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Levítico 13:45 - Biblia Nacar-Colunga

45 El leproso, manchado de lepra, llevará rasgadas sus vestiduras, desnuda la cabeza, y cubrirá su barba, e irá clamando: “¡Inmundo, inmundo!”

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Biblia Reina Valera 1960

45 Y el leproso en quien hubiere llaga llevará vestidos rasgados y su cabeza descubierta, y embozado pregonará: ¡Inmundo! ¡Inmundo!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

45 »Los que sufran de una enfermedad grave de la piel deberán rasgar su ropa y dejar su cabello sin peinar. Tienen que cubrirse la boca y gritar: “¡Impuro! ¡Impuro!”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

45 El leproso que tiene llaga de lepra llevará los vestidos rasgados e irá despeinado; se cubrirá hasta el bigote y tendrá que gritar: '¡Impuro, impuro!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

45 Los vestidos del leproso que tenga la llaga estarán rasgados y su cabeza desgreñada. Se tapará hasta el bigote y pregonará: ¡Impuro! ¡Impuro!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

45 Los leprosos llevarán los vestidos desgarrados, irán despeinados, se cubrirán la barba e irán gritando: ¡impuro, impuro!

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Levítico 13:45
24 Перекрёстные ссылки  

Los videntes serán avergonzados, y confundidos los adivinos, y se cubrirán todos la barba, pues Dios no dará ya respuesta.


Moisés dijo a Aarón, a Eleazar y a Itamar, hijos de Aarón: “No desnudéis vuestras cabezas ni rasguéis vuestras vestiduras, no sea que muráis y se irrite Yahvé contra toda la asamblea. Que vuestros hermanos, toda la casa de Israel, lloren el incendio que ha encendido Yahvé.


Suspira en silencio, sin llevar luto por el muerto; ponte el turbante en la cabeza y calza tus pies, no te cubras la barba ni comas el pan del duelo7.'


Sámec. — ¡Apartaos! ¡Un inmundo! les gritaban. ¡Apartaos, apartaos! ¡No toquéis! Cuando huyeron y anduvieron errantes, decíase entre las naciones: ¡No pueden quedarse!


y, entrando en una aldea, le vinieron al encuentro diez leprosos, que a lo lejos se pararon,


y entonces haréis vosotros lo que ahora hago yo: no os cubriréis la barba ni comeréis el pan de duelo,


El sumo sacerdote, de entre sus hermanos, sobre cuya cabeza se derramó el óleo de la unción, a quien se le llenó la mano para vestirse las vestiduras sagradas, no desnudará su cabeza, no rasgará su vestido,


Viendo esto Simón Pedro, se postró a los pies de Jesús, diciendo: Señor, apártate de mí, que soy hombre pecador.


(5) Todos nosotros fuimos impuros, y toda nuestra justicia es como vestido inmundo, y nos marchitamos como hojas todos nosotros, y nuestras iniquidades como viento nos arrastran.


y la casa se llenó de humo. Yo me dije: “¡Ay de mí, perdido soy, porque, siendo un hombre de impuros labios, que habita en medio de un pueblo de labios impuros, he visto con mis ojos al Rey, Yahvé de los ejércitos!”


Apiádate de mí, ¡oh Dios! según tu benignidad. Por vuestra gran misericordia borra mi iniquidad7.


Rasgad vuestros corazones, no vuestras vestiduras, y convertios a Yahvé, vuestro Dios, que es clemente y misericordioso, tardo a la ira y rico en benignidad, y se arrepiente en castigar).


No temieron ni rasgaron sus vestiduras ni el rey ni sus cortesanos que oyeron todas aquellas palabras.


¡Yacemos en nuestro oprobio y nos cubre nuestra vergüenza! Porque hemos pecado contra Yahvé, nuestro Dios, nosotros y nuestros padres desde nuestra juventud y hasta el día de hoy, y hemos desoído la palabra de Yahvé, nuestro Dios.


Pues reconozco mi transgresión, y mi pecado está siempre delante de mí.


¡Por eso me retracto y hago penitencia sobre polvo y ceniza!


Levantóse entonces Job, rasgó sus vestiduras, rasuró su cabeza y, echándose en tierra, adoró,


Tamar echó ceniza sobre su cabeza, rasgó la amplia túnica que vestía y, puestas sobre la cabeza las manos, se fue gritando.


Volvió Rubén al pozo, pero no estaba en él José, y, rasgando sus vestiduras,


Retiraos, retiraos, salid de allí, no toquéis nada inmundo. Salid de en medio de ella, purificaos los que lleváis los utensilios de Yahvé.


es leproso; es impuro, e impuro le declarará el sacerdote, pues es leproso de la cabeza.'


Había en la entrada de la puerta cuatro leprosos, que se decían unos a otros: “¿Por qué nos vamos a estar aquí hasta morirnos?


“Manda a los hijos de Israel que hagan salir del campamento a todo leproso, a todo el que padece flujo y a todo inmundo por un cadáver.


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