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Miqueas 2:8 - Biblia Nacar-Colunga

8 Pero vosotros ayudáis al enemigo contra mi pueblo. Delante de Salmanasar arrebatáis el botín de guerra a los que confiados van su camino.

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Biblia Reina Valera 1960

8 El que ayer era mi pueblo, se ha levantado como enemigo; de sobre el vestido quitasteis las capas atrevidamente a los que pasaban, como adversarios de guerra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Sin embargo, hasta este mismo instante mi pueblo se rebela contra mí, ¡como un enemigo! Les roban hasta la camisa a los que confiaban en ustedes y los dejan tan andrajosos como hombres que regresan de la guerra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Pero son ustedes los enemigos de mi pueblo, pues le quitan su manta al hombre bueno y hacen la guerra al que vive tranquilo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Antaño, mi pueblo se alzaba contra el enemigo, Hoy arrancáis el manto y el vestido al que transita confiado, Al que no viene en son de guerra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Pero vosotros os alzáis como enemigos contra mi pueblo: arrebatáis el manto al pacífico, a todo el que pasa confiado cuando vuelve de la guerra.

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Miqueas 2:8
10 Перекрёстные ссылки  

y nadie se apiada de su hermano. Manases contra Efraím, Efraím contra Manases, y ambos a dos contra Judá.


Dios oirá y los humillará, El que está sentado desde la eternidad. Selah. Porque ellos no se enmiendan y no temen a Dios.


Fue mi heredad para mí como león en la selva; lanzó contra mí sus rugidos; por eso la aborrecí.'


Aborrecedores del bien y amadores del mal, arrancan la piel de sobre ellos y la carne de sobre sus huesos,


y luego de haberse comido la carne de mi pueblo y de haberle arrancado la piel, y haberle roto los huesos, y haberle descuartizado como carne para la olla o carne para el caldero,


Han desaparecido de la tierra los piadosos, no hay ninguno recto entre los hombres; todos acechan la sangre, unos a otros se tienden la red.'


Las manos están prontas a hacer diestramente el mal: El príncipe reclama, el juez (sentencia) por cohecho, y el grande sentencia a su capricho,


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