2 Corintios 7:3 - Nueva Biblia Española (1975)

³ No los estoy censurando, ya les tengo dicho que los llevo tan dentro, que estamos unidos para vida y para muerte.

Higit pang mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

³ No lo digo para condenaros; pues ya he dicho antes que estáis en nuestro corazón, para morir y para vivir juntamente.

Biblia Nueva Traducción Viviente

³ No les digo esto para condenarlos. Ya les dije antes que ustedes están en nuestro corazón y que vivimos o morimos junto con ustedes.

Biblia Católica (Latinoamericana)

³ No les estoy acusando; ya les dije que los llevamos en nuestro corazón, para vivir unidos y morir juntos.

La Biblia Textual 3a Edicion

³ No os lo digo para condenación, porque ya he dicho que estáis en nuestros corazones° para morir y para vivir juntamente.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

³ No lo digo en tono de condena, pues os he declarado antes que estáis juntos en nuestros corazones en la vida y en la muerte.

2 Corintios 7:3 Mga Krus na Reperensya

2 Corintios 11:11

¿Por qué será?, ¿porque no los quiero? Bien sabe Dios cuánto.

2 Corintios 12:15

Por mi parte, con muchísimo gusto gastaré, y me desgastaré yo mismo por ustedes. Los quiero demasiado. ¿Es una razón para que me quieran menos?

2 Corintios 13:10

Por esta razón les escribo así mientras estoy fuera, para no verme obligado a ser severo en persona con la autoridad que el Señor me ha dado para construir, no para derribar.

2 Corintios 3:2

Ustedes son mi carta, escrita en sus corazones, carta abierta y leída por todo el mundo.

2 Corintios 7:12

Ya ven que el motivo real de la carta no eran el ofensor ni el ofendido; me proponía que descubrieran delante de Dios el aprecio que sienten por mí.

Filipenses 1:7

Esto que siento de ustedes está justificado: los llevo muy dentro, pues tanto durante mi prisión como durante mi defensa y confirmación de la buena noticia todos tienen parte conmigo en el privilegio que me ha tocado.

1 Tesalonicenses 2:8

por el cariño que les teníamos, les habríamos entregado con gusto no sólo la buena noticia de Dios, sino nuestra propia vida; tanto llegamos a quererlos.