¡Yo tomo mi carne entre mis dientes, Y pongo mi vida en las palmas de mis manos!
Job 18:4 - La Biblia Textual 3a Edicion ¡Tú, que a ti mismo te desgarras en tu ira! ¿Deberá abandonarse la tierra por tu causa, O removerse las peñas de su sitio? Matoleo zaidiBiblia Reina Valera 1960 Oh tú, que te despedazas en tu furor, ¿Será abandonada la tierra por tu causa, Y serán removidas de su lugar las peñas? Biblia Nueva Traducción Viviente Aunque con enojo te arranques el pelo, ¿se destruirá la tierra por eso? ¿Hará que las rocas tiemblen? Biblia Católica (Latinoamericana) ¿Por qué te destrozas en tu enojo?
¿Se desolará la tierra otro tanto
o las rocas cambiarán de lugar? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Tú, que te destrozas en tu cólera ¿quedará despoblada la tierra por tu causa? ¿Cambiarán los montes de lugar? Biblia Reina Valera Gómez (2023) Oh tú, que te despedazas con tu furor, ¿Será abandonada la tierra por tu causa, y serán traspasadas de su lugar las peñas? Biblia Traducción en Lenguaje Actual Tan enojado está que él mismo se despedaza; ¡pero eso no cambia nada! |
¡Yo tomo mi carne entre mis dientes, Y pongo mi vida en las palmas de mis manos!
Su ira me desgarra y me hostiga, Rechina sus dientes contra mí, Aguza contra mí ojos de enemigo.
Ciertamente la luz de los impíos será apagada, Y la chispa de su fuego no brillará.
Aunque los montes se muevan y tiemblen los collados, Mi misericordia no se alejará de ti, Ni será anulado mi pacto de paz, Dice YHVH, que tiene compasión de ti.
Y me dijo: La iniquidad de la casa de Israel y de Judá es sobremanera grande, pues el país está lleno de asesinatos, y la ciudad atestada de perversidad, pues dijeron: ¡YHVH ha abandonado la tierra! Y: ¡YHVH no lo ve!
’Elohim respondió a Jonás: ¿Tanto te irritas por lo de la calabacera? Él respondió: ¡Tengo razón para irritarme hasta la muerte!
y dondequiera que lo ataca lo derriba, y echa espumarajos y cruje los dientes y se pone rígido. Y dije a tus discípulos que lo echaran, pero no fueron capaces.
porque he aquí un espíritu lo toma y de repente da alaridos y lo convulsiona con espumarajos, y a duras penas se aparta de él después de estropearlo.