Dios es la fuente de la sabiduría y si deseamos ser sabios, debemos acercarnos a Él. Para amar la sabiduría, primero debemos amar a quien la otorga, nuestro Padre Celestial. Necesitamos pedir cada día esa sabiduría que proviene del cielo, para tomar decisiones que nos conduzcan por el camino correcto y hacia lo que genuinamente es beneficioso para nuestros corazones. La sabiduría debe acompañarnos en todo momento, de esta manera, cometeremos menos errores y caminaremos con firmeza, ya que una persona sabia puede encontrar el camino hacia el éxito, siempre y cuando permita que Dios la guíe. Si alguno de ustedes carece de sabiduría, pídala a Dios, y Él se la dará, pues Dios da generosamente a todos, sin despreciar a nadie. Pero que pida con fe, sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento. (Santiago 1:5-6) Busquemos la sabiduría de Dios con fe, y la recibiremos, y recordemos que el principio de la sabiduría es el temor a Jehová. Teme a Dios, y Él guiará tus pasos. No te dejes seducir por tus sentimientos ni emociones, aléjate del mal, escucha la voz de Dios, obedécele y serás considerado sabio en esta tierra.
La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo.
Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.
¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!
Y dijo al hombre: He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, Y el apartarse del mal, la inteligencia.
Los proverbios de Salomón. El hijo sabio alegra al padre, Pero el hijo necio es tristeza de su madre.
Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán.
El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos; Su loor permanece para siempre.
Las palabras de la boca del sabio son llenas de gracia, mas los labios del necio causan su propia ruina.
Así será a tu alma el conocimiento de la sabiduría; Si la hallares tendrás recompensa, Y al fin tu esperanza no será cortada.
El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, Y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia.
El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.
A ti, oh Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has dado sabiduría y fuerza, y ahora me has revelado lo que te pedimos; pues nos has dado a conocer el asunto del rey.
Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.
El que ama la instrucción ama la sabiduría; Mas el que aborrece la reprensión es ignorante.
El hombre que ama la sabiduría alegra a su padre; Mas el que frecuenta rameras perderá los bienes.
El que anda con sabios, sabio será; Mas el que se junta con necios será quebrantado.
Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; Y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia.
Mejor es adquirir sabiduría que oro preciado; Y adquirir inteligencia vale más que la plata.
¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.
El necio al punto da a conocer su ira; Mas el que no hace caso de la injuria es prudente.
Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo.
Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.
Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios,
aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.
El que guarda su boca guarda su alma; Mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad.
Nunca digas: ¿Cuál es la causa de que los tiempos pasados fueron mejores que estos? Porque nunca de esto preguntarás con sabiduría.
Porque en la mucha sabiduría hay mucha molestia; y quien añade ciencia, añade dolor.
Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.
También esto salió de Jehová de los ejércitos, para hacer maravilloso el consejo y engrandecer la sabiduría.
Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; No te olvides ni te apartes de las razones de mi boca;
No la dejes, y ella te guardará; Ámala, y te conservará.
Los labios justos son el contentamiento de los reyes, Y estos aman al que habla lo recto.