«Si usted sale a su jardín y arroja al suelo un poco de aserrín, los pájaros no se fijarán en él; pero si en cambio arroja migas de pan, en seguida verá cómo los pajaritos bajan a los árboles para arrebatarlas. El que es realmente hijo de Dios conoce bien la diferencia, por así decirlo, entre el aserrín y el pan.
Muchos que se dicen cristianos están comiendo del aserrín del mundo, en lugar de ser alimentados por el Pan que desciende del cielo. Lo único que puede satisfacer los anhelos del alma es la Palabra del Dios viviente.» Por D.L. Moody
«El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.» Juan 6:63
La idea de estas palabras de Jesús era dejar en claro la necesidad del hombre de buscar la presencia de Dios, aprendiendo y obedeciendo Su Palabra, orando, poniendo su enfoque y corazón en las cosas espirituales y no en las materiales o de naturaleza humana, pues ésta es la única forma de recibir y transmitir verdaderas bendiciones que se evidenciará con grandes resultados, entre éstos: vida, fuerza, discernimiento, sabiduría, libertad, sanidad, gozo, transformación, paz, renuevo, etc.
«El poder Divino, como influencia viviente sobre «las» almas, es la única fuerza reconstructiva adecuada a sus necesidades. Aquellos ideales que los hombres forman, fuera de sí mismos, no tienen poder transformador sobre sus disposiciones.» Ilustrador bíblico
«Por más erudito, piadoso y elocuente que sea un ministro, no es nada sin el Espíritu Santo. La campana del campanario puede estar bien colgada, modelada y del metal más sólido, pero es muda hasta que el timbre la hace hablar; y de la misma manera, el predicador no tiene voz para dar vida a los muertos en pecado, ni para consolar a los santos vivos hasta que el Espíritu Divino le da un impulso misericordioso y le pide que hable con poder. De ahí la necesidad de oración tanto del predicador como de los oyentes.» CH Spurgeon
Padre amado, alabo y bendigo tu nombre porque sólo Tú eres digno. Te doy gracias por el regalo que me has dado de ver un nuevo día lleno de tus maravillas. Gracias por esta poderosa palabra que me recuerda que sin ti, nada soy y nada puedo, porque es sólo a través de ti, de tu palabra, de tu poder, de tu amor demostrado en Cristo, que puedo tener la oportunidad de recibir una gran cantidad de bendiciones que me permiten tener una vida plena. Por eso te pido que me ayudes a permanecer en ti, buscando tu rostro, llenándome de tu Espíritu, aprendiendo de tu Palabra para ponerla en práctica, porque ésto es lo que me llevará a vivir y compartir el verdadero Evangelio. En el nombre de Jesús. Amen.
El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.
Ver CapítuloSolo el Espíritu da vida eterna; los esfuerzos humanos no logran nada. Las palabras que yo les he hablado son espíritu y son vida,
Ver CapítuloEl espíritu es el que da vida, la carne no sirve para nada. Las palabras que les he dicho son espíritu y vida.
Ver CapítuloEl Espíritu es el que da vida; la carne no aprovecha nada. Las palabras que Yo os he hablado son espíritu y son vida.
Ver CapítuloEs el espíritu el que da vida, la carne de nada sirve. Las palabras que yo os he dicho son espíritu y son vida.
Ver CapítuloEl que da vida eterna es el Espíritu de Dios; ninguna persona puede dar esa vida. Las palabras que les he dicho vienen del Espíritu que da esa vida.
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