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Éxodo 32:8 - Biblia Torres Amat 1825

8 Pronto se han desviado del camino que les enseñaste; se han formado un becerro de fundición y adorándole; y sacrificándole víctimas, han dicho: Estos son tus dioses, ¡oh Israel!, que te han sacado de la tierra de Egipto.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Pronto se han apartado del camino que yo les mandé; se han hecho un becerro de fundición, y lo han adorado, y le han ofrecido sacrificios, y han dicho: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 ¡Qué pronto se apartaron de la forma en que les ordené que vivieran! Fundieron oro y se hicieron un becerro, y se inclinaron ante él y le ofrecieron sacrificios. Andan diciendo: “Oh Israel, estos son tus dioses que te sacaron de la tierra de Egipto”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Bien pronto se han apartado del camino que yo les había indicado. Se han hecho un ternero de metal fundido y se han postrado ante él. Le han ofrecido sacrificios y han dicho: Israel, aquí están tus dioses que te han sacado de Egipto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Pronto se han apartado del camino que Yo les ordené. Se han hecho un becerro de fundición, se han postrado ante él y le han ofrecido sacrificios. Han dicho: Estos son tus dioses, oh Israel, que te sacaron de la tierra de Egipto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Pronto se han desviado del camino que yo les había prescrito; se han fabricado un becerro de metal fundido, delante del cual se han postrado. Le han ofrecido sacrificios, y han dicho: 'Éste es tu dios, Israel, el que te ha sacado del país de Egipto''.

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Éxodo 32:8
18 Перекрёстные ссылки  

Y después de discurrirlo mucho, mandó hacer dos becerros de oro y dijo al pueblo: No subáis ya más a Jerusalén . He aquí, oh Israel, tus dioses, los que te sacaron de la tierra de Egipto.


ni aun cuando se forjaron un becerro de fundición, dijeron: Este, oh Israel, es tu Dios, el que te ha sacado de Egipto, y cometieron horribles blasfemias.


Hicieron un becerro en Horeb, y adoraron aquella estatua fundida.


Pero le amaron de boca, y le mintieron con su lengua;


No os haréis dioses de plata, ni de oro.


Quien ofreciere sacrificios a otros dioses, si no es sólo al Señor, será muerto.


El cual, habiéndolos recibido, los hizo fundir y vaciar en un molde, y formó de ellos un becerro de oro. Dijeron entonces los israelitas: Estos son tus dioses, ¡oh Israel!, que te han sacado de la tierra de Egipto.


No hagas liga con los habitantes de aquellos países; no sea que después de haberse corrompido con sus dioses, y adorado sus estatuas o simulacros, alguno te convide a comer de las cosas sacrificadas.


Vosotros que sacáis del talego el oro, y pesáis la plata con la balanza, y os ajustáis con un platero para que haga un dios, ante quien se arrodille la gente y lo adore;


Alianza, no como aquella que contraje con sus padres el día que los cogí por la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; alianza que ellos invalidaron, y por tanto ejercí sobre ellos mi soberano dominio, dice el Señor.


y nunca más ya inmolen sus víctimas a los demonios, a cuyo culto se han prostituido. Ley sempiterna será ésta para ellos y sus descendientes.


Porque en lugar de ofrecer sus sacrificios a Dios, los ofrecieron a los demonios: a dioses no conocidos, a dioses nuevos y recién venidos que jamás habían adorado sus padres.


y díjome: Vete, y desciende de aquí luego; pues ese tu pueblo, que sacaste de Egipto, ha abandonado bien presto el camino que le enseñaste, y se ha fundido un ídolo.


visto que habíais pecado contra el Señor Dios vuestro, y que os habíais hecho un becerro fundido, y abandonado tan presto el camino que él os había enseñado,


los cuales fueron a los hijos de Rubén, y de Gad, y a los de la media tribu de Manasés en la tierra de Galaad, y les dijeron:


Cuando el Señor les suscitaba jueces, mientras éstos vivían se apiadaba de ellos, y oía los gemidos de los atribulados, los libraba de la crueldad de sus verdugos;


Y les añadió: Una sola cosa os pido: dadme los zarcillos o pendientes que habéis hallado en el botín. Porque los israelitas acostumbraban traer zarcillos de oro.


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