La vida es una sucesión de altibajos, emocionales, sin embargo Dios nos llama a ser como los árboles plantados junto a un río, cuya estabilidad permite que sus hojas no caigan sin importar las inclemencias el tiempo. Cuando pasamos por momentos de desánimo y aflicción, sentimos que nunca podremos salir de allí. Afortunadamente, Dios en su infinita misericordia, siempre trae palabras de aliento, su palabra nos ayudan a levantarnos, solo debemos tener un corazón dispuesto a Él y pronto pasaremos esos momentos difíciles. Dios está contigo no estás solo, Dios sanará todas tus heridas y te llenará de gozo. Esperamos en Cristo que puedas sentir ese refrigerio necesario del espíritu Santo en tu vida, y oramos para que Dios aliente tu corazón y vivifique tus fuerzas.
Y así no andéis cuidadosos por el día de mañana: porque el día de mañana a sí mismo se traerá su cuidado(h). Le basta al día su propio afan'.
La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo, como la da el mundo(z). No se turbe vuestro corazón, ni se acobarde.
Venid a mí, todos los que estáis trabajados y cargados(g), y yo os aliviaré. Traed mi yugo sobre vosotros(h), y aprended de mí, que manso soy y humilde(i) de corazón; y hallaréis reposo para vuestras almas. Porque mi yugo suave es, y mi carga ligera(j)'.
Por tanto os digo: no andéis afanados para vuestra alma, qué comeréis(b), ni para vuestro cuerpo, que vestiréis. ¿No es más el alma que la comida y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo(c), que no siembran, ni siegan, ni allegan en trojes; y vuestro Padre celestial las alimenta. Pues ¿no sois vosotros mucho más que ellas(d)? ¿Y quién de vosotros discurriendo puede(e) añadir un codo a su estatura?
¿Por ventura no se venden dos pajarillos por un cuarto? y uno de ellos no caerá sobre la tierra sin vuestro Padre. Aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis pues; porque mejores sois vosotros que muchos pájaros(e).
Buscad pues primeramente el reino de Dios, y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
No queráis atesorar para vosotros tesoros en la tierra, donde orín y polilla los consume, y en donde ladrones los desentierran, y roban. Mas atesorad para vosotros tesoros en el cielo, en donde no los consume orín ni polilla, y en donde ladrones no los desentierran, ni roban. Porque en donde está tu tesoro, allí está también tu corazón(x).
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