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Génesis 2:7 - Biblia Torres Amat 1825

7 Formó, pues, el Señor Dios al hombre del lodo de la tierra, y le inspiró en el rostro un soplo o espíritu de vida, y quedó hecho el hombre viviente con alma racional.

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Больше версий

Biblia Reina Valera 1960

7 Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Luego el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra. Sopló aliento de vida en la nariz del hombre, y el hombre se convirtió en un ser viviente.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Entonces Yavé Dios formó al hombre con polvo de la tierra; luego sopló en sus narices un aliento de vida, y existió el hombre con aliento y vida.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Entonces YHVH ’Elohim modeló al hombre de la tierra roja, e insufló en sus narices aliento de vida. Y el hombre llegó a ser alma viviente.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Entonces Yahveh-Dios formó al hombre del polvo de la tierra, insufló en sus narices aliento de vida y el hombre se convirtió en ser viviente.

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Génesis 2:7
33 Перекрёстные ссылки  

Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya: a imagen de Dios le creó; los creó varón y hembra.


Salía de la tierra una fuente que iba regando toda la superficie de la tierra.


Mediante el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas a confundirte con la tierra de que fuiste formado; puesto que polvo eres, y a ser polvo tornarás.


Y le echó el Señor Dios del paraíso de deleites, para que labrase la tierra, de que fue formado.


y todo cuanto en la tierra tiene aliento de vida todo pereció.


que mientras haya aliento en mí, y me conserve Dios la respiración,


El espíritu de Dios me creó, y el soplo del Omnipotente me dio la vida.


Bien sabes que Dios me creó a mí así como a ti, y que fui yo formado del mismo barro que tú;


¡Cuánto más serán consumidos y como roídos de la polilla, aquellos que habitan casas de barro, cimentadas sobre el polvo!


Tened entendido que el Señor es el único Dios. El es el que nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos. ¡Oh tú, pueblo suyo!, vosotros ovejas a quien él apacienta,


Porque él conoce bien la fragilidad de nuestro ser. Tiene muy presente que somos polvo,


El espíritu del hombre es una antorcha divina que penetra todos los secretos del corazón.


y en suma, antes que el polvo se vuelva a la tierra de donde salió, y el espíritu vuele a Dios, que le dio el ser.


Tiempo de rasgar y tiempo de coser; tiempo de callar y tiempo de hablar.


Porque he aquí que el soberano Señor de los ejércitos privará a Jerusalén y a Judá de todos los varones robustos y fuertes, de todo sustento de pan y de todo sustento de agua;


Ahora bien, Señor, tú eres nuestro padre; nosotros somos el barro y tú el alfarero; obras somos todos de tus manos.


El Ungido del Señor, resuello de nuestra boca, ha sido preso por causa de nuestros pecados; aquel a quien habíamos dicho: A tu sombra viviremos entre las naciones.


Esto dice el Señor Dios a esos huesos: He aquí que yo infundiré en vosotros el espíritu, y viviréis;


y pondré sobre vosotros nervios, y haré que crezcan carnes sobre vosotros, y las cubriré de piel, y os daré espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy el Señor.


Duro anuncio del Señor contra Israel. Dice el Señor, el que extendió los cielos y puso los fundamentos de la tierra, y el que forma el espíritu que tiene dentro de sí el hombre:


Aquí Moisés y Aarón se postraron sobre su rostro, y dijeron: ¡Oh fortísimo Dios de los espíritus de todos los hombres! ¿es posible que por el pecado de uno se ha de ensañar tu ira contra todos?


Destine el Señor, Dios de los espíritus de todos los mortales, un varón que gobierne esta multitud;


Dichas estas palabras, alentó, o dirigió el aliento, hacia ellos; y les dijo: Recibid el Espíritu Santo,


ni necesita del servicio de las manos de los hombres, como si estuviese menesteroso de alguna cosa; antes bien él mismo está dando a todos la vida, y el aliento, y todas las cosas.


Mas, ¿quién eres tú, ¡oh hombre!, para reconvenir a Dios? ¿Un vaso de barro dice acaso al que le labró: Por qué me has hecho así?


El primer hombre Adán fue formado con alma viviente; el último Adán, Jesucristo, ha sido llenado de un espíritu vivificante.


El primer hombre es el terreno, formado de la tierra; y el segundo hombre es el celestial, que viene del cielo.


Mas este tesoro lo llevamos en vasos de barro, frágil y quebradizo; para que se reconozca que la grandeza del poder que se ve en nosotros es de Dios y no nuestra.


Sabemos también, que si esta casa terrestre o el cuerpo corruptible en que habitamos viene a destruirse, nos dará Dios en el cielo otra casa, una casa no hecha de mano de hombre, y que durará eternamente.


y además Adán no fue engañado, mas la mujer, engañada por la serpiente, fue causa de la prevaricación del hombre.


Y a la verdad aquellos por pocos días no castigaban a su arbitrio; pero éste nos amaestra en aquello que sirve para hacernos santos.


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