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Números 11:17 - Biblia Nacar-Colunga

17 Yo descenderé, y contigo hablaré allí, y tomaré del espíritu que hay en ti y lo pondré sobre ellos, para que te ayuden a llevar la carga del pueblo y no la lleves tú solo.

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Больше версий

Biblia Reina Valera 1960

17 Y yo descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del espíritu que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Yo descenderé y allí hablaré contigo. Tomaré del Espíritu que está sobre ti y lo pondré sobre ellos también. Llevarán la carga del pueblo junto contigo, y de esa manera no tendrás que soportarla tú solo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Bajaré y hablaré contigo; luego tomaré de mi espíritu que está en ti y se lo pondré a ellos. Llevarán contigo la carga del pueblo y ya no tendrás que llevarla solo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Y Yo descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del Espíritu que está sobre ti y lo pondré sobre ellos, para que soporten contigo la carga del pueblo y no la lleves tú solo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Yo descenderé y te hablaré allí; tomaré del espíritu que hay en ti y se lo infundiré a ellos, para que compartan contigo la carga del pueblo y no la lleves tú solo.

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Números 11:17
32 Перекрёстные ссылки  

El espíritu de Yahvé se apoderará de ti, y profetizarás con ellos y te transformarás en otro hombre.


Descendió Yahvé en la nube y habló a Moisés; tomó del espíritu que residía en él y lo puso sobre los setenta ancianos; y cuando sobre ellos se posó el espíritu, pusiéronse a profetizar, y no cesaban.'


Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que conozcamos los dones que Dios nos ha concedido.


Cuando hubieron pasado, dijo Elías a Elíseo: “Pídeme lo que quieras que haga por ti antes que sea apartado de ti.” Y Elíseo le dijo: “Que tenga yo dos partes en tu espíritu.”


(31) Después de esto derramaré mi espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas, y vuestros ancianos tendrán sueños, y vuestros mozos verán visiones.


Los hijos de los profetas que había en Jericó frente por frente, habiéndole visto, dijeron: “El espíritu de Elías reposa sobre Elíseo.” Y le salieron al encuentro y se prosternaron ante él rostro a tierra,


Pero vosotros no estáis en la carne, sino en el espíritu, si es que de verdad el Espíritu de Dios habita en vosotros. Pero si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, ése no es de Cristo.


Por tanto, quien estos preceptos desprecia no desprecia al hombre, sino a Dios, que os dio su Espíritu Santo.


Tú les diste tu buen espíritu, para enseñarlos, y no retiraste de su boca el maná, y les diste agua en su sed.


Que juzguen ellos al pueblo en todo tiempo y lleven a ti los asuntos de mayor importancia, decidiendo ellos mismos en los menores. Aligera tu carga y que te ayuden ellos a soportarla.


Estos son los que fomentan las discordias; hombres animales, sin espíritu.'


Pues por la obediencia a la verdad habéis purificado vuestras almas para una sincera caridad, amaos entrañablemente unos a otros,


Una vez allí, descendió Yahvé en la columna de nube y, poniéndose a la entrada del tabernáculo, llamó a Aarón y a María. Salieron ambos,


Descendió Yahvé sobre la montaña del Sinaí, sobre la cumbre de la montaña, y llamó a Moisés a la cumbre, y Moisés subió a ella.


Bajó Yahvé a ver la ciudad y la torre que estaban haciendo los hijos de los hombres,


Esto dijo del Espíritu, que habían de recibir los que creyeran en El, pues aún no había sido dado el Espíritu porque Jesús no había sido glorificado.


Nadie subió al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre, que está en el cielo.


porque yo derramaré aguas sobre el (suelo) sediento, y arroyos sobre la (tierra) seca, y efundiré mi espíritu sobre tu simiente, y mi bendición sobre tus retoños,


Yahvé dijo a Moisés: “Toma a Josué, hijo de Nun, hombre en quien reside el espíritu, y pon tu mano sobre él.


Cara a cara hablo con él, y a las claras, no por figuras; y él contempla el semblante de Yahvé. ¿Cómo, pues, os habéis atrevido a difamar a mi siervo Moisés?”


Yahvé descendió en la nube y, poniéndose allí junto a él, pronunció el nombre de Yahvé,


y estén prestos para el día tercero, porque al tercer día bajará Yahvé, a la vista de todo el pueblo, sobre la montaña del Sinaí.


Fuese Yahvé después de haber hablado así a Abraham, y éste se volvió a su lugar.


Y, como acabó de hablarle, desapareció Dios.


Cayó Abram rostro a tierra y siguió diciéndole Yahvé:


Ése trabajo es superior a tus fuerzas, y no puedes llevarlo tú solo.


Entonces su pueblo se acordó de los días antiguos de Moisés. ¿Dónde está el que los sacó del mar, el pastor de su rebaño? ¿Dónde el que puso en medio de él su santo espíritu?


Cuando Moisés entraba en el tabernáculo de la reunión para hablar con Yahvé, oía la voz que le hablaba desde encima del propiciatorio puesto sobre el arca del testimonio, entre los dos querubines; así le hablaba Yahvé.'


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