El diseño de las ruedas era como el de las ruedas de un carro: sus ejes, sus aros, sus rayos y sus cubos, todo era de fundición.
Ezequiel 1:16 - La Biblia Textual 3a Edicion El aspecto de las ruedas era como el brillo del crisólito; las cuatro tenían la misma apariencia, y su hechura era como si una rueda estuviera encajada en medio de la otra, Matoleo zaidiBiblia Reina Valera 1960 El aspecto de las ruedas y su obra era semejante al color del crisólito. Y las cuatro tenían una misma semejanza; su apariencia y su obra eran como rueda en medio de rueda. Biblia Nueva Traducción Viviente Las ruedas brillaban como si fueran de berilo. Las cuatro ruedas se parecían y estaban hechas de la misma manera; dentro de cada rueda había otra rueda, que giraba en forma transversal. Biblia Católica (Latinoamericana) Esas ruedas centelleaban como piedras preciosas, y las cuatro tenían la misma forma. Cada rueda era doble: parecía como dos ruedas entrecruzadas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El aspecto de las ruedas y su estructura era como el centelleo del topacio. Las cuatro tenían la misma forma; su aspecto y su estructura era como si una rueda estuviera encajada dentro de la otra. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el parecer de las ruedas y su obra era semejante al color del berilo. Y las cuatro tenían una misma semejanza; su apariencia y su obra eran como una rueda en medio de otra rueda. Biblia Traducción en Lenguaje Actual Las cuatro ruedas eran iguales, y brillaban como las piedras preciosas. Todas ellas estaban entrelazadas, como si formaran una estrella. |
El diseño de las ruedas era como el de las ruedas de un carro: sus ejes, sus aros, sus rayos y sus cubos, todo era de fundición.
Tu justicia es semejante a los montes de Dios, Tus juicios, al inmenso abismo. Tú, oh YHVH, preservas al hombre y la bestia.
¡Oh YHVH, Dios mío, has aumentado tus maravillas, Y tus designios para con nosotros! ¡No hay nadie comparable a ti! Si los anunciara y hablara de ellos, No pueden ser enumerados.
Y la cuarta hilera, un topacio, un ónice y un jaspe, engastadas con filigrana de oro en sus encajes.
Sus brazos como barras de oro Engastados con piedras de Tarsis; Su torso, tallado de marfil, Recubierto de zafiros.
Su cuerpo era como un crisólito, su rostro como un relámpago, y sus ojos como antorchas de fuego. Sus brazos y pies tenían la refulgencia del bronce incandescente, y el sonido de sus palabras era como el estruendo de una multitud.
Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y cuyos cabellos eran como lana purísima. Su trono era de llamas de fuego, y éste tenía ruedas de fuego abrasador.
¡Oh profundidad de las riquezas, de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos!
para que la multiforme sabiduría de Dios sea dada ahora a conocer por medio de la iglesia° a los principados y potestades en los cielos,°