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Éxodo 6:9 - Biblia Torres Amat 1825

9 Refirió, pues, Moisés, todas estas cosas a los hijos de Israel; los cuales no le dieron crédito, angustiados como estaban en extremo, y agobiados con el exceso de las faenas.

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Biblia Reina Valera 1960

9 De esta manera habló Moisés a los hijos de Israel; pero ellos no escuchaban a Moisés a causa de la congoja de espíritu, y de la dura servidumbre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Así que Moisés le dijo al pueblo de Israel lo que el Señor había dicho, pero ellos no quisieron escucharlo más porque estaban demasiado desalentados por la brutalidad de su esclavitud.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Así habló Moisés a los hijos de Israel, pero no le hicieron caso, porque estaban desanimados y agobiados por sus duras labores.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Así habló Moisés a los hijos de Israel, pero a causa de la impaciencia de espíritu y la dura esclavitud, no escucharon a Moisés.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Así habló Moisés a los israelitas, pero era tanta la angustia de su espíritu y tan dura su servidumbre que no le escucharon.

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Éxodo 6:9
9 Перекрёстные ссылки  

¿Por ventura mi causa o disputa es con algún hombre, para que no tenga yo razón de entristecerme?


y les hacían pasar una vida muy amarga con las duras fatigas de hacer barro o argamasa y ladrillo, y con toda suerte de servidumbre con que los oprimían en las labores del campo.


¿No te decíamos aún estando en Egipto: Déjanos que sirvamos a los egipcios? Porque mucho mejor nos era servirlos a ellos, que morir en el desierto.


De allí a mucho tiempo murió el rey de Egipto; y los hijos de Israel, gimiendo bajo el peso de las faenas, levantaron el grito al cielo; y el clamor en que les hacía prorrumpir el excesivo trabajo, subió hasta Dios.


y les dijeron: Atienda el Señor a esto que nos pasa, y juzgue; pues vosotros nos habéis hecho abominables a los ojos del faraón y de sus servidores, y habéis puesto en su mano el cuchillo para que nos degüelle.


Y habló el Señor a Moisés diciendo:


A los pies de los buenos yacerán algún día los malos, y los impíos ante las puertas de los justos.


El espíritu o vigor del hombre sostiene su flaqueza; pero, ¿quién podrá aguantar un ánimo fácil de irritarse?


Partieron después del monte Hor, camino del mar Rojo, a fin de ir rodeando la Idumea. Y empezó el pueblo a enfadarse del viaje y del trabajo;


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