Correré por el camino de tus mandamientos, Porque Tú habrás ensanchado mi corazón.
Hechos 8:30 - La Biblia Textual 3a Edicion Corriendo Felipe, lo oyó leyendo al profeta Isaías, y dijo: Pero, ¿entiendes lo que lees? Matoleo zaidiBiblia Reina Valera 1960 Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees? Biblia Nueva Traducción Viviente Felipe se acercó corriendo y oyó que el hombre leía al profeta Isaías. Felipe le preguntó: —¿Entiendes lo que estás leyendo? Biblia Católica (Latinoamericana) Y mientras Felipe corría, le oía leer al profeta Isaías. Le preguntó: '¿Entiendes lo que estás leyendo?' Biblia Serafín de Ausejo 1975 Corrió Felipe a su lado y oyó que iba leyendo al profeta Isaías. Y le dijo: '¿Crees que entiendes lo que vas leyendo?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y corriendo Felipe hacia él, le oyó que leía el profeta Isaías, y le dijo: ¿Entiendes lo que lees? Biblia Traducción en Lenguaje Actual Felipe corrió para alcanzar el carruaje. Cuando ya estuvo cerca, escuchó que el oficial leía el libro del profeta Isaías. Entonces le preguntó: —¿Entiende usted lo que está leyendo? |
Correré por el camino de tus mandamientos, Porque Tú habrás ensanchado mi corazón.
Todo cuanto halle hacer tu mano, hazlo con tus fuerzas, porque en el Seol, adonde vas, no hay obra ni propósito, ni conocimiento ni sabiduría.
De todo el que oye la palabra del reino y no la entiende, viene el maligno y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Éste es el que fue sembrado junto al camino.
Pero el que fue sembrado en tierra buena, éste es el que oye y entiende la palabra; el que también da fruto, y produce cual a ciento por uno, cual a sesenta, y cual a treinta por uno.
Por tanto, cuando veáis la abominación de la desolación, dicha por el profeta Daniel, puesta en el lugar santo (el que esté leyendo,° entienda),
Por tanto, cuando veáis la abominación de la desolación° puesta° donde no debe ser (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea huyan a los montes,
Les dice Jesús: Mi comida es que Yo haga la voluntad del que me envió y termine su obra.
Escudriñáis° las Escrituras, porque os parece que en ellas tenéis vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mí.
Y levantándose, fue. Y he aquí un hombre etíope, eunuco, funcionario de Candace, reina de los etíopes, el cual estaba sobre todo su tesoro, quien había ido a adorar° a Jerusalem,
Y él contestó: Y ¿cómo podría, si alguno no me guía?° Y rogó a Felipe que subiera° a sentarse con él.
pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para instruir a otros, que mil palabras en lenguas.°
Por tanto, no seáis insensatos, sino entended cuál sea la voluntad del Señor.
Aquí está la sabiduría. El que tiene entendimiento, deduzca° el número de la bestia, porque es número de hombre: su número es seiscientos sesenta y seis.