Y yo, aunque ungido como rey, he sido benévolo, mientras que esa gente, los hijos de Sarvia, han sido más duros que yo. ¡Que YHVH pague al malvado conforme a su maldad!
Proverbios 19:10 - La Biblia Textual 3a Edicion El lujo no conviene al insensato, ¡Cuánto menos al siervo tener dominio sobre príncipes! Matoleo zaidiBiblia Reina Valera 1960 No conviene al necio el deleite; ¡Cuánto menos al siervo ser señor de los príncipes! Biblia Nueva Traducción Viviente ¡No es correcto que un necio viva rodeado de lujos ni que un esclavo gobierne sobre príncipes! Biblia Católica (Latinoamericana) No conviene que un tonto viva en el lujo, y menos aún que un esclavo mande a los príncipes. Biblia Serafín de Ausejo 1975 No le cuadra al necio la vida regalada: y menos aún al siervo dominar a los señores. Biblia Reina Valera Gómez (2023) No conviene al necio el deleite: ¡Cuánto menos al siervo gobernar a los príncipes! Biblia Traducción en Lenguaje Actual No hay nada más absurdo que un tonto viviendo entre lujos, y un esclavo gobernando a reyes. |
Y yo, aunque ungido como rey, he sido benévolo, mientras que esa gente, los hijos de Sarvia, han sido más duros que yo. ¡Que YHVH pague al malvado conforme a su maldad!
Así pues, los correos salieron apresuradamente por mandato del rey, pues el edicto había sido promulgado en Susa, la capital. Y el rey y Amán se sentaron a beber, mientras la ciudad de Susa estaba perpleja.
No conviene al necio la grandilocuencia°, ¡Cuánto menos al príncipe el labio mentiroso!
Ni la nieve al verano ni la lluvia a la siega, Ni la honra al necio les van bien.
Brotará entre el pueblo la violencia de unos contra otros, Cada cual contra su compañero. El joven atacará al anciano, y el plebeyo al noble.
Oh Israel, no te alegres ni te regocijes como los gentiles, Porque te prostituiste abandonando a tu Dios, Y vendiste tus amores en todas las eras del trigo,
Había cierto° hombre rico que se vestía de púrpura y lino fino blanco, haciendo banquete cada día con esplendidez.
Y alzando sus ojos en el Hades, estando° en tormentos, ve a Abraham desde lejos y a Lázaro en su regazo.
¡Afligíos, y lamentad y llorad! ¡Conviértase vuestra risa en lamento y vuestro regocijo en desaliento!
Y Abigail volvió a Nabal, y he aquí que celebraba un banquete en su casa, como el banquete de un rey, y el corazón de Nabal estaba alegre, y estaba muy borracho, por lo cual ella no le informó ni poco ni mucho, hasta que amaneció.