La verdadera amistad es aquella que permanece incluso cuando todos se han marchado. No se trata de alguien a quien ves todos los días, sino de aquel que está presente en tus momentos más difíciles. No es quien te escribe constantemente, sino quien siempre te envía un mensaje oportuno, como si supiera qué estás pasando por una situación complicada. La amistad nació en el corazón de Dios para darnos ánimo mutuo, ya que dos son mejores que uno. A veces, todo lo que necesitas es una buena conversación con una amiga, una charla que te libere y consuele, algo que solo compartes con aquellos en quienes confías. Te animo a ser la amiga que deseas tener, brindando el amor que esperas recibir. Dios quiere usarte para consolar a esa amiga que está pasando por un momento difícil. Ve a visitarla, deja que Dios la abrace a través de ti, escúchala sin juzgar y ora por ella al terminar. Anímala con la palabra de Dios hasta que vuelva a encontrar la melodía en su corazón. No ignores lo que pueda estar pasando, ya que muchas personas prefieren sucumbir en la soledad. Tu papel es ser un apoyo fuerte en el que pueda confiar, no la sueltes, no permitas que el mal la acose. Llena tu corazón de empatía, aunque no entiendas, basta con estar allí, incluso en silencio. Seca sus lágrimas, muéstrale el amor de Dios y quédate hasta que un hermoso arcoíris aparezca en su cielo gris. Recuerda el proverbio: "En todo tiempo ama al amigo, y es como un hermano en tiempos de angustia". Aunque ella no cuente con su propia familia, el Espíritu Santo quiere manifestarse a través de ti. No te preocupes por qué decir, él te dará las palabras y pondrá en tu boca lo que tu amiga necesita en su alma.
Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides.
Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones;
El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; Y amigo hay más unido que un hermano.
El ungüento y el perfume alegran el corazón, Y el cordial consejo del amigo, al hombre.
Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo.
Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.
No dejes a tu amigo, ni al amigo de tu padre; Ni vayas a la casa de tu hermano en el día de tu aflicción. Mejor es el vecino cerca que el hermano lejos.
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente.
Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré.
Él te librará del lazo del cazador, De la peste destructora.
Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad.
Luego les dijo: Id, comed grosuras, y bebed vino dulce, y enviad porciones a los que no tienen nada preparado; porque día santo es a nuestro Señor; no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza.
Jehová te bendiga, y te guarde;
Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia;
Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.
Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará.
Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación.