclame mi alabanza. »Pero tú, Israel, pueblo de Jacob, no me invocaste, sino que te cansaste de mí.No me ofreciste holocaustos de ovejas ni me honraste con sacrificios. Yo no te cansé pidiéndote ofrendas, ni te molesté exigiéndote incienso.No has tenido que comprar caña aromática para traérmela como ofrenda, ni has tenido que complacerme con la grasa de animales sacrificados. Por el contrario, me cansaste con tus pecados; me molestaste con tus maldades.»Pero yo, por ser tu Dios, borro tus crímenes y no me acordaré más de tus pecados.Si tienes algo contra mí, sometámoslo a juicio. Trae tus argumentos, a ver si sales inocente.Tu primer antepasado pecó, tus maestros se rebelaron contra mí,tus gobernantes profanaron mi templo; por eso dejé que Israel, el pueblo de Jacob, fuera destruido e insultado.Pues yo soy tu Señor, tu salvador, el Dios Santo de Israel. Yo te he adquirido; he dado como precio de rescate a Egipto, a Etiopía y a Sabá,
No se aflijan por nada, sino preséntenselo todo a Dios en oración; pídanle, y denle gracias también.
Dios es quien me salva; tengo confianza, no temo. El Señor es mi refugio y mi fuerza, él es mi salvador.»
1 (2) Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza; nuestra ayuda en momentos de angustia.10 (11) «¡Ríndanse! ¡Reconozcan que yo soy Dios! ¡Yo estoy por encima de las naciones! ¡Yo estoy por encima de toda la tierra!»11 (12) ¡El Señor todopoderoso está con nosotros! ¡El Dios de Jacob es nuestro refugio!2 (3) Por eso no tendremos miedo, aunque se deshaga la tierra, aunque se hundan los montes en el fondo del mar,3 (4) aunque ruja el mar y se agiten sus olas, aunque tiemblen los montes a causa de su furia.
22 (23) Deja tus preocupaciones al Señor, y él te mantendrá firme; nunca dejará que caiga el hombre que lo obedece.
18 (19) El Señor está cerca, para salvar a los que tienen el corazón hecho pedazos y han perdido la esperanza.
Les digo todo esto para que encuentren paz en su unión conmigo. En el mundo, ustedes habrán de sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo.
Hermanos míos, ustedes deben tenerse por muy dichosos cuando se vean sometidos a pruebas de toda clase.Porque el hombre enojado no hace lo que es justo ante Dios.Así pues, despójense ustedes de toda impureza y de la maldad que tanto abunda, y acepten humildemente el mensaje que ha sido sembrado; pues ese mensaje tiene poder para salvarlos. Pero no basta con oír el mensaje; hay que ponerlo en práctica, pues de lo contrario se estarían engañando ustedes mismos.El que solamente oye el mensaje, y no lo practica, es como el hombre que se mira la cara en un espejo:se ve a sí mismo, pero en cuanto da la vuelta se olvida de cómo es.Pero el que no olvida lo que oye, sino que se fija atentamente en la ley perfecta de la libertad, y permanece firme cumpliendo lo que ella manda, será feliz en lo que hace. Si alguno cree ser religioso, pero no sabe poner freno a su lengua, se engaña a sí mismo y su religión no sirve de nada.La religión pura y sin mancha delante de Dios el Padre es esta: ayudar a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y no mancharse con la maldad del mundo.Pues ya saben que cuando su fe es puesta a prueba, ustedes aprenden a soportar con fortaleza el sufrimiento.Pero procuren que esa fortaleza los lleve a la perfección, a la madurez plena, sin que les falte nada.
Tengan valor y firmeza; no tengan miedo ni se asusten cuando se enfrenten con ellas, porque el Señor su Dios está con ustedes y no los dejará ni los abandonará.»
Acerquémonos, pues, con confianza al trono de nuestro Dios amoroso, para que él tenga misericordia de nosotros y en su bondad nos ayude en la hora de necesidad.
No tengas miedo, pues yo estoy contigo; no temas, pues yo soy tu Dios. Yo te doy fuerzas, yo te ayudo, yo te sostengo con mi mano victoriosa.
Jesús les contestó: —Les aseguro que si tienen fe y no dudan, no solamente podrán hacer esto que le hice a la higuera, sino que aun si a este cerro le dicen: “Quítate de ahí y arrójate al mar”, así sucederá.
El Señor es quien te cuida; el Señor es quien te protege, quien está junto a ti para ayudarte.El sol no te hará daño de día, ni la luna de noche. El Señor te protege de todo peligro; él protege tu vida.El Señor te protege en todos tus caminos, ahora y siempre.
1 (1b) El Señor es mi luz y mi salvación, ¿de quién podré tener miedo? El Señor defiende mi vida, ¿a quién habré de temer?
1 (1b) El Señor es mi luz y mi salvación, ¿de quién podré tener miedo? El Señor defiende mi vida, ¿a quién habré de temer?Aunque mi padre y mi madre me abandonen, tú, Señor, te harás cargo de mí. Señor, muéstrame tu camino; guíame por el buen camino a causa de mis enemigos;no me entregues a su voluntad, pues se han levantado contra mí testigos falsos y violentos.Pero yo estoy convencido de que llegaré a ver la bondad del Señor a lo largo de esta vida. ¡Ten confianza en el Señor! ¡Ten valor, no te desanimes! ¡Sí, ten confianza en el Señor!Los malvados, mis enemigos, se juntan para atacarme y destruirme; pero ellos son los que tropiezan y caen.Aunque un ejército me rodee, mi corazón no tendrá miedo; aunque se preparen para atacarme, yo permaneceré tranquilo.
Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, pues él es el Padre que nos tiene compasión y el Dios que siempre nos consuela.Él nos consuela en todos nuestros sufrimientos, para que nosotros podamos consolar también a los que sufren, dándoles el mismo consuelo que él nos ha dado a nosotros.
El Señor es mi poderoso protector; en él confié plenamente, y él me ayudó. Mi corazón está alegre; cantaré y daré gracias al Señor.
Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino un espíritu de poder, de amor y de buen juicio.
No se aflijan por nada, sino preséntenselo todo a Dios en oración; pídanle, y denle gracias también.Así Dios les dará su paz, que es más grande de lo que el hombre puede entender; y esta paz cuidará sus corazones y sus pensamientos por medio de Cristo Jesús.
»Les dejo la paz. Les doy mi paz, pero no se la doy como la dan los que son del mundo. No se angustien ni tengan miedo.
Hermanos, no digo que yo mismo ya lo haya alcanzado; lo que sí hago es olvidarme de lo que queda atrás y esforzarme por alcanzar lo que está delante,para llegar a la meta y ganar el premio celestial que Dios nos llama a recibir por medio de Cristo Jesús.
16 (17) Pero yo clamaré a Dios; el Señor me salvará.17 (18) Me quejaré y lloraré mañana, tarde y noche, y él escuchará mi voz.18 (19) En las batallas me librará; me salvará la vida, aunque sean muchos mis adversarios.
Hasta los jóvenes pueden cansarse y fatigarse, hasta los más fuertes llegan a caer,pero los que confían en el Señor tendrán siempre nuevas fuerzas y podrán volar como las águilas; podrán correr sin cansarse y caminar sin fatigarse.
Estoy convencido de que nada podrá separarnos del amor de Dios: ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los poderes y fuerzas espirituales, ni lo presente, ni lo futuro,ni lo más alto, ni lo más profundo, ni ninguna otra de las cosas creadas por Dios. ¡Nada podrá separarnos del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús nuestro Señor!
Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, a los cuales él ha llamado de acuerdo con su propósito.
Estoy a punto de morir; ¡dame vida, conforme a tu promesa!Te he expuesto mi conducta, y me has respondido. ¡Enséñame tus leyes!
Señor, tú conservas en paz a los de carácter firme, porque confían en ti.Confíen siempre en el Señor, porque él es refugio eterno.
Entonces me llenaré de alegría a causa del Señor mi salvador. Le alabaré aunque no florezcan las higueras ni den fruto los viñedos y los olivares; aunque los campos no den su cosecha; aunque se acaben los rebaños de ovejas y no haya reses en los establos.
1 (1b) Al contemplar las montañas me pregunto: «¿De dónde vendrá mi ayuda?»Mi ayuda vendrá del Señor, creador del cielo y de la tierra.
Vengan a mí todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar.Acepten el yugo que les pongo, y aprendan de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontrarán descanso.a que le preguntaran si él era de veras el que había de venir, o si debían esperar a otro. Porque el yugo que les pongo y la carga que les doy a llevar son ligeros.»
Así que no debemos cansarnos de hacer el bien; porque si no nos desanimamos, a su debido tiempo cosecharemos.
pero los que confían en el Señor tendrán siempre nuevas fuerzas y podrán volar como las águilas; podrán correr sin cansarse y caminar sin fatigarse.
No amen el dinero; conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: «Nunca te dejaré ni te abandonaré.»Así que podemos decir con confianza: «El Señor es mi ayuda; no temeré. ¿Qué me puede hacer el hombre?»
Que Dios, que da esperanza, los llene de alegría y paz a ustedes que tienen fe en él, y les dé abundante esperanza por el poder del Espíritu Santo.
Estén siempre contentos.Oren en todo momento.Den gracias a Dios por todo, porque esto es lo que él quiere de ustedes como creyentes en Cristo Jesús.
5 (6) Porque su enojo dura un momento, pero su buena voluntad, toda la vida. Si lloramos por la noche, por la mañana tendremos alegría.
Confía de todo corazón en el Señor y no en tu propia inteligencia. Ten presente al Señor en todo lo que hagas, y él te llevará por el camino recto.
Por eso no nos desanimamos. Pues aunque por fuera nos vamos deteriorando, por dentro nos renovamos día a día.Lo que sufrimos en esta vida es cosa ligera, que pronto pasa; pero nos trae como resultado una gloria eterna mucho más grande y abundante.Porque no nos fijamos en lo que se ve, sino en lo que no se ve, ya que las cosas que se ven son pasajeras, pero las que no se ven son eternas.
Y ahora, gloria sea a Dios, que puede hacer muchísimo más de lo que nosotros pedimos o pensamos, gracias a su poder que actúa en nosotros.
3 (4) Cuando tengo miedo, confío en ti.4 (5) Confío en Dios y alabo su palabra; confío en Dios y no tengo miedo. ¿Qué me puede hacer el hombre?,
No se preocupen por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse. Cada día tiene bastante con sus propios problemas.
Mantengámonos firmes, sin dudar, en la esperanza de la fe que profesamos, porque Dios cumplirá la promesa que nos ha hecho.
Y no solo esto, sino que también nos gloriamos de los sufrimientos; porque sabemos que el sufrimiento nos da firmeza para soportar,y esta firmeza nos permite salir aprobados, y el salir aprobados nos llena de esperanza.Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha llenado con su amor nuestro corazón por medio del Espíritu Santo que nos ha dado.
Si tienes que pasar por el agua, yo estaré contigo, si tienes que cruzar ríos, no te ahogarás; si tienes que pasar por el fuego, no te quemarás, las llamas no arderán en ti.
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