Pero él respondió: ¡Vive YHVH, delante de quien estoy, que no lo tomaré! E insistió que lo recibiera, pero él no quiso.
Filipenses 4:15 - La Biblia Textual 3a Edicion Y también sabéis vosotros, oh filipenses, que al comienzo del evangelio,° cuando salí de Macedonia, ninguna iglesia compartió conmigo en cuanto al dar y al recibir, sino solamente vosotros; Matoleo zaidiBiblia Reina Valera 1960 Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que al principio de la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros solos; Biblia Nueva Traducción Viviente Como saben, filipenses, ustedes fueron los únicos que me ayudaron económicamente cuando les llevé la Buena Noticia por primera vez y luego seguí mi viaje desde Macedonia. Ninguna otra iglesia hizo lo mismo. Biblia Católica (Latinoamericana) Filipenses, ustedes saben que en los principios de la evangelización, cuando me alejé de Macedonia, ninguna Iglesia me abrió una cuenta de gastos e ingresos excepto ustedes. Biblia Serafín de Ausejo 1975 También sabéis vosotros, filipenses, que en los comienzos del Evangelio, cuando salí de Macedonia, ninguna iglesia abrió conmigo cuentas de gastos e ingresos, sino sólo vosotros; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que al principio del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia comunicó conmigo en el asunto de dar y recibir, sino vosotros solos, Biblia Traducción en Lenguaje Actual Al principio, cuando comencé a anunciar la buena noticia y salí de Macedonia, los únicos que me ayudaron fueron ustedes, los de la iglesia en Filipos. Ninguna otra iglesia colaboró conmigo. |
Pero él respondió: ¡Vive YHVH, delante de quien estoy, que no lo tomaré! E insistió que lo recibiera, pero él no quiso.
cuando Giezi, siervo de Eliseo, varón de Dios, pensó: He aquí mi señor ha eximido a este sirio Naamán al no recibir de su mano lo que traía. Pero, ¡vive YHVH, que de seguro correré tras él para tomar algo suyo!
Ellos entonces, saliendo de la cárcel, entraron en casa de Lidia; y cuando vieron a los hermanos, los consolaron y salieron.
Porque Macedonia y Acaya decidieron proveer alguna contribución° para los pobres de los santos que están en Jerusalem;°
Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido han ayudado más para el progreso del evangelio,
a causa de vuestra participación en el evangelio, desde el primer día hasta ahora;
Y me es justo sentir esto acerca de todos vosotros, por cuanto os tengo en el corazón, pues tanto en mis prisiones° como en la defensa y consolidación del evangelio, todos vosotros sois° copartícipes de mi gracia.
Por tanto, amados míos, como siempre obedecisteis, no sólo en mi presencia, sino mucho más ahora en mi ausencia, alistad vuestra propia salvación con temor y temblor.