y los dos hombres, hijos de Belial, entraron y se sentaron ante él, y estos hijos de Belial testificaron contra Nabot delante del pueblo, diciendo: ¡Nabot maldijo a ’Elohim y al rey! Y ellos lo sacaron fuera de la ciudad y lo lapidaron con piedras, hasta que murió.
También dirás a los hijos de Israel: Cualquier varón de los hijos de Israel, o del extranjero que reside en Israel, que entregue a alguien de su descendencia a Moloc, será muerto irremisiblemente. El pueblo de esta tierra lo lapidará con piedras.
El hombre o la mujer que evoque espíritu de muertos, o sea adivino, ha de morir irremisiblemente. Los lapidarán con piedras y su propia sangre recaerá sobre ellos.
Entonces Moisés habló a los hijos de Israel, y sacando ellos al maldiciente fuera del campamento, lo lapidaron con piedras. Y los hijos de Israel hicieron según lo que YHVH había ordenado a Moisés.
y levantándose, lo sacaron fuera de la ciudad y lo llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual había sido edificada la ciudad de ellos, para despeñarlo;