Porque he venido a ser como odre al humo,° Pero no he olvidado tus estatutos.
Porque estoy como el odre al humo; Pero no he olvidado tus estatutos.
Estoy arrugado como un odre ahumado, pero no me olvidé de obedecer tus decretos.
Aunque parezco un cuero ahumado, no he olvidado tus preceptos.
Aún estando como odre puesto al humo, no olvido tus preceptos.
Porque estoy como el odre al humo; pero no he olvidado tus estatutos.
Aunque ya estoy viejo y arrugado, no me olvido de tu palabra.
Mi piel se ha ennegrecido y se me cae, Y mis huesos arden de calor.
Me deleitaré en tus estatutos, No me olvidaré de tu palabra.
Anduve errante como oveja descarriada, ¡Busca a tu siervo, porque no ha olvidado tus mandamientos!
Lazos de impíos me han envuelto, Pero no he olvidado tu Ley.
Mi vigor se ha secado como tiesto, Y mi lengua se pega a mi paladar.° ¡Me has puesto en el polvo de la muerte!