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Mateo 4:5 - Biblia Nacar-Colunga

5 Llevóle entonces el diablo a la Ciudad Santa, y, poniéndole sobre el pináculo del Templo,

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Biblia Reina Valera 1960

5 Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Después el diablo lo llevó a la santa ciudad, Jerusalén, al punto más alto del templo,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Después el diablo lo llevó a la Ciudad Santa y lo puso en la parte más alta de la muralla del Templo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Entonces el diablo lo lleva hasta la santa ciudad, lo puso en pie sobre el pináculo del templo,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso sobre el alero del templo

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Mateo 4:5
11 Перекрёстные ссылки  

Le condujo después a Jerusalén y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo;'


El atrio exterior del templo déjalo fuera y no lo midas, porque ha sido entregado a las naciones, que hollarán la ciudad santa durante cuarenta y dos meses.


y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de El, vinieron a la Ciudad Santa y se aparecieron a muchos.


porque llevan el nombre de la ciudad santa y se apoyan en el Dios de Israel, cuyo nombre es Yahvé de los ejércitos.


Respondióle Jesús: No tendrías ningún poder sobre mí si no te hubiera sido dado de lo alto; por esto el que me ha entregado a ti tiene mayor pecado.'


Setenta semanas están prefijadas sobre tu pueblo y sobre tu ciudad santa para poner fin a la prevaricación y cancelar el pecado, para expiar la iniquidad y traer la justicia eterna, para sellar la visión y la profecía y ungir el santo de los santos.


Levántate, levántate, revístete de tu fortaleza, ¡oh Sión! viste tus bellas vestiduras, Jerusalén, ciudad santa, que ya no volverá a entrar en ti incircunciso ni inmundo.


Todos los levitas en la ciudad santa fueron doscientos ochenta y cuatro.


Los jefes del pueblo residían en Jerusalén. Para el resto del pueblo se echaron suertes con el fin de hacer que cada uno de diez fuera a habitar a Jerusalén, la ciudad santa, quedando lo otros nueve en las ciudades.


El vestíbulo (ulam), que iba delante, tenía un largo correspondiente al ancho de la casa de veinte codos, y su anchura era de diez codos y ciento veinte de alto; lo recubrió interiormente de oro puro.'


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