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Amós 4:9 - Biblia Torres Amat 1825

9 Yo os afligí con viento abrasador y con plagas: La oruga devoró vuestras huertas, y vuestras viñas, y vuestros olivares, y de vuestros higuerales; y a pesar de eso no os convertisteis a mí, dice el Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

9 Os herí con viento solano y con oruga; la langosta devoró vuestros muchos huertos y vuestras viñas, y vuestros higuerales y vuestros olivares; pero nunca os volvisteis a mí, dice Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 «Arruiné sus cultivos y viñedos con plaga y moho. La langosta devoró todas sus higueras y todos sus olivos; pero aun así, ustedes no se volvieron a mí», dice el Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Yo les mandé la tiña y la polilla a todos sus jardines y viñedos; y devoró la langosta sus higueras y olivos. Con todo, ustedes no volvieron a mí, palabra de Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Os herí con tizón y con añublo, Y la langosta devoró vuestros huertos y vuestras viñas, Y vuestras higueras y vuestros olivares, Pero no os volvisteis a mí, dice YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Os he herido con tizón y con añublo, he devastado vuestras huertas y viñedos; vuestras higueras y vuestros olivos los ha devorado la langosta. Pero no habéis vuelto a mí -oráculo de Yahveh-.

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Amós 4:9
21 Перекрёстные ссылки  

yo destruí con viento abrasador, y con plagas, y con pedrisco todas las labores de vuestras manos; y no hubo entre vosotros quien se convirtiese a mí, dice el Señor.


El Señor te castigará con la carestía, con la calentura y el frío, con el ardor y la sequedad, con la corrupción del aire y la langosta, y te perseguirá hasta que perezcas.


Lo que dejó la oruga se lo comió la langosta, y lo que dejó la langosta se lo comió el pulgón, y lo que dejó el pulgón lo consumió la langosta.


Por este motivo he hecho yo que estéis con los dientes afilados en todas vuestras ciudades, por falta de pan en todo vuestro país; y con todo vosotros no os habéis convertido a mí, dice el Señor.


Y acudieron dos, tres y más ciudades y otra ciudad a buscar agua para beber, y no pudieron saciarse; y no por eso os convertisteis a mí, dice el Señor.


Y compensaré los años estériles que ocasionó la langosta, el pulgón, la roya, y la oruga, terribles ejércitos que envié contra vosotros.


Ella ha convertido en un desierto mi viña; ha descortezado mis higueras, las ha dejado desnudas, y todas despojadas, y derribadas al suelo. Sus ramas, roídas y secas, se vuelven blancas.


Señor, tus ojos están mirando siempre la fidelidad o verdad; azotaste a estos perversos, y no les dolió; los moliste a golpes, y no han hecho caso de la corrección; endurecieron sus frentes más que un peñasco, y no han querido convertirse a ti.


Y después de todas estas cosas no se convirtió a mí, dice el Señor, su hermana, la prevaricadora Judá, con todo su corazón, sino fingidamente.


Desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza no hay en él cosa sana, sino heridas, y moretones, y llaga corrompida que no ha sido curada, ni vendada, ni suavizada con bálsamo.


Si sobreviniere hambre en el país, o peste, o tizón, o pulgón, o langosta, u oruga; si los enemigos, después de haber talado los campos, tuvieren sitiada la ciudad; o en cualquier otro azote o enfermedad que los apure,


Si viniere hambre al país o peste, o infección de aire, o tizón, o langosta o pulgón; si los enemigos le devastaren sitiando sus ciudades; en toda plaga, en toda suerte de calamidad que viniere,


La langosta consumirá todos tus árboles y los frutos de tu tierra.


Pero he aquí que vosotros todos estáis encendiendo el fuego de la venganza divina, y estáis ya rodeados de llamas. Caminad, pues, a la luz de vuestro fuego y de las llamas que habéis encendido. Mi mano vengadora es la que así os trata; yaceréis entre dolores.


Porque la higuera no florecerá, ni las viñas brotarán; faltará el fruto de la oliva; los campos no darán alimento. Arrebatadas serán del aprisco las ovejas, y quedarán sin ganados los pesebres.


porque el pueblo no se ha convertido hacia aquel que lo hiere, y no ha buscado al Señor de los ejércitos;


No volverán ya todos ellos a la tierra de Egipto; sino que el asirio será su rey, por cuanto no han querido convertirse.


Por vosotros ahuyentaré el gusano roedor, y no consumirá los frutos de vuestra tierra, ni habrá en las campiñas viña que sea estéril, dice el Señor de los ejércitos.


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