Online na Bibliya

Mga patalastas


Ang buong bibliya Lumang Tipan Bagong Tipan




Lucas 5:8 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

Al ver esto, Pedro se arrodilló delante de Jesús y le dijo: —¡Señor, apártate de mí, porque soy un pecador!

Tingnan ang kabanata
Ipakita Interlinear Bible

Higit pang mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.

Tingnan ang kabanata

Biblia Nueva Traducción Viviente

Cuando Simón Pedro se dio cuenta de lo que había sucedido, cayó de rodillas delante de Jesús y le dijo: —Señor, por favor, aléjate de mí; soy un hombre tan pecador.

Tingnan ang kabanata

Biblia Católica (Latinoamericana)

Al ver esto, Simón Pedro se arrodilló ante Jesús, diciendo: 'Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador.

Tingnan ang kabanata

La Biblia Textual 3a Edicion

Al verlo Simón Pedro, se postró a los pies de Jesús, y dijo: ¡Apártate de mí Señor, que soy hombre pecador!

Tingnan ang kabanata

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Cuando Simón Pedro vio esto se echó a los pies de Jesús, diciéndole: 'Apártate de mí, Señor, que soy hombre pecador'.

Tingnan ang kabanata

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Al ver esto Simón Pedro, cayó a las rodillas de Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.

Tingnan ang kabanata
Iba pang mga pagsasalin



Lucas 5:8
19 Mga Krus na Reperensya  

Pero luego sintió miedo y dijo: «Ya no me atrevo a cuidar el cofre de Dios».


Entonces la mujer le dijo a Elías: —Profeta, ¿qué tienes en mi contra? ¿Has venido a recordarme mis pecados y a castigarme con la muerte de mi hijo?


«¿Qué podría responderte si soy tan poca cosa? Ya he hablado más de la cuenta, y no voy a insistir. Prefiero quedarme callado».


Luego fueron a decirle a Moisés: —Es mejor que seas tú quien nos hable. Dinos qué debemos hacer, y te obedeceremos. Si Dios nos habla, podríamos morir.


Entonces exclamé: «¡Ahora sí voy a morir! Porque yo, que soy un hombre pecador y vivo en medio de un pueblo pecador, he visto al rey del universo, al Dios todopoderoso».


Al oír esto, los discípulos se tiraron al suelo, y no se atrevían a mirar, pues tenían mucho miedo.


Cuando entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y se arrodillaron para adorarlo. Abrieron los cofres que llevaban y le regalaron al niño oro, incienso y mirra.


Pero el capitán respondió: —Señor Jesús, yo no merezco que entre usted en mi casa. Basta con que ordene desde aquí que mi sirviente se sane y él quedará sano.


Entonces hicieron señas a los compañeros de la otra barca, para que fueran enseguida a ayudarlos. Eran tantos los pescados que, entre todos, llenaron las dos barcas. Y las barcas estaban a punto de hundirse.


Santiago y Juan, que eran hijos de Zebedeo, Pedro y todos los demás, estaban muy asombrados por la pesca tan abundante. Pero Jesús le dijo a Pedro: —No tengas miedo. De hoy en adelante, en lugar de pescar peces, voy a enseñarte a ganar seguidores para mí.


Cuando María llegó a donde estaba Jesús, se arrodilló delante de él y le dijo: —Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.


Ahora conocemos a Dios de manera no muy clara, como cuando vemos nuestra imagen reflejada en un espejo a oscuras. Pero, cuando todo sea perfecto, veremos a Dios cara a cara. Ahora lo conozco de manera imperfecta; pero cuando todo sea perfecto, podré conocerlo como él me conoce a mí.


Al verlo, caí a sus pies como muerto. Pero él puso su mano derecha sobre mí, y me dijo: «No tengas miedo. Yo soy el primero y el último,


Entonces Manoa le dijo a su esposa: —Vamos a morir, porque hemos visto a Dios.


y decía: «Nadie puede vivir delante de un Dios tan poderoso como el nuestro. Es mejor que mandemos el cofre a otro lugar».