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Daniel 6:14 - Biblia Torres Amat 1825

14 Al oír esto quedó el rey muy triste; y resolvió en su corazón salvar a Daniel; y hasta que el sol se puso trabajó por librarle.

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Biblia Reina Valera 1960

14 Cuando el rey oyó el asunto, le pesó en gran manera, y resolvió librar a Daniel; y hasta la puesta del sol trabajó para librarle.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Al oír esto, el rey se angustió mucho y procuró encontrar un modo de salvar a Daniel. Pasó el resto del día buscando una manera de librarlo de ese aprieto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Al oír esas palabras, el rey se molestó mucho; quería salvar a Daniel y hasta la puesta del sol, buscó en vano una solución.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Cuando el rey oyó el asunto, le pesó en gran manera, y resolvió librar a Daniel, y hasta la puesta del sol se esforzó por librarlo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Respondió el monarca: 'Eso es lo decidido, según la ley de los medos y de los persas, que es irrevocable'. Entonces ellos contestaron al rey en estos términos: 'Daniel, uno de los deportados de Judá, no hizo caso de ti, ¡oh rey!, ni de la prohibición que promulgaste, porque tres veces al día hace su oración'.

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Daniel 6:14
10 Перекрёстные ссылки  

Asimismo de Dan veintiocho mil seiscientos preparados para dar batalla.


Entonces Amán fue y dijo al rey Asuero: Hay un pueblo esparcido por todas las provincias de tu reino, gentes separadas unas de otras, que observan leyes y ceremonias desconocidas, y lo que es más, desprecian las órdenes del rey; y tú sabes muy bien no ser conveniente a tu reino tolerar su insolencia.


Entre éstos, pues, se hallaron de los hijos de Judá, Daniel, Ananías, Misael y Azarías.


Hay, pues, tres hombres entre los judíos, a los cuales tú constituiste sobre los negocios de la provincia de Babilonia, que son Sidrac, Misac y Abdénago, estos hombres han despreciado, oh rey, tu decreto; no dan culto a tus dioses, ni adoran la estatua de oro que has levantado.


Entonces Nabucodonosor, lleno de furor y saña, mandó que le trajesen a Sidrac, Misac y Abdénago, los cuales al momento fueron conducidos a la presencia del rey.


El rey se puso triste; mas en atención al impío juramento, y a los que estaban con él a la mesa, no quiso disgustarla,


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