La vida es una sucesión de altibajos, emocionales, sin embargo Dios nos llama a ser como los árboles plantados junto a un río, cuya estabilidad permite que sus hojas no caigan sin importar las inclemencias el tiempo. Cuando pasamos por momentos de desánimo y aflicción, sentimos que nunca podremos salir de allí. Afortunadamente, Dios en su infinita misericordia, siempre trae palabras de aliento, su palabra nos ayudan a levantarnos, solo debemos tener un corazón dispuesto a Él y pronto pasaremos esos momentos difíciles. Dios está contigo no estás solo, Dios sanará todas tus heridas y te llenará de gozo. Esperamos en Cristo que puedas sentir ese refrigerio necesario del espíritu Santo en tu vida, y oramos para que Dios aliente tu corazón y vivifique tus fuerzas.
Nada os afanéis; sino en todo, por la oración y la plegaria, con agradecimiento, vuestras peticiones manifiéstense ante Dios. Y la paz de Dios, la que supera a todo entendimiento, custodiará vuestros corazones y vuestras inteligencias en Cristo Jesús.
No os solicitéis, pues, del mañana, pues el mañana, se solicitará de sí mismo; basta al día su mal.»
Señor, según la muchedumbre de mis dolores en mi corazón, tus consolaciones han amado a mi alma.
desde lo alto(a) del día; porque muchos, los que guerrean contra mí; no temeré; y yo en ti esperaré. En Dios loaré mis palabras(b) todo el día; en Dios he esperado; no temeré lo que me hiciere carne(c).
No temas; que contigo soy; no yerro; pues yo soy tu Dios; que te he fortalecido, y ayudádote y asegurádote con la diestra la justa, mía.
Yo paz dejo a vosotros; paz, la mía, os doy; no, según el mundo da, yo os doy. No se conturbe vuestro corazón, ni se acobarde.
Y sabemos que a los amantes de Dios, todo coopera en bien, a los que según propósito llamados son.
(54:25) Arroja sobre el Señor tu afán, y él te nutrirá; no dará, por el siglo, fluctuación al justo.
Amedrentadora palabra el corazón turba de varón justo; y anuncio(f) bueno, alégrale.
(138:22) Pruébame, Dios, y conoce mi corazón; escudríñame, y conoce mis sendas; (138:23) y ve si ves iniquidades en mí, y guíame en camino(q) eterno.
Porque ira, en su indignación, y vida, en su voluntad. (29:6) A la tarde morará llanto; y al alba, alborozo.
Desinteresada la vida; contentos con lo presente; pues él dijo: (Deut. 31,6.) No te dejaré, no; ni te abandonaré, no; así que confiadamente digamos: Señor, para mí, ayudador: no temeré: ¿que me hará el hombre?
Y el Dios de la esperanza llenaráos de todo gozo y paz en el creer; para que abundéis en la esperanza, en virtud de Espíritu Santo.
(Salmo 45) La paz mesiánica. (Para el fin; para los hijos de Coré, para los arcanos, salmo) Dios nuestro, refugio y fuerza, ayudador en tribulaciones, las que nos han hallado sobremanera. Por esto no temeremos al conturbarse la tierra y traspor-tarse montes a los corazones de la mar.
Venid a mí, todos los trabajados y recargados, y yo os refrigeraré. Alzad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, porque suave soy y humilde del corazón, y hallaréis alivio para vuestras almas; que mi yugo es bueno; y mi carga, ligera es.»
Redención gratuita Y ahora así dice el Señor, el Dios que te ha hecho, Jacob; y el que te ha plasmado, Israel: «No temas; que te he redimido; llamádote por tu nombre; mío eres tú. Aun cuando anduvieres por agua, contigo soy, y ríos no te anegarán; aun cuando anduvieres por fuego no te abrasarás, no; llama no te abrasará;
Está confiado, en todo tu corazón en Dios, y en tu sabiduría no te exaltes; para todos tus caminos conócela para que enderece tus caminos.
Y la paz del Cristo triunfe en vuestros corazones; a la cual también fuisteis llamados en un cuerpo; y gratos(d) haceos.
