Después de esto, Dios se le apareció a Abram en una visión, y le dijo: —Abram, no tengas miedo. Yo soy quien te protege. Voy a darte muchas riquezas.
Apocalipsis 1:17 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual Al verlo, caí a sus pies como muerto. Pero él puso su mano derecha sobre mí, y me dijo: «No tengas miedo. Yo soy el primero y el último, Matoleo zaidiBiblia Reina Valera 1960 Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último; Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando lo vi, caí a sus pies como muerto; pero él puso la mano derecha sobre mí y me dijo: «¡No tengas miedo! Yo soy el Primero y el Último. Biblia Católica (Latinoamericana) Al verlo caí como muerto a sus pies; pero me tocó con la mano derecha y me dijo: 'No temas, soy yo, el Primero y el Ultimo, La Biblia Textual 3a Edicion Cuando lo vi, caí como muerto a sus pies, pero Él puso su diestra sobre mí, diciendo: No temas,° Yo soy el Primero y el Postrero,° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando lo vi, caí como muerto a sus pies. Él puso su diestra sobre mí y me dijo: 'No temas. Yo soy el primero y el último Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y Él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último; |
Después de esto, Dios se le apareció a Abram en una visión, y le dijo: —Abram, no tengas miedo. Yo soy quien te protege. Voy a darte muchas riquezas.
Moisés les respondió: —¡Tranquilos, no tengan miedo! Ustedes no se preocupen, que van a ver cómo nuestro Dios los va a salvar. A esos egipcios que hoy ven, no volverán a verlos nunca más, porque Dios peleará por ustedes.
Pero Moisés les dijo: —¡No tengan miedo! Dios quiere ponerlos a prueba. Si ustedes lo obedecen, todo les saldrá bien.
Yo soy el Dios de tus antepasados; yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Al oír esto, Moisés no se atrevió a mirar a Dios y se tapó la cara.
Por tanto, no tengan miedo, pues yo soy su Dios y estoy con ustedes. Mi mano victoriosa les dará fuerza y ayuda; mi mano victoriosa siempre les dará su apoyo.
»Yo soy el único Dios y mantengo bajo control todo lo que pasa en este mundo. He existido desde el principio, y existiré hasta el final.
El Dios todopoderoso, rey y salvador de Israel, continuó diciendo: «Yo soy el primero y el último; fuera de mí no hay otro Dios.
Dios dijo: «Pueblo de Israel, yo te he llamado. Yo soy el único Dios, el primero y el último.
Y el ángel me dijo: “Daniel, no tengas miedo. Dios escuchó tus oraciones desde el primer día, cuando trataste de entender ese sueño tan difícil y te humillaste ante él. Por eso Dios me envió a decirte que tú has visto lo que va a pasarle a tu pueblo en el futuro. ”Yo iba a venir antes, pero no pude hacerlo porque, durante veintiún días, el ángel encargado de cuidar al reino de Persia me lo impidió. Yo me había quedado solo, junto a los reyes de Persia, pero vino en mi ayuda Miguel, uno de los ángeles más importantes de todos”.
»Mientras el ángel Gabriel me decía todo esto, yo me quedé callado y solo miraba al suelo.
Cuando escucho todo esto, me tiemblan los labios y todo el cuerpo; siento que mis huesos se desmoronan, y que el suelo se hunde bajo mis pies. Pero yo espero con paciencia el día en que castigarás a los que ahora nos atacan.
Al verlo, los guardias se asustaron tanto que empezaron a temblar y se quedaron como muertos.
El ángel les dijo a las mujeres: «No se asusten. Yo sé que están buscando a Jesús, el que murió en la cruz.
El discípulo preferido de Jesús estaba siguiendo a Jesús y a Pedro. Ese discípulo era el mismo que había estado cerca de Jesús en la cena de la Pascua, antes de que Jesús fuera clavado en la cruz, y era también el que le había preguntado a Jesús quién lo iba a traicionar.
Esa voz me dijo: «Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias de la provincia de Asia, es decir, a las iglesias de Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea.»
Yo, Juan, saludo a las siete iglesias que están en la provincia de Asia. Dios es el que vive, el que siempre ha vivido, y el que está por venir. Deseo que Dios y Jesucristo, y los siete espíritus que están delante de su trono, los amen a ustedes y les den su paz. Podemos confiar en que Jesucristo nos ama y dice la verdad acerca de Dios. Él fue el primero en resucitar, y es también el que gobierna sobre todos los reyes de la tierra. Por medio de la muerte de Jesucristo, Dios nos ha perdonado nuestros pecados.
El Señor todopoderoso, el que vive y siempre ha vivido, y que está por llegar, dice: «Yo soy el principio y el fin».
»Escribe al ángel de la iglesia de Esmirna: “Yo soy el primero y el último. ¡Había muerto, pero he resucitado! Escucha bien lo que te voy a decir: