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- Matangazo -





Lucas 18:38 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

38 Entonces el ciego se puso a gritar: «¡Jesús, tú que eres el Mesías, ten compasión de mí y ayúdame!»

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Matoleo zaidi

Biblia Reina Valera 1960

38 Entonces dio voces, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

38 Entonces comenzó a gritar: «¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

38 Entonces empezó a gritar: '¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

38 Entonces gritó, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

38 Entonces el ciego se puso a gritar: '¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!'.

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Lucas 18:38
14 Marejeleo ya Msalaba  

12 (13) pero también, un Dios de amor.» Dios mío, tú nos das a cada uno lo que merecen nuestros hechos.


»Si de un tronco viejo sale un retoño, también de la familia de David saldrá un nuevo rey.


»En el futuro haré que un rey justo y sabio gobierne a mi pueblo. Será de la familia de David, gobernará con verdadera justicia,


La gente estaba asombrada de lo que Jesús hacía, y se preguntaba: «¿Será Jesús el Mesías que Dios prometió para salvarnos?»


Una mujer de esa región, que era del grupo al que los judíos llamaban cananeos, se acercó a Jesús y le dijo a gritos: —¡Señor, tú que eres el Mesías, ten compasión de mí y ayúdame! ¡Mi hija tiene un demonio que la hace sufrir mucho!


Los sacerdotes principales y los maestros de la Ley se enojaron mucho al ver los milagros que él hacía, y al oír que los niños le gritaban alabanzas a Jesús, el Mesías.


Y toda la gente, tanto la que iba delante de él como la que iba detrás, gritaba: «¡Sálvanos, Mesías nuestro! ¡Bendito tú, que vienes en el nombre de Dios! Por favor, ¡sálvanos, Dios altísimo!»


Cuando Jesús salió de allí, dos ciegos lo siguieron y comenzaron a gritarle: —¡Jesús, tú que eres el Mesías, ten compasión de nosotros!


La gente le explicó: —Ahí viene Jesús, el del pueblo de Nazaret.


Los que iban delante reprendían al ciego para que se callara, pero él gritó con más fuerza: «¡Mesías, ten compasión de mí y ayúdame!»


«Yo he enviado a mi ángel, para que les diga a las iglesias todas estas cosas. Yo soy el descendiente del rey David; yo soy la estrella que brilla al amanecer.»


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