Temor no hay en el amor, sino que el perfecto amor fuera lanza al temor; porque el temor congoja tiene; y el que teme, no es perfecto en el amor.
Y mi Dios llenará toda necesidad de vosotros, según su riqueza, en gloria, en Cristo Jesús.
Empero a Dios sométete, alma mía; porque, de él, mi paciencia. Porque él, mi Dios y mi salvador, acogedor mío; no emigraré, no.
pero los que aguardan a Dios, mudarán fuerza(g); alas criarán, como águilas; correrán, y no trabajarán; caminarán, y no hambrearán.
Y, lo bello haciendo, no desmayemos; que en el tiempo propio, segaremos, no desfalleciendo.
Por esto os digo, no os solicitéis de vuestra alma(i), qué comáis o qué bebáis, ni de vuestro cuerpo qué os vistáis ¿Acaso el alma no es más que la comida y el cuerpo que el vestido? Contemplad los volátiles del cielo cómo no siembran, ni siegan, ni allegan en graneros, y vuestro Padre el celestial, aliméntalos, ¿No sois vosotros mucho más que ellos? Y ¿quién de vosotros, solicitándose, puede añadir a su vida codo uno(j)?
Tentación no os ha tomado sino humana(c); y fiel es Dios que no dejará seáis tentados sobre lo que podéis; sino que hará, con la tentación, también la salida, para que podáis soportar.
Y me ha dicho: «Bástate mi gracia; que el poder en flaqueza se perfecciona». Muy a placer, pues, más bien me gloriaré en mis flaquezas, para que se empabellone en mí el poder del Cristo.
(Salmo 120) Dios ampara. (Cantar de las gradas) He alzado mis ojos a los montes(a): ¿de dónde vendrá la ayuda mía? Mi ayuda, del Señor, el que hizo el cielo y la tierra.
Por lo demás, hermanos, cuanto es verdadero; cuanto, honesto; cuanto, justo; cuanto, casto; cuanto, amable; cuanto, bien afamado; si alguna virtud y si alguna alabanza —esto pensad.
¿No se venden dos gorriones por un as(n)? y uno de entre ellos no cae sobre la tierra sin el padre de vosotros. De vosotros, empero, aún los cabellos de la cabeza todos contados están. No temáis, pues: de muchos gorriones diferís(o) vosotros.
Que en alegría saldréis; y en gozo seréis enseñados; que los montes y los collados saltarán, aguardándoos en gozo; y todos los leños del campo aplaudirán con las ramas;
(Salmo 39) (Mesiánico) Acción de gracias. No ya víctimas ofrecerá al Señor, sino a sí mismo se ofrendará. (Para el fin; para David, salmo) Aguardando aguardé al Señor, y me atendió; y escuchó mi deprecación, y me sacó de lago de miseria y de entre lodo de pantano; y puso sobre piedra mis pies y enderezó mis pasos; y envió a mi boca un cantar nuevo, un himno a nuestro Dios. Verán muchos, y temerán y esperarán en el Señor.
con la esperanza, gozándoos; en la tribulación pacientes; en la oración, perseverantes;
Lleguémonos, pues, con libre habla(i) al trono de la gracia, para alcanzar misericordia; y gracia hallar, para oportuno socorro.
Pues, aunque yo anduviere en medio de sombra de muerte; no temeré el mal; porque tú conmigo estás; (22:5) tu vara y tu báculo, ellos me han consolado.
He aquí mi Dios, mi salvador; confiado estaré en él, y no temeré; por esto: porque mi gloria y mi loor, Señor; y se me ha convertido en salvación.
Siempre alegraos; incesantemente orad; en todo agradeced; que ésta, voluntad de Dios en Cristo Jesús para con vosotros.
Pues he aquí los que se alejan de ti, perecerán; has exterminado a todo el que fornicaba de ti.
Pues cierto estoy de que ni muerte, ni vida; ni ángeles(j), ni principados, ni potencias; ni lo presente ni lo futuro; ni alteza, ni hondura, ni criatura alguna otra podrános apartar del amor de Dios, el en Cristo Jesús, Señor nuestro.
