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Marcos 10:22 - Biblia Nacar-Colunga

22 Ante estas palabras se anubló su semblante y fuese triste, porque tenía mucha hacienda.

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Больше версий

Biblia Reina Valera 1960

22 Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 Al oír esto, el hombre puso cara larga y se fue triste porque tenía muchas posesiones.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 Al oír esto se desanimó totalmente, pues era un hombre muy rico, y se fue triste.

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Pero él, entristecido por estas palabras, se marchó apenado, porque era de los que° tienen° muchas posesiones.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Ante estas palabras, al joven se le anubló el semblante y se fue lleno de tristeza, pues poseía muchos bienes.

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Marcos 10:22
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Les dijo: Mirad de guardaros de toda avaricia, porque, aunque se tenga mucho, no está la vida en la hacienda.


porque Demás me ha abandonado por amor de este siglo, y se marchó a Tesalónica; Crescente a Galacia y Tito a Dalmacia.'


Pues habéis de saber que ningún fornicario, o impuro, o avaro, que es como adorador de ídolos, tendrá parte en la heredad del reino de Cristo y de Dios.


Y vienen a ti como en las asambleas del pueblo, y se sientan delante de ti los de mi pueblo para escuchar tus palabras, pero luego no las ponen por obra, y, mientras halagan con su boca, se va su corazón tras su avaricia.


Pues la tristeza según Dios es causa de penitencia saludable, de que jamás hay por qué arrepentirse; mientras que la tristeza según el mundo lleva a la muerte.'


El, oyendo esto, se entristeció, porque era muy rico.


Al oír esto el joven, se fue triste, porque tenía muchos bienes.


Lo sembrado entre espinas es el que oye la palabra, pero los cuidados del siglo y la seducción de las riquezas ahogan la palabra y queda sin dar fruto.


El rey, entristecido por su juramento y por los convidados, no quiso desairarla.


Viendo entonces Judas, el que le había entregado, cómo era condenado, se arrepintió y devolvió las treinta monedas de plata a los príncipes de los sacerdotes y ancianos,


porque Herodes sentía respeto por Juan, conociendo ser hombre justo y santo, y le amparaba, y, oyéndole, vacilaba, pero le escuchaba con gusto.


Jesús, poniendo en él los ojos, le amó, y le dijo: Una sola cosa te falta; vete, vende cuanto tienes y dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; luego ven y sígueme.'


Mirando en torno suyo, dijo Jesús a los discípulos: ¡Cuan difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen hacienda!


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