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Marcos 3:2 - Biblia Nacar-Colunga

2 y le observaban a ver si le curaba en sábado, para poder acusarle.

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Больше версий

Biblia Reina Valera 1960

2 Y le acechaban para ver si en el día de reposo le sanaría, a fin de poder acusarle.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Como era el día de descanso, los enemigos de Jesús lo vigilaban de cerca. Si sanaba la mano del hombre, tenían pensado acusarlo por trabajar en el día de descanso.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Pero algunos estaban observando para ver si lo sanaba Jesús en día sábado. Con esto tendrían motivo para acusarlo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Y lo observaban, por si lo sanaría° en sábado, para que lo acusaran.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 y estaban espiando a Jesús a ver si lo curaba en sábado, para poder acusarlo.

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Marcos 3:2
12 Перекрёстные ссылки  

Sade. El malvado espía al justo y busca cómo darle muerte.


Habiendo entrado en casa de uno de los principales fariseos para comer en día de sábado, le estaban observando.


Le observaban los escribas y fariseos para ver si curaría en día de sábado, a fin de tener de qué acusarle.


Quedándose al acecho, enviaron espías, que se presentaron como hombres justos, para cogerle en algo, de manera que pudieran entregarle a la autoridad y poder del gobernador.


Dijeron entonces algunos de los fariseos: No puede venir de Dios este hombre, pues no guarda el sábado. Otros decían: ¿Y cómo puede un hombre pecador hacer tales milagros? Y había desacuerdo entre ellos.


donde había un hombre que tenía seca una mano. Y le preguntaron para poder acusarle: ¿Es lícito curar en sábado?


(5) Entonces, presidentes y sátrapas buscaron ocasión de acusar a Daniel en lo tocante a la administración del reino, mas no hallaron ninguna cosa por qué denunciarle, pues era fiel y no se veía en él falta ni negligencia.


Pues he oído calumnias de muchos: “¡Terror por doquier!” “Delatadle, delatémosle”8 . Todos mis amigos9 acechan mi traspié: “¡Quizá se deje seducir! y podamos con él, ¡y nos vengaremos de él!”


Y dice al hombre de la mano seca: Levántate y sal al medio.


Esto lo decían tentándole, para tener de qué acusarle. Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en la tierra.


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