Sabría con qué palabras me replica, Y entendería qué me está diciendo.
Yo sabría lo que él me respondiese, Y entendería lo que me dijera.
Luego escucharía su respuesta y entendería lo que me dijera.
Por lo menos conocería su respuesta y trataría de comprender lo que él dijera.
Conocería las palabras de su réplica, comprendería cuanto me dijese.
Yo sabría las palabras que Él me respondiera, y entendería lo que Él me dijera.
Entonces él me explicaría por qué me ha tratado así.
Diré a Dios: ¡No me condenes! ¡Hazme saber por qué contiendes conmigo!
Expondría ante Él mi causa, Llenaría mi boca de argumentos,
¿Contendería conmigo haciendo gala de su fuerza? No, sino que me prestaría atención.