Al oír el rey Jeroboán lo que el varón de Dios gritaba contra el altar de Betel, extendió su mano desde encima del altar y dijo: '¡Prendedlo!'. Pero se le secó la mano que había extendido contra él y no pudo volverla hacia sí.
Juan 5:3 - Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yacía en éstos una multitud de enfermos: ciegos, cojos, paralíticos. Matoleo zaidiBiblia Reina Valera 1960 En estos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. Biblia Nueva Traducción Viviente Una multitud de enfermos —ciegos, cojos, paralíticos— estaban tendidos en los pórticos. Biblia Católica (Latinoamericana) y bajo los pórticos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos, tullidos (y paralíticos. Todos esperaban que el agua se agitara, La Biblia Textual 3a Edicion En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos e impedidos.° Biblia Reina Valera Gómez (2023) En estos yacía gran multitud de enfermos, ciegos, cojos, secos, que esperaban el movimiento del agua. Biblia Traducción en Lenguaje Actual Allí, acostados en el suelo, había muchos enfermos: ciegos, cojos y paralíticos. |
Al oír el rey Jeroboán lo que el varón de Dios gritaba contra el altar de Betel, extendió su mano desde encima del altar y dijo: '¡Prendedlo!'. Pero se le secó la mano que había extendido contra él y no pudo volverla hacia sí.
Feliz el hombre que me escucha vigilando a mis puertas cada día, guardando los dinteles de mi entrada;
¡Ay del pastor incapaz que abandona las ovejas! ¡Caiga la espada sobre su brazo y sobre su ojo derecho! ¡Que su brazo se seque del todo, y se apague por completo su ojo derecho!'.
Se acercó una gran multitud, llevando consigo cojos, mancos, ciegos, mudos y otros muchos enfermos y los tendieron a sus pies y él los curó.
Su fama se extendió por toda Siria. Le traían a todos los que se sentían mal, aquejados de diversas enfermedades y dolores: endemoniados, epilépticos y paralíticos; y él los curaba.
Y respondiendo, les dijo: 'Id a contar a Juan lo que habéis visto y oído: Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia el evangelio a los pobres;
Hay en Jerusalén, junto a la puerta de las Ovejas, una piscina, llamada en hebreo Betzatá, que tiene cinco pórticos.
Pero, si estamos esperando lo que no vemos, con constancia y con ansia lo aguardamos.
Tened, pues, paciencia, hermanos, hasta la parusía del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando pacientemente hasta recibir lluvias tempranas y tardías.