(Salmo 24) Apiádase Dios del atribulado que le invoca con fe. (Salmo para David) A ti, Señor, he levantado mi alma Dios mío, en ti he confiado; no sea yo avergonzado; ni se mofen de mí los enemigos míos; pues que todos los que esperan en ti, no serán avergonzados, no.
Y al que puede a todo exceder, en abundancia, sobre lo que pedimos o entendemos, según el poder, el que opera en nosotros;
(144:19) Cerca, el Señor de todos los que le invocan, todos los que le invocan en verdad;
para que se dé a los llorosos de Sión— a ellos gloria en vez de ceniza, ungüento de alegría a los llorosos, manto de gloria en vez de espíritu de abandono; y serán llamados generaciones de justicia, plantación del Señor en gloria.
confiado de esto mismo: que, quien empezó en vosotros obra buena, perfeccionará hasta día de Jesucristo;
Mas el que me oyere, se empabellonará en esperanza, y reposará, descuidado de todo temor.
en el día que yo te invocare; he aquí he conocido que mi Dios eres tú. En Dios loaré la palabra; en Dios loaré el dicho(f). En Dios he esperado, no temeré lo que me hiciere el hombre.
¡Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, el padre de las misericordias y Dios de toda consolación; el que nos consuela en toda la tribulación nuestra, para poder nosotros consolar a los en toda tribulación, por la consolación que somos consolados nosotros mismos por Dios!
(29:14) Has convertido el llanto mío en gozo para mí; desgarrado has mi saco y ceñídome alegría; (29:15) para que te cante mi gloria, y no sea yo afligido, no. Señor, Dios mío, por el siglo te confesaré.
Y así mismo también el espíritu socorre a nuestra flaqueza; pues, lo que oremos, cual se debe, no sabemos; pero el mismo espíritu intercede con gemidos inefables;
mantengamos la confesión de la esperanza indeclinable(n) (pues fiel, el que ha prometido);
(41:15) al decirme cada día: «¿Dónde está tu Dios?», ¿Por qué triste en torno estás, alma, y por qué me conturbas? (41:16) Espera en Dios, porque le confesaré: «Salud de mi rostro, Dios mío».
(126:3) En vano es para vosotros el madrugar(a); levantaos, después de estar sentados, los que coméis pan de dolor,
Empero, aunque sufriereis por justicia, bienaventurados. (Is. 8,12.) Y el temor de ellos no temáis; ni os conturbéis.
Y ésta la confianza que tenemos para con él: que, si algo pidiéremos, según su voluntad, nos oye. Y, si sabemos que nos oye lo que pidiéremos, sabemos que tenemos las peticiones que le hemos pedido.
(Salmo 135) Loores de Dios por su piedad. (Aleluya) Confesad al Señor, que bueno, que por el siglo su misericordia.
No a vosotros toca guerrear; esto entended y ved la salud del Señor con vosotros, Judá y Jerusalén; no temáis ni os arredréis mañana para salirles al encuentro; y el Señor, está con vosotros».
(17:7) Y, al atribulárseme, invoqué al Señor, y a mi Dios clamé. (17:8) Oyó desde su templo santo mi voz; y mi clamor a faz de él, entrará en sus orejas.
Pero el fruto del espíritu es: caridad, gozo, paz, longanimidad, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, continencia, (temperancia, castidad). Contra las cuales cosas no es la ley.
Si yo decía: «Ha vacilado mi pie», tu misericordia, Señor, ayudábame. Señor, según la muchedumbre de mis dolores en mi corazón, tus consolaciones han amado a mi alma.
(138:8) si tomare(c) mis alas a través de la aurora(d); y me empabellonare en las extremidades del mar(e); (138:9) también allí tu mano me guiará y me sostendrá tu diestra.
Me invocará, y le escucharé; con él soy en la tribulación, y le arrancaré, y glorificaré.
El Señor te guardará de todo mal; guarde él a tu alma. El Señor guardará tu entrada y tu salida, desde ahora y por el siglo.
Y la paz de Dios, la que supera a todo entendimiento, custodiará vuestros corazones y vuestras inteligencias en Cristo Jesús.
