Los tesoros de impiedad no son de provecho, Pero la justicia libra de la Muerte.
Proverbios 21:6 - La Biblia Textual 3a Edicion Acumular tesoros con lengua mentirosa, Es vanidad ilusoria y lazo de muerte. Higit pang mga bersyonBiblia Reina Valera 1960 Amontonar tesoros con lengua mentirosa Es aliento fugaz de aquellos que buscan la muerte. Biblia Nueva Traducción Viviente La riqueza fruto de una lengua mentirosa es una neblina que se esfuma y una trampa mortal. Biblia Católica (Latinoamericana) Amontonar con estafas un tesoro es la breve ilusión de los que van a la muerte. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Hacer fortuna con lengua mentirosa es fútil vanidad de suicidas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Obtener tesoros con lengua mentirosa, es vanidad desconcertada de aquellos que buscan la muerte. Biblia Traducción en Lenguaje Actual Las riquezas que amontona el mentiroso se desvanecen como el humo; son una trampa mortal. |
Los tesoros de impiedad no son de provecho, Pero la justicia libra de la Muerte.
Fortuna sin esfuerzo se desvanece, Pero el que recoge con mano laboriosa, la aumenta.
Caro, caro,° dice el comprador, Pero se marcha restregándose las manos.°
Herencia adquirida con rapacidad al comienzo, No será bendita en su fin.
Quien siembra maldad cosecha desgracia, Y la vara de su arrogancia se consumirá.
Aparta de mí la falsedad y la mentira, Y no me des pobreza ni riquezas. Manténme del pan necesario,
Pero el que peca contra mí, defrauda su propia alma; Todos los que me aborrecen aman la Muerte.
El que amontona riquezas injustas es como la perdiz que incuba lo que no puso: En la mitad de sus días las abandonará, Y ante su postrimería será un necio.
¡Echad de vosotros todas vuestras transgresiones con que habéis pecado, y haceos un corazón nuevo y un espíritu renovado! ¿Por qué habréis de morir, oh casa de Israel?
a los cuales es necesario taparles la boca; que trastornan casas enteras, enseñando por ganancia deshonesta lo que no se debe.
y por avaricia os explotarán° con palabras manipuladas; sobre los cuales la sentencia pronunciada° desde antiguo no está ociosa, y su perdición no dormita.