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1 Reyes 20:9 - La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces él respondió a los mensajeros de Ben-hadad: Decid a mi señor el rey: Haré todo lo que exigiste a tu siervo al principio, pero esto no lo puedo hacer. Los mensajeros fueron y le dieron la respuesta.

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Biblia Reina Valera 1960

Entonces él respondió a los embajadores de Ben-adad: Decid al rey mi señor: Haré todo lo que mandaste a tu siervo al principio; mas esto no lo puedo hacer. Y los embajadores fueron, y le dieron la respuesta.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Así que Acab dijo a los mensajeros de Ben-adad: «Díganle esto a mi señor el rey: “Te daré todo lo que pediste la primera vez, pero no puedo aceptar tu última exigencia”». Entonces los mensajeros le llevaron la respuesta a Ben-adad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Entonces dijo a los mensajeros de Ben-Hadad: 'Digan esto al rey mi señor: Haré lo que me pediste la primera vez, pero esta nueva exigencia no la puedo aceptar'. Los mensajeros se fueron llevando esa respuesta.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Dijo, pues, a los mensajeros de Ben Hadad: 'Decid a mi señor el rey: haré todo lo que mandaste a tu siervo la primera vez: pero esto otro no lo puedo hacer'. Se fueron los mensajeros y llevaron la respuesta.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces él respondió a los embajadores de Benadad: Decid al rey mi señor: Haré todo lo que mandaste a tu siervo al principio; pero esto no lo puedo hacer. Y los embajadores fueron, y le dieron la respuesta.

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Biblia Traducción en Lenguaje Actual

Entonces Ahab dijo a los mensajeros de Ben-hadad: —Díganle a Su Majestad que le daré lo que me pidió primero, pero que no voy a darle lo que ahora pide.

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1 Reyes 20:9
3 Marejeleo ya Msalaba  

Asa tomó entonces toda la plata y el oro que habían quedado en los tesoros de la Casa de YHVH, juntamente con los tesoros de la casa real, y entregándolos en mano de sus servidores, el rey Asa los envió a Ben-hadad, hijo de Tabrimón, hijo de Hezión, rey de Siria, que habitaba en Damasco, diciendo:


Y Ben-hadad envió a decirle: ¡Así me hagan los dioses y aun me añadan, que el polvo de Samaria no bastará para llenar las manos de todo el pueblo que me sigue!


Y todos los ancianos y todo el pueblo respondieron: No lo escuches ni accedas.