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Jeremías 17:11 - Biblia Nacar-Colunga

11 (TEXTO OMITIDO)

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Больше версий

Biblia Reina Valera 1960

11 Como la perdiz que cubre lo que no puso, es el que injustamente amontona riquezas; en la mitad de sus días las dejará, y en su postrimería será insensato.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Los que acaparan riquezas en forma injusta son como las perdices que empollan los huevos que no han puesto. En la mitad de la vida perderán sus riquezas; al final, se volverán unos pobres viejos tontos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 El que amontona riquezas injustamente es como la perdiz que se echa sobre huevos ajenos; tendrá que dejarlas, en la mitad de su vida, y al final no será más que un insensato.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 El que amontona riquezas injustas es como la perdiz que incuba lo que no puso: En la mitad de sus días las abandonará, Y ante su postrimería será un necio.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Perdiz que empolla lo que no ha puesto es quien adquiere riquezas sin justicia; a la mitad de sus días tendrá que dejarlas, y a la postre será como un necio.

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Jeremías 17:11
39 Перекрёстные ссылки  

El hombre fiel será muy bendecido; el que de prisa se enriquece no lo hará sin culpa.'


Allegar tesoros con lengua mentirosa es una desatentada vanidad y lazo mortal,


Pero tú no tienes ojos ni corazón más que para buscar tu interés, para derramar sangre inocente, para oprimir y hacer violencia.


¡Ay del que edifica su casa sin justicia, sus salones altos sin derecho, haciendo trabajar a su prójimo de balde, sin darle el salario de su trabajo!


El que con usura y crecido interés aumenta sus caudales, para el que se apiada de los pobres lo allega.


Perturba su casa el codicioso, pero el que aborrece las dádivas vivirá.


Sus ojos están llenos de adulterio, son insaciables de pecado, seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón ejercitado en la avaricia, son hijos de maldición.


a los cuales es preciso tapar la boca, que revuelven del todo las casas, enseñando lo que no deben, llevados del deseo de torpe ganancia.


Visitaré en aquel día a los que corretean por el umbral e hinchen las casas de sus señores de rapiñas y de fraudes.


El malo se apresurará a hacerse rico, y no ve que le vendrá la pobreza.


Riqueza hecha de prisa, se va; el que poco a poco allega, crece.'


Encomienda a Yahvé tu destino, y El te sostendrá, pues no permitirá jamás que el justo vacile.


Pero Dios le dijo: Insensato, esta misma noche te pedirán el alma, y lo que has acumulado, ¿para quién será?


Llevados de la avaricia, harán de vosotros mercadería con palabras mentirosas, pero su condenación, ya antigua, no tardará, su ruina no se retrasará.


Los que quieren enriquecerse caen en tentaciones, en lazos y en muchas codicias locas y perniciosas, que hunden a los hombres en la perdición y en la ruina,


¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas, que cerráis a los hombres el reino de los cielos! Ni entráis vosotros ni permitís entrar a los que querían entrar.


Y vendré con vosotros a juicio y seré testigo pronto contra los hechiceros, contra los adúlteros y los perjuros y contra los que oprimen al jornalero,a la viuda y al huérfano, y agravan al extranjero sin temor de mí, dice Yahvé de los ejércitos.


Yo la he desencadenado, dice Yahvé de los ejércitos, y caerá sobre la casa del ladrón y sobre la casa del que en falso jura por mi nombre, y permanecerá en medio de su casa hasta consumir maderas y piedras.


Las manos están prontas a hacer diestramente el mal: El príncipe reclama, el juez (sentencia) por cohecho, y el grande sentencia a su capricho,


Arrojáis a las mujeres de mi pueblo de su querido hogar y arrebatáis para siempre de sus hijos mi gloria.


No saben obrar rectamente, dice Yahvé, atesorando en sus palacios rapiñas y despojos.


Un príncipe insensato multiplica las extorsiones, pero el que aborrece la rapiña alarga la vida.


Pones en ello tus ojos y desaparece luego, pues toma luego el vuelo y, como águila, se remonta al cielo.


Pero el hombre no perdura en su esplendor, es semejante a las bestias, que perecen.


Porque, desde el pequeño al grande, todos están ávidos de rapiña; desde el profeta al sacerdote, todos cometen fraude.'


Por eso daré sus mujeres a extraños, sus campos a otros propietarios, porque, desde el pequeño al grande, todos se llenaron de rapiñas; desde el profeta al sacerdote, todos se dieron al fraude,'


Nadie escapaba a su voracidad; por eso su bienestar no será durable.'


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