Hechos 25:10 - La Biblia Textual 3a Edicion Pablo entonces contestó: Estoy ante el tribunal del César, donde debo ser juzgado. Ningún agravio he hecho a los judíos, como tú sabes muy bien. Matoleo zaidiBiblia Reina Valera 1960 Pablo dijo: Ante el tribunal de César estoy, donde debo ser juzgado. A los judíos no les he hecho ningún agravio, como tú sabes muy bien. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero Pablo contestó: —¡No! Esta es la corte oficial romana, por lo tanto, debo ser juzgado aquí mismo. Usted sabe muy bien que no soy culpable de hacer daño a los judíos. Biblia Católica (Latinoamericana) Pablo contestó: 'Estoy ante el tribunal del César; ahí debo ser juzgado. No he hecho ningún mal a los judíos, como tú muy bien sabes. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pablo dijo: 'Estoy ante el tribunal del César y en él debo ser juzgado. En nada he ofendido a los judíos como tú muy bien sabes. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Pablo dijo: Ante el tribunal de César estoy, donde debo ser juzgado. A los judíos no les he hecho ningún agravio, como tú sabes muy bien. Biblia Traducción en Lenguaje Actual Pablo le contestó: —El tribunal del emperador de Roma está aquí, y es aquí donde debo ser juzgado. Usted sabe muy bien que yo no he hecho nada malo contra los judíos. |
Y estando sentado él en el tribunal, le mandó a decir su mujer: No tengas nada que ver con ese justo, porque hoy sufrí mucho en sueños a causa de él.
y hallé° que era acusado por cuestiones de la ley de ellos, pero no tenía ningún cargo digno de muerte o prisión.
Así que, después que se reunieron aquí, sin más demora al día siguiente, me senté en el tribunal y ordené que trajeran al hombre.
Pero yo he descubierto que nada digno de muerte ha hecho, y como él mismo apeló al Emperador, decidí enviárselo.°
Y después de permanecer entre ellos no más de ocho o diez días, bajó a Cesarea, y al día siguiente se sentó en el tribunal y mandó que Pablo fuera traído.°
Y al retirarse, hablaban unos con otros, diciendo: Este hombre no ha hecho nada que merezca muerte o prisión.
los cuales, después de interrogarme, querían soltarme, por no haber en mí ninguna causa de muerte.
sino que renunciamos a subterfugios deshonestos, no andando con astucia ni adulterando la Palabra de Dios, sino encomendándonos a toda conciencia humana en presencia de Dios, para manifestación de la verdad.