Pues, si te sentares, intrépido serás; y si te recostares dulcemente dormirás; y no temerás terror sobreviniente, ni embestidas de impíos asaltadoras; pues Señor será sobre todos tus caminos; y afianzará tu pie para que no vaciles.
(Salmo 114) Gracias por la liberación del cautiverio. (Aleluya) He amado(a) pues ha de escuchar Dios la voz de mi plegaria; pues ha inclinado su oreja a mí; y en los días míos le he de invocar.
acogiendo verdad y guardando paz. Pues en ti con esperanza esperé, Señor, hasta el siglo, el Dios, el grande, el eterno;
(Salmo 61) Confianza en Dios contra los enemigos. (Para el fin; para Iditún; salmo para David) ¿No a Dios se someterá mi alma? pues de él mi salud. Pues también él, mi Dios y mi salvador, mi acogedor: no se me moverá, no, más.
(Salmo 70) Implorando a Dios contra los enemigos. (Para David, de hijos de Jonadab y de los primeros cautivos) Dios, en ti he esperado; no sea confundido por el siglo. En tu justicia líbrame y escápame; inclina hacia mí tu oreja y sálvame. Séme en Dios escudador, en lugar fortificado para que me salves; porque afianzamiento mío y refugio mío eres tú.
Sólo dignamente del Evangelio del Cristo conversad; para que, sea, viniendo y viéndoos, sea, ausente, oiga lo acerca de vosotros: que os afirmáis en un espíritu, una alma, luchando por la fe del Evangelio;
Muchos pensares en corazón de varón; y la voluntad del Señor por el siglo permanece.
(45:11) Considerad y conoced que yo soy Dios; enalteceréme en las gentes; enalteceréme en la tierra.
(41:6) ¿Por qué triste en torno estás mi alma? y ¿Por qué me conturbas? (41:7) Espera en Dios que le he de confesar; salud de mi rostro mi Dios.
En la libertad, pues, con que Cristo nos ha libertado, afirmaos; y no de nuevo seáis a yugo de servidumbre sujetos.
Dios mío, mi ayudador; y esperaré en él. (17:3) Protector mío, y cuerno de salud y acogedor mío.
(67:21) Señor Dios, bendito; bendito Señor día a día; y bien nos guiará el Dios de nuestras salvaciones(o).
Y el Dios de la paciencia y de la consolación déos lo mismo sentir(a) entre vosotros, según Cristo Jesús;
De(d) magnificencia de fuerza, el nombre del Señor; y los que a él recurren, justos, son exaltados.
Nada os afanéis; sino en todo, por la oración y la plegaria, con agradecimiento, vuestras peticiones manifiéstense ante Dios.
empero, según está escrito: Is. 64,3. «Lo que ojo no vio y oreja no oyó; y a corazón de hombre no ascendió— cuanto preparó Dios a los que le aman»;
y no os conforméis a este siglo, sino transformaos con la renovación de la mente, para probaros: cuál(a), la voluntad de Dios, la buena(b), y bien placiente y perfecta.
(125:6) Los que siembran en lágrimas, en alborozo segarán. (125:7) Yendo iban y lloraban, arrojando sus semillas; (125:8) viniendo, empero, llegarán, en alborozo, trayendo sus gavillas.
«No os atesoréis tesoros sobre la tierra, donde carcoma y herrumbre destruyen, y donde hurtadores desentierran y hurtan; pero atesoraos tesoros en el cielo donde ni carcoma ni herrumbre destruyen y donde hurtadores no desentierran ni hurtan; pues, donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón.
Y el Dios de toda gracia, el que os ha llamado a su eterna gloria en Cristo Jesús, habiendo un poco padecido vosotros; él os perfeccionará, afirmará, esforzará.
(17:33) Mi Dios —intachable su camino; las palabras del Señor, acrisoladas; escudador es de todos los que esperan en él.
(Salmo 39) (Mesiánico) Acción de gracias. No ya víctimas ofrecerá al Señor, sino a sí mismo se ofrendará. (Para el fin; para David, salmo) Aguardando aguardé al Señor, y me atendió; y escuchó mi deprecación